La conducta de los líderes de Hamás en el actual enfrentamiento con Israel señala que el modelo de Hezbollah en la Segunda Guerra del Líbano se confierte poco a poco en un modelo digno de ser imitado por ellos.
En la nueva ideología se dan algunos componentes nuevos que ha adoptado el Hamás, aprovechando el éxito de su "hermana musulmana" libanesa, además de lainfluencia de la prédica siria de los últimos tiempos, como la de Bashar Assad, que dijo: "La paz no es la única vía; existe también la Mukawma (Resistencia)".
La adopción de este camino es, para empezar, fácil y cómodo para el Hamás, debido a que no le opone ninguna meta ni medición para el éxito. Del fracaso, el movimiento queda siempre inmune. Se trata de una resistencia de nuevo cuño, que gana más y más terreno, en especial en Gaza. No hay en ella, por supuesto, ninguna aspiración a la liberación de la patria, dado que la lucha no es por territorio, y no hay llamados del tipo "Biladi, Biladi", debido a que no aspiran a una independencia política. ¿A qué aspira, entonces, el movimiento Hamás?
El movimiento aspira a crear una imagen de empate frente a Israel. Los líderes del Hamás, al igual que el de Hezbollah, Hassan Nassrallah, intentan convertir su inferioridad tecnológica frente a Israel en una ventaja. La incitación de las masas encierra un mensaje que dice que, dado que Occidente está equipado con medios tecnológicos sumamente sofisticados, la aspiración debe ser no a vencer, sino a impedir la victoria del adversario. Se debe crear una imagen de empate. El empate, a los ojos de Hamás, es una enorme victoria para el movimiento.
El lema del Fatah, por ejemplo, era "Revolución hasta la victoria". Los líderes del Hamás, en cambio, educan a sus cuadros a luchar en una guerra que no tienen que ganar.
Además, la lucha no es por territorio, sino por sangre. Hacia afuera, el alto número de víctimas del Hamás no es un factor que disuade a sus líderes. Su consuelo es el derramamiento de sangre israelí. El Hamás perpetro en 2002 atentados masivos en autobuses, restaurantes y cafés, debido a que carecía por entonces de armamento y municiones.
Desde la Desconexión, el movimiento logró crear una entidad ideológica bien equipada que se supone que viva por la espada, en combate permanente. Por lo tanto, en tanto y en cuanto haya una amenaza israelí a las puertas de Gaza, los líderes del Hamás se llenan de estímulo y esperanza: por fin podremos concretar la ideología del derramamiento de sangre israelí, no sólo por medio de un atentado suicida sino tamibén en verdaderas operaciones militares.
Otro principio de acción es la muerte como plan de trabajo. El hecho de que la vida en "los territorios" no sea un valor supremo, es un hecho que ya hemos conocido en el pasado, en la época de los atentados suicidas en Israel. Desde entonces, se ha ido reforzando la cultura de la muerte, y atrae y entusiasma a más jóvenes y adolescentes. Las discusiones en las páginas de Internet islámicos acerca de que la vida es un pasillo hacia el mundo venidero, el salario mejorado del suicida, que gozará de la gracia de 72 vírgenes, frente al "salario mínimo" de la suicida mujer, se multiplican. La muerte, así les predican a los adolescentes, es el arma ultimativa de la batalla y el plan de lucha sin límites.
Uno de los componentes dominantes en la concepción ideológica del Hamás, que ha quedado indemne, es la lucha por el islam y no por un país específico y determinado. La gente del movimiento no necesitan definirse como "guerreros de la libertad" o como "patriotas", sino como quienes luchan por la restitución del califato islámico.
Es por eso que el movimiento adoptó la escuela del islam militante, que entiende que no hay preferencia de una arena por otra, ni un límite que sea más importante que los demás. El territorio y las fronteras son sólo eslabones en la lucha por el establecimiento de un califato islámico y la historia le ha destinado al Hamás un importante rol en esta lucha por ser el que luche en el frente de "los herejes judíos".
