La suba de los precios de los alimentos en el mundo no parece, desgraciadamente, un fenómeno coyuntural, sino estructural, que puede tener graves consecuencias y generar más conflictos sociales. Se vio en México hace unos meses con el maíz; o posteriormente en Argentina.
Ya ha provocado disturbios en varias partes de África. En Etiopía, ya aquejada por hambrunas hace 25 años, el Gobierno ha tenido que instalar centros de distribución de cereales. Ahora llega la subida del arroz de un 42% en un trimestre, y en algunos casos de un 50% en dos semanas. A diferencia de hace décadas, estas subidas afectan directamente a los llamados nuevos pobres urbanos, en las barriadas del Tercer Mundo que, con el éxodo del campo a las ciudades, ya no disponen de ningún terruño en el que cultivar (lo que no quita para que la mayoría, dos terceras partes, de los 1.000 millones de más pobres de la Tierra sigan estando en zonas rurales). La situación se agrava con la cantidad de jóvenes africanos urbanos y en paro. El crecimiento, no equivale a la equidad. En África no se ha traducido en una mayor distribución de esta riqueza que hubiera puesto en manos de más gente más dinero para pagar estos alimentos.
El encarecimiento del petróleo y el aumento de la población, algunas malas cosechas en Asia y en África, el cambio climático, las sequías en África y las inundaciones en Asia, o la dedicación de algunas cosechas de cereales a los biocombustible, entre otros factores, han contribuido a esta tragedia que alimenta una inflación que afecta más a los más pobres, ya sean países o capas de población, y que en buena parte ha anulado el impacto de la ayuda exterior en África.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, por su parte, ha propuesto "un nuevo pacto [new deal] para la política alimentaria global" y un fondo de emergencia de los donantes, una inyección urgente de dinero de los países ricos a las poblaciones más afectadas de los pobres para que puedan comprar alimentos, sin esperar al lento goteo de la ayuda oficial.
Para el ex primer ministro portugués y actual presidente de la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR), António Guterres, la mayoría de los países más afectados no tiene la capacidad de financiar un subsidio de estos alimentos. Donald Kaberuka, presidente del Banco de Desarrollo Africano, considera que si hay una crisis financiera internacional, "para muchos lo que hay es una crisis en el mercado alimentario", agravada por las migraciones internas en esos países. En el año 2007, por primera vez en la historia, vivían más personas en las urbes que en zonas rurales. En África subsahariana esta proporción se sitúa entre un 35% y un 50% y sigue creciendo rápidamente. En las actuales condiciones, es una garantía para el desastre y los disturbios sociales y geográficos.
Para garantizar el suministro interno, Vietnam, India, China y Egipto, entre otros, han recortado sus exportaciones de alimentos, con lo que supone de merma de ingresos. Y mientras, se sigue hablando de la necesidad de liberalizar el comercio. Los países africanos están rebajando los aranceles a la importación de estos productos, y endeudándose más para pagar los cereales u otros alimentos que importan (cuya factura se ha doblado para los Estados más pobres en los últimos cinco años), según la FAO (organización de la ONU para los alimentos y la agricultura). Si la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio tuviera el éxito que se busca, y que podría estar cercano, y si por ejemplo, Estados Unidos suprimiera las subvenciones a su agricultura, los precios de los alimentos subirían, como recordaba Financial Times, que añadía que la supresión general de los subsidios y los aranceles podría incluso ser negativa para los países más pobres de África subsahariana, importadores netos de alimentos.
Una vez más ha fallado la prevención, y no hay cura a la vista. Esta crisis alimentaria global castiga a los más castigados, y requiere soluciones de urgencia. Eso realmente sería política progresista. Mientras, el espectro de las hambrunas vuelve a África y a otros lugares del mundo, esta vez de la mano de la subida de precios de los alimentos, no de la falta de ellos, aunque algo tiene de regreso a la escasez.