En el Hamás aseguran tener largo aliento nacional en una lucha multi-generacional. En varias fuentes litararias publicadas en el mundo árabe comparan a Israel con la Unión Soviética, que desapareciera de la arena internacional después de 70 años. El Hamás se apresuró a adoptar esta tesis, que se adecua a su doctrina. Ahmad Yassin, y también Hassan Nassrallah, dijeron en el pasado que hacia la cuarta década de este siglo, Israel desaparecerá del mapa. Por lo tanto, las instrucciones de trabajo para los cuadros en la calle palestina son las que se dan a corredores de maratón, que deben saber que se trata de una lucha multianual, que requiere largo aliento nacional por generaciones. "No eduquen para la victoria", ordenan los predicadores del Hamás. "Eduquen para más batallas".
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sábado, enero 19, 2008
Hamas: la doctrina del empate
La conducta de los líderes de Hamás en el actual enfrentamiento con Israel señala que el modelo de Hezbollah en la Segunda Guerra del Líbano se confierte poco a poco en un modelo digno de ser imitado por ellos.
En la nueva ideología se dan algunos componentes nuevos que ha adoptado el Hamás, aprovechando el éxito de su "hermana musulmana" libanesa, además de lainfluencia de la prédica siria de los últimos tiempos, como la de Bashar Assad, que dijo: "La paz no es la única vía; existe también la Mukawma (Resistencia)".
La adopción de este camino es, para empezar, fácil y cómodo para el Hamás, debido a que no le opone ninguna meta ni medición para el éxito. Del fracaso, el movimiento queda siempre inmune. Se trata de una resistencia de nuevo cuño, que gana más y más terreno, en especial en Gaza. No hay en ella, por supuesto, ninguna aspiración a la liberación de la patria, dado que la lucha no es por territorio, y no hay llamados del tipo "Biladi, Biladi", debido a que no aspiran a una independencia política. ¿A qué aspira, entonces, el movimiento Hamás?
El movimiento aspira a crear una imagen de empate frente a Israel. Los líderes del Hamás, al igual que el de Hezbollah, Hassan Nassrallah, intentan convertir su inferioridad tecnológica frente a Israel en una ventaja. La incitación de las masas encierra un mensaje que dice que, dado que Occidente está equipado con medios tecnológicos sumamente sofisticados, la aspiración debe ser no a vencer, sino a impedir la victoria del adversario. Se debe crear una imagen de empate. El empate, a los ojos de Hamás, es una enorme victoria para el movimiento.
El lema del Fatah, por ejemplo, era "Revolución hasta la victoria". Los líderes del Hamás, en cambio, educan a sus cuadros a luchar en una guerra que no tienen que ganar.
Además, la lucha no es por territorio, sino por sangre. Hacia afuera, el alto número de víctimas del Hamás no es un factor que disuade a sus líderes. Su consuelo es el derramamiento de sangre israelí. El Hamás perpetro en 2002 atentados masivos en autobuses, restaurantes y cafés, debido a que carecía por entonces de armamento y municiones.
Desde la Desconexión, el movimiento logró crear una entidad ideológica bien equipada que se supone que viva por la espada, en combate permanente. Por lo tanto, en tanto y en cuanto haya una amenaza israelí a las puertas de Gaza, los líderes del Hamás se llenan de estímulo y esperanza: por fin podremos concretar la ideología del derramamiento de sangre israelí, no sólo por medio de un atentado suicida sino tamibén en verdaderas operaciones militares.
Otro principio de acción es la muerte como plan de trabajo. El hecho de que la vida en "los territorios" no sea un valor supremo, es un hecho que ya hemos conocido en el pasado, en la época de los atentados suicidas en Israel. Desde entonces, se ha ido reforzando la cultura de la muerte, y atrae y entusiasma a más jóvenes y adolescentes. Las discusiones en las páginas de Internet islámicos acerca de que la vida es un pasillo hacia el mundo venidero, el salario mejorado del suicida, que gozará de la gracia de 72 vírgenes, frente al "salario mínimo" de la suicida mujer, se multiplican. La muerte, así les predican a los adolescentes, es el arma ultimativa de la batalla y el plan de lucha sin límites.
Uno de los componentes dominantes en la concepción ideológica del Hamás, que ha quedado indemne, es la lucha por el islam y no por un país específico y determinado. La gente del movimiento no necesitan definirse como "guerreros de la libertad" o como "patriotas", sino como quienes luchan por la restitución del califato islámico.
Es por eso que el movimiento adoptó la escuela del islam militante, que entiende que no hay preferencia de una arena por otra, ni un límite que sea más importante que los demás. El territorio y las fronteras son sólo eslabones en la lucha por el establecimiento de un califato islámico y la historia le ha destinado al Hamás un importante rol en esta lucha por ser el que luche en el frente de "los herejes judíos".
En el Hamás aseguran tener largo aliento nacional en una lucha multi-generacional. En varias fuentes litararias publicadas en el mundo árabe comparan a Israel con la Unión Soviética, que desapareciera de la arena internacional después de 70 años. El Hamás se apresuró a adoptar esta tesis, que se adecua a su doctrina. Ahmad Yassin, y también Hassan Nassrallah, dijeron en el pasado que hacia la cuarta década de este siglo, Israel desaparecerá del mapa. Por lo tanto, las instrucciones de trabajo para los cuadros en la calle palestina son las que se dan a corredores de maratón, que deben saber que se trata de una lucha multianual, que requiere largo aliento nacional por generaciones. "No eduquen para la victoria", ordenan los predicadores del Hamás. "Eduquen para más batallas".
En la nueva ideología se dan algunos componentes nuevos que ha adoptado el Hamás, aprovechando el éxito de su "hermana musulmana" libanesa, además de lainfluencia de la prédica siria de los últimos tiempos, como la de Bashar Assad, que dijo: "La paz no es la única vía; existe también la Mukawma (Resistencia)".
La adopción de este camino es, para empezar, fácil y cómodo para el Hamás, debido a que no le opone ninguna meta ni medición para el éxito. Del fracaso, el movimiento queda siempre inmune. Se trata de una resistencia de nuevo cuño, que gana más y más terreno, en especial en Gaza. No hay en ella, por supuesto, ninguna aspiración a la liberación de la patria, dado que la lucha no es por territorio, y no hay llamados del tipo "Biladi, Biladi", debido a que no aspiran a una independencia política. ¿A qué aspira, entonces, el movimiento Hamás?
El movimiento aspira a crear una imagen de empate frente a Israel. Los líderes del Hamás, al igual que el de Hezbollah, Hassan Nassrallah, intentan convertir su inferioridad tecnológica frente a Israel en una ventaja. La incitación de las masas encierra un mensaje que dice que, dado que Occidente está equipado con medios tecnológicos sumamente sofisticados, la aspiración debe ser no a vencer, sino a impedir la victoria del adversario. Se debe crear una imagen de empate. El empate, a los ojos de Hamás, es una enorme victoria para el movimiento.
El lema del Fatah, por ejemplo, era "Revolución hasta la victoria". Los líderes del Hamás, en cambio, educan a sus cuadros a luchar en una guerra que no tienen que ganar.
Además, la lucha no es por territorio, sino por sangre. Hacia afuera, el alto número de víctimas del Hamás no es un factor que disuade a sus líderes. Su consuelo es el derramamiento de sangre israelí. El Hamás perpetro en 2002 atentados masivos en autobuses, restaurantes y cafés, debido a que carecía por entonces de armamento y municiones.