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lunes, abril 07, 2008
La suba de la commodities golpea en las zonas pobres en todo el mundo
La suba de los precios de los alimentos en el mundo no parece, desgraciadamente, un fenómeno coyuntural, sino estructural, que puede tener graves consecuencias y generar más conflictos sociales. Se vio en México hace unos meses con el maíz; o posteriormente en Argentina.
Ya ha provocado disturbios en varias partes de África. En Etiopía, ya aquejada por hambrunas hace 25 años, el Gobierno ha tenido que instalar centros de distribución de cereales. Ahora llega la subida del arroz de un 42% en un trimestre, y en algunos casos de un 50% en dos semanas. A diferencia de hace décadas, estas subidas afectan directamente a los llamados nuevos pobres urbanos, en las barriadas del Tercer Mundo que, con el éxodo del campo a las ciudades, ya no disponen de ningún terruño en el que cultivar (lo que no quita para que la mayoría, dos terceras partes, de los 1.000 millones de más pobres de la Tierra sigan estando en zonas rurales). La situación se agrava con la cantidad de jóvenes africanos urbanos y en paro. El crecimiento, no equivale a la equidad. En África no se ha traducido en una mayor distribución de esta riqueza que hubiera puesto en manos de más gente más dinero para pagar estos alimentos.
El encarecimiento del petróleo y el aumento de la población, algunas malas cosechas en Asia y en África, el cambio climático, las sequías en África y las inundaciones en Asia, o la dedicación de algunas cosechas de cereales a los biocombustible, entre otros factores, han contribuido a esta tragedia que alimenta una inflación que afecta más a los más pobres, ya sean países o capas de población, y que en buena parte ha anulado el impacto de la ayuda exterior en África.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, por su parte, ha propuesto "un nuevo pacto [new deal] para la política alimentaria global" y un fondo de emergencia de los donantes, una inyección urgente de dinero de los países ricos a las poblaciones más afectadas de los pobres para que puedan comprar alimentos, sin esperar al lento goteo de la ayuda oficial.
Para el ex primer ministro portugués y actual presidente de la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR), António Guterres, la mayoría de los países más afectados no tiene la capacidad de financiar un subsidio de estos alimentos. Donald Kaberuka, presidente del Banco de Desarrollo Africano, considera que si hay una crisis financiera internacional, "para muchos lo que hay es una crisis en el mercado alimentario", agravada por las migraciones internas en esos países. En el año 2007, por primera vez en la historia, vivían más personas en las urbes que en zonas rurales. En África subsahariana esta proporción se sitúa entre un 35% y un 50% y sigue creciendo rápidamente. En las actuales condiciones, es una garantía para el desastre y los disturbios sociales y geográficos.
Para garantizar el suministro interno, Vietnam, India, China y Egipto, entre otros, han recortado sus exportaciones de alimentos, con lo que supone de merma de ingresos. Y mientras, se sigue hablando de la necesidad de liberalizar el comercio. Los países africanos están rebajando los aranceles a la importación de estos productos, y endeudándose más para pagar los cereales u otros alimentos que importan (cuya factura se ha doblado para los Estados más pobres en los últimos cinco años), según la FAO (organización de la ONU para los alimentos y la agricultura). Si la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio tuviera el éxito que se busca, y que podría estar cercano, y si por ejemplo, Estados Unidos suprimiera las subvenciones a su agricultura, los precios de los alimentos subirían, como recordaba Financial Times, que añadía que la supresión general de los subsidios y los aranceles podría incluso ser negativa para los países más pobres de África subsahariana, importadores netos de alimentos.
Una vez más ha fallado la prevención, y no hay cura a la vista. Esta crisis alimentaria global castiga a los más castigados, y requiere soluciones de urgencia. Eso realmente sería política progresista. Mientras, el espectro de las hambrunas vuelve a África y a otros lugares del mundo, esta vez de la mano de la subida de precios de los alimentos, no de la falta de ellos, aunque algo tiene de regreso a la escasez.