Desde la Desconexión, el movimiento logró crear una entidad ideológica bien equipada que se supone que viva por la espada, en combate permanente. Por lo tanto, en tanto y en cuanto haya una amenaza israelí a las puertas de Gaza, los líderes del Hamás se llenan de estímulo y esperanza: por fin podremos concretar la ideología del derramamiento de sangre israelí, no sólo por medio de un atentado suicida sino tamibén en verdaderas operaciones militares.
Otro principio de acción es la muerte como plan de trabajo. El hecho de que la vida en "los territorios" no sea un valor supremo, es un hecho que ya hemos conocido en el pasado, en la época de los atentados suicidas en Israel. Desde entonces, se ha ido reforzando la cultura de la muerte, y atrae y entusiasma a más jóvenes y adolescentes. Las discusiones en las páginas de Internet islámicos acerca de que la vida es un pasillo hacia el mundo venidero, el salario mejorado del suicida, que gozará de la gracia de 72 vírgenes, frente al "salario mínimo" de la suicida mujer, se multiplican. La muerte, así les predican a los adolescentes, es el arma ultimativa de la batalla y el plan de lucha sin límites.
Uno de los componentes dominantes en la concepción ideológica del Hamás, que ha quedado indemne, es la lucha por el islam y no por un país específico y determinado. La gente del movimiento no necesitan definirse como "guerreros de la libertad" o como "patriotas", sino como quienes luchan por la restitución del califato islámico.
Es por eso que el movimiento adoptó la escuela del islam militante, que entiende que no hay preferencia de una arena por otra, ni un límite que sea más importante que los demás. El territorio y las fronteras son sólo eslabones en la lucha por el establecimiento de un califato islámico y la historia le ha destinado al Hamás un importante rol en esta lucha por ser el que luche en el frente de "los herejes judíos".
En el Hamás aseguran tener largo aliento nacional en una lucha multi-generacional. En varias fuentes litararias publicadas en el mundo árabe comparan a Israel con la Unión Soviética, que desapareciera de la arena internacional después de 70 años. El Hamás se apresuró a adoptar esta tesis, que se adecua a su doctrina. Ahmad Yassin, y también Hassan Nassrallah, dijeron en el pasado que hacia la cuarta década de este siglo, Israel desaparecerá del mapa. Por lo tanto, las instrucciones de trabajo para los cuadros en la calle palestina son las que se dan a corredores de maratón, que deben saber que se trata de una lucha multianual, que requiere largo aliento nacional por generaciones. "No eduquen para la victoria", ordenan los predicadores del Hamás. "Eduquen para más batallas".
Hamas: la doctrina del empate
La conducta de los líderes de Hamás en el actual enfrentamiento con Israel señala que el modelo de Hezbollah en la Segunda Guerra del Líbano se confierte poco a poco en un modelo digno de ser imitado por ellos.
En la nueva ideología se dan algunos componentes nuevos que ha adoptado el Hamás, aprovechando el éxito de su "hermana musulmana" libanesa, además de lainfluencia de la prédica siria de los últimos tiempos, como la de Bashar Assad, que dijo: "La paz no es la única vía; existe también la Mukawma (Resistencia)".
La adopción de este camino es, para empezar, fácil y cómodo para el Hamás, debido a que no le opone ninguna meta ni medición para el éxito. Del fracaso, el movimiento queda siempre inmune. Se trata de una resistencia de nuevo cuño, que gana más y más terreno, en especial en Gaza. No hay en ella, por supuesto, ninguna aspiración a la liberación de la patria, dado que la lucha no es por territorio, y no hay llamados del tipo "Biladi, Biladi", debido a que no aspiran a una independencia política. ¿A qué aspira, entonces, el movimiento Hamás?
El movimiento aspira a crear una imagen de empate frente a Israel. Los líderes del Hamás, al igual que el de Hezbollah, Hassan Nassrallah, intentan convertir su inferioridad tecnológica frente a Israel en una ventaja. La incitación de las masas encierra un mensaje que dice que, dado que Occidente está equipado con medios tecnológicos sumamente sofisticados, la aspiración debe ser no a vencer, sino a impedir la victoria del adversario. Se debe crear una imagen de empate. El empate, a los ojos de Hamás, es una enorme victoria para el movimiento.
El lema del Fatah, por ejemplo, era "Revolución hasta la victoria". Los líderes del Hamás, en cambio, educan a sus cuadros a luchar en una guerra que no tienen que ganar.
Además, la lucha no es por territorio, sino por sangre. Hacia afuera, el alto número de víctimas del Hamás no es un factor que disuade a sus líderes. Su consuelo es el derramamiento de sangre israelí. El Hamás perpetro en 2002 atentados masivos en autobuses, restaurantes y cafés, debido a que carecía por entonces de armamento y municiones.
Desde la Desconexión, el movimiento logró crear una entidad ideológica bien equipada que se supone que viva por la espada, en combate permanente. Por lo tanto, en tanto y en cuanto haya una amenaza israelí a las puertas de Gaza, los líderes del Hamás se llenan de estímulo y esperanza: por fin podremos concretar la ideología del derramamiento de sangre israelí, no sólo por medio de un atentado suicida sino tamibén en verdaderas operaciones militares.
Otro principio de acción es la muerte como plan de trabajo. El hecho de que la vida en "los territorios" no sea un valor supremo, es un hecho que ya hemos conocido en el pasado, en la época de los atentados suicidas en Israel. Desde entonces, se ha ido reforzando la cultura de la muerte, y atrae y entusiasma a más jóvenes y adolescentes. Las discusiones en las páginas de Internet islámicos acerca de que la vida es un pasillo hacia el mundo venidero, el salario mejorado del suicida, que gozará de la gracia de 72 vírgenes, frente al "salario mínimo" de la suicida mujer, se multiplican. La muerte, así les predican a los adolescentes, es el arma ultimativa de la batalla y el plan de lucha sin límites.
Uno de los componentes dominantes en la concepción ideológica del Hamás, que ha quedado indemne, es la lucha por el islam y no por un país específico y determinado. La gente del movimiento no necesitan definirse como "guerreros de la libertad" o como "patriotas", sino como quienes luchan por la restitución del califato islámico.
Es por eso que el movimiento adoptó la escuela del islam militante, que entiende que no hay preferencia de una arena por otra, ni un límite que sea más importante que los demás. El territorio y las fronteras son sólo eslabones en la lucha por el establecimiento de un califato islámico y la historia le ha destinado al Hamás un importante rol en esta lucha por ser el que luche en el frente de "los herejes judíos".
En el Hamás aseguran tener largo aliento nacional en una lucha multi-generacional. En varias fuentes litararias publicadas en el mundo árabe comparan a Israel con la Unión Soviética, que desapareciera de la arena internacional después de 70 años. El Hamás se apresuró a adoptar esta tesis, que se adecua a su doctrina. Ahmad Yassin, y también Hassan Nassrallah, dijeron en el pasado que hacia la cuarta década de este siglo, Israel desaparecerá del mapa. Por lo tanto, las instrucciones de trabajo para los cuadros en la calle palestina son las que se dan a corredores de maratón, que deben saber que se trata de una lucha multianual, que requiere largo aliento nacional por generaciones. "No eduquen para la victoria", ordenan los predicadores del Hamás. "Eduquen para más batallas".
En la nueva ideología se dan algunos componentes nuevos que ha adoptado el Hamás, aprovechando el éxito de su "hermana musulmana" libanesa, además de lainfluencia de la prédica siria de los últimos tiempos, como la de Bashar Assad, que dijo: "La paz no es la única vía; existe también la Mukawma (Resistencia)".
La adopción de este camino es, para empezar, fácil y cómodo para el Hamás, debido a que no le opone ninguna meta ni medición para el éxito. Del fracaso, el movimiento queda siempre inmune. Se trata de una resistencia de nuevo cuño, que gana más y más terreno, en especial en Gaza. No hay en ella, por supuesto, ninguna aspiración a la liberación de la patria, dado que la lucha no es por territorio, y no hay llamados del tipo "Biladi, Biladi", debido a que no aspiran a una independencia política. ¿A qué aspira, entonces, el movimiento Hamás?