Ya ha provocado disturbios en varias partes de África. En Etiopía, ya aquejada por hambrunas hace 25 años, el Gobierno ha tenido que instalar centros de distribución de cereales. Ahora llega la subida del arroz de un 42% en un trimestre, y en algunos casos de un 50% en dos semanas. A diferencia de hace décadas, estas subidas afectan directamente a los llamados nuevos pobres urbanos, en las barriadas del Tercer Mundo que, con el éxodo del campo a las ciudades, ya no disponen de ningún terruño en el que cultivar (lo que no quita para que la mayoría, dos terceras partes, de los 1.000 millones de más pobres de la Tierra sigan estando en zonas rurales). La situación se agrava con la cantidad de jóvenes africanos urbanos y en paro. El crecimiento, no equivale a la equidad. En África no se ha traducido en una mayor distribución de esta riqueza que hubiera puesto en manos de más gente más dinero para pagar estos alimentos.
El encarecimiento del petróleo y el aumento de la población, algunas malas cosechas en Asia y en África, el cambio climático, las sequías en África y las inundaciones en Asia, o la dedicación de algunas cosechas de cereales a los biocombustible, entre otros factores, han contribuido a esta tragedia que alimenta una inflación que afecta más a los más pobres, ya sean países o capas de población, y que en buena parte ha anulado el impacto de la ayuda exterior en África.
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, por su parte, ha propuesto "un nuevo pacto [new deal] para la política alimentaria global" y un fondo de emergencia de los donantes, una inyección urgente de dinero de los países ricos a las poblaciones más afectadas de los pobres para que puedan comprar alimentos, sin esperar al lento goteo de la ayuda oficial.
Para el ex primer ministro portugués y actual presidente de la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR), António Guterres, la mayoría de los países más afectados no tiene la capacidad de financiar un subsidio de estos alimentos. Donald Kaberuka, presidente del Banco de Desarrollo Africano, considera que si hay una crisis financiera internacional, "para muchos lo que hay es una crisis en el mercado alimentario", agravada por las migraciones internas en esos países. En el año 2007, por primera vez en la historia, vivían más personas en las urbes que en zonas rurales. En África subsahariana esta proporción se sitúa entre un 35% y un 50% y sigue creciendo rápidamente. En las actuales condiciones, es una garantía para el desastre y los disturbios sociales y geográficos.
Para garantizar el suministro interno, Vietnam, India, China y Egipto, entre otros, han recortado sus exportaciones de alimentos, con lo que supone de merma de ingresos. Y mientras, se sigue hablando de la necesidad de liberalizar el comercio. Los países africanos están rebajando los aranceles a la importación de estos productos, y endeudándose más para pagar los cereales u otros alimentos que importan (cuya factura se ha doblado para los Estados más pobres en los últimos cinco años), según la FAO (organización de la ONU para los alimentos y la agricultura). Si la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio tuviera el éxito que se busca, y que podría estar cercano, y si por ejemplo, Estados Unidos suprimiera las subvenciones a su agricultura, los precios de los alimentos subirían, como recordaba Financial Times, que añadía que la supresión general de los subsidios y los aranceles podría incluso ser negativa para los países más pobres de África subsahariana, importadores netos de alimentos.
Una vez más ha fallado la prevención, y no hay cura a la vista. Esta crisis alimentaria global castiga a los más castigados, y requiere soluciones de urgencia. Eso realmente sería política progresista. Mientras, el espectro de las hambrunas vuelve a África y a otros lugares del mundo, esta vez de la mano de la subida de precios de los alimentos, no de la falta de ellos, aunque algo tiene de regreso a la escasez.
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lunes, octubre 15, 2007
Para la UE, Brasil es el culpable del estancamiento de la Ronda Doha
Altos funcionarios del bloque europeo criticaron las pocas concesiones de Brasil, que según la Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural de la CE “debe darnos algo a cambio” en materia de industrias.
Miriann Fischer-Boël, Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea (CE), indicó que la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) “se trabó por la postura de Brasil”.
Fischer-Boël, de visita oficial en Argentina, afirmó estar desilusionada por el resultado desalentador de la reunión de junio pasado en Postdam entre Estados Unidos, la Unión Europea (UE), India y Brasil.
“Me desilusionó mucho que Brasil no abriera las industrias. Fracasó por su postura y perdimos la oportunidad”, sentenció la funcionaria europea.
A su vez, destacó que desde la reunión en Hong Kong de la OMC en 2005 tanto el país norteamericano como el bloque comunitario europeo enviaron “mensajes claros de bajas de aranceles, sobre todo en la banda de los más altos, lo que dará posibilidades de acceso a mercados como el de las carnes”.
“En industria deben darnos algo a cambio. Hubo muchos progresos, pero apareció el grupo NAMA 11 (países en desarrollo productores de bienes no agrícolas, liderados por el país presidido por Lula da Silva) y lamento que Brasil no diera un paso más”, agregó.
La Comisaria europea señaló que además Brasil representa en estas negociaciones al denominado G-20, que agrupa a los países en desarrollo, y al Mercosur, el mayor bloque regional sudamericano.
Finalmente, Fischer-Boël apuntó que si la Ronda Doha no exhibe resultados positivos este año, “pasará quizá a 2010”, debido a las elecciones presidenciales de 2008 en Estados Unidos.
Por su parte, Peter Mandelson, Comisario europeo de Comercio, dijo a Reuters que la iniciativa de los países en desarrollo grandes, destinada a proteger sus industrias de las rebajas de aranceles, desafía los objetivos de desarrollo de la Ronda, ya que la mayoría de los derechos de importación que se cobran son entre los mismos países pobres.
"Que líderes de los países en desarrollo como Brasil, India y Sudáfrica ahora rechacen el texto de la Presidencia sobre aranceles industriales, haría un daño terrible al actual proceso de negociaciones y restaría cualquier confianza e impulso que queden en las negociaciones", apuntó Mandelson.
"Ahora no es momento de tomar esos riesgos y apelo a los líderes de Brasil, India y Sudáfrica para que, en su cumbre de la próxima semana, refuercen la confianza en la Ronda en curso", subrayó.
Sin embargo, remarcó que Estados Unidos aún debía "mejorar significativamente su oferta en subsidios agrícolas".
Haciendo alusión a la Ronda Doha, Susan Schwab, Representante comercial de Estados unidos, dijo que “definitivamente se puede salvar". "Será un trabajo duro y necesitaremos que los países que aún no se han manifestado se manifiesten," agregó.
"Estados Unidos está totalmente comprometido con lograr un resultado ambicioso y equilibrado. Nuestros socios comerciales lo saben. El Presidente ha hablado personalmente con decenas de líderes sobre la importancia de la Ronda Doha", concluyó.
La UE ayudará a Argentina en la promoción de la educación y las pymes
La visita de Fischer-Boël se debe a la firma de un convenio con Argentina por el cual la Unión Europea aportará alrededor de 92 millones de dólares para destinarlos a programa de educación y desarrollo de empresas pymes.
El tratado se celebró hoy, y en representación de Argentina estuvo el Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana.
El acuerdo hace foco en tres áreas: los sistemas de enseñanza y de formación, para mejorar el empleo de los jóvenes, la expansión de las pymes, y el diálogo bilateral sobre sectores clave determinados en forma conjunta, según informó la agencia oficial Télam.
“Probablemente haya un acuerdo entre la UE y el Mercosur para sacar esas discusiones de la parálisis, y ver si se puede encontrar una base para lograr concluir un acuerdo entre ambos grupos”, manifestó la Comisaria.
Según informó la Cancillería argentina, Fischer-Boël visitará algunos establecimientos rurales de producción bovina y láctea como parte de su visita, que se prolongará hasta el próximo domingo.
Miriann Fischer-Boël, Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea (CE), indicó que la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) “se trabó por la postura de Brasil”.
Fischer-Boël, de visita oficial en Argentina, afirmó estar desilusionada por el resultado desalentador de la reunión de junio pasado en Postdam entre Estados Unidos, la Unión Europea (UE), India y Brasil.
“Me desilusionó mucho que Brasil no abriera las industrias. Fracasó por su postura y perdimos la oportunidad”, sentenció la funcionaria europea.
A su vez, destacó que desde la reunión en Hong Kong de la OMC en 2005 tanto el país norteamericano como el bloque comunitario europeo enviaron “mensajes claros de bajas de aranceles, sobre todo en la banda de los más altos, lo que dará posibilidades de acceso a mercados como el de las carnes”.
“En industria deben darnos algo a cambio. Hubo muchos progresos, pero apareció el grupo NAMA 11 (países en desarrollo productores de bienes no agrícolas, liderados por el país presidido por Lula da Silva) y lamento que Brasil no diera un paso más”, agregó.
La Comisaria europea señaló que además Brasil representa en estas negociaciones al denominado G-20, que agrupa a los países en desarrollo, y al Mercosur, el mayor bloque regional sudamericano.
Finalmente, Fischer-Boël apuntó que si la Ronda Doha no exhibe resultados positivos este año, “pasará quizá a 2010”, debido a las elecciones presidenciales de 2008 en Estados Unidos.
Por su parte, Peter Mandelson, Comisario europeo de Comercio, dijo a Reuters que la iniciativa de los países en desarrollo grandes, destinada a proteger sus industrias de las rebajas de aranceles, desafía los objetivos de desarrollo de la Ronda, ya que la mayoría de los derechos de importación que se cobran son entre los mismos países pobres.
"Que líderes de los países en desarrollo como Brasil, India y Sudáfrica ahora rechacen el texto de la Presidencia sobre aranceles industriales, haría un daño terrible al actual proceso de negociaciones y restaría cualquier confianza e impulso que queden en las negociaciones", apuntó Mandelson.
"Ahora no es momento de tomar esos riesgos y apelo a los líderes de Brasil, India y Sudáfrica para que, en su cumbre de la próxima semana, refuercen la confianza en la Ronda en curso", subrayó.
Sin embargo, remarcó que Estados Unidos aún debía "mejorar significativamente su oferta en subsidios agrícolas".
Haciendo alusión a la Ronda Doha, Susan Schwab, Representante comercial de Estados unidos, dijo que “definitivamente se puede salvar". "Será un trabajo duro y necesitaremos que los países que aún no se han manifestado se manifiesten," agregó.
"Estados Unidos está totalmente comprometido con lograr un resultado ambicioso y equilibrado. Nuestros socios comerciales lo saben. El Presidente ha hablado personalmente con decenas de líderes sobre la importancia de la Ronda Doha", concluyó.
La UE ayudará a Argentina en la promoción de la educación y las pymes
La visita de Fischer-Boël se debe a la firma de un convenio con Argentina por el cual la Unión Europea aportará alrededor de 92 millones de dólares para destinarlos a programa de educación y desarrollo de empresas pymes.
El tratado se celebró hoy, y en representación de Argentina estuvo el Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Taiana.
El acuerdo hace foco en tres áreas: los sistemas de enseñanza y de formación, para mejorar el empleo de los jóvenes, la expansión de las pymes, y el diálogo bilateral sobre sectores clave determinados en forma conjunta, según informó la agencia oficial Télam.
“Probablemente haya un acuerdo entre la UE y el Mercosur para sacar esas discusiones de la parálisis, y ver si se puede encontrar una base para lograr concluir un acuerdo entre ambos grupos”, manifestó la Comisaria.
Según informó la Cancillería argentina, Fischer-Boël visitará algunos establecimientos rurales de producción bovina y láctea como parte de su visita, que se prolongará hasta el próximo domingo.
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