El movimiento aspira a crear una imagen de empate frente a Israel. Los líderes del Hamás, al igual que el de Hezbollah, Hassan Nassrallah, intentan convertir su inferioridad tecnológica frente a Israel en una ventaja. La incitación de las masas encierra un mensaje que dice que, dado que Occidente está equipado con medios tecnológicos sumamente sofisticados, la aspiración debe ser no a vencer, sino a impedir la victoria del adversario. Se debe crear una imagen de empate. El empate, a los ojos de Hamás, es una enorme victoria para el movimiento.
El lema del Fatah, por ejemplo, era "Revolución hasta la victoria". Los líderes del Hamás, en cambio, educan a sus cuadros a luchar en una guerra que no tienen que ganar.
Además, la lucha no es por territorio, sino por sangre. Hacia afuera, el alto número de víctimas del Hamás no es un factor que disuade a sus líderes. Su consuelo es el derramamiento de sangre israelí. El Hamás perpetro en 2002 atentados masivos en autobuses, restaurantes y cafés, debido a que carecía por entonces de armamento y municiones.
Desde la Desconexión, el movimiento logró crear una entidad ideológica bien equipada que se supone que viva por la espada, en combate permanente. Por lo tanto, en tanto y en cuanto haya una amenaza israelí a las puertas de Gaza, los líderes del Hamás se llenan de estímulo y esperanza: por fin podremos concretar la ideología del derramamiento de sangre israelí, no sólo por medio de un atentado suicida sino tamibén en verdaderas operaciones militares.
Otro principio de acción es la muerte como plan de trabajo. El hecho de que la vida en "los territorios" no sea un valor supremo, es un hecho que ya hemos conocido en el pasado, en la época de los atentados suicidas en Israel. Desde entonces, se ha ido reforzando la cultura de la muerte, y atrae y entusiasma a más jóvenes y adolescentes. Las discusiones en las páginas de Internet islámicos acerca de que la vida es un pasillo hacia el mundo venidero, el salario mejorado del suicida, que gozará de la gracia de 72 vírgenes, frente al "salario mínimo" de la suicida mujer, se multiplican. La muerte, así les predican a los adolescentes, es el arma ultimativa de la batalla y el plan de lucha sin límites.
Uno de los componentes dominantes en la concepción ideológica del Hamás, que ha quedado indemne, es la lucha por el islam y no por un país específico y determinado. La gente del movimiento no necesitan definirse como "guerreros de la libertad" o como "patriotas", sino como quienes luchan por la restitución del califato islámico.
Es por eso que el movimiento adoptó la escuela del islam militante, que entiende que no hay preferencia de una arena por otra, ni un límite que sea más importante que los demás. El territorio y las fronteras son sólo eslabones en la lucha por el establecimiento de un califato islámico y la historia le ha destinado al Hamás un importante rol en esta lucha por ser el que luche en el frente de "los herejes judíos".
En el Hamás aseguran tener largo aliento nacional en una lucha multi-generacional. En varias fuentes litararias publicadas en el mundo árabe comparan a Israel con la Unión Soviética, que desapareciera de la arena internacional después de 70 años. El Hamás se apresuró a adoptar esta tesis, que se adecua a su doctrina. Ahmad Yassin, y también Hassan Nassrallah, dijeron en el pasado que hacia la cuarta década de este siglo, Israel desaparecerá del mapa. Por lo tanto, las instrucciones de trabajo para los cuadros en la calle palestina son las que se dan a corredores de maratón, que deben saber que se trata de una lucha multianual, que requiere largo aliento nacional por generaciones. "No eduquen para la victoria", ordenan los predicadores del Hamás. "Eduquen para más batallas".
Guerra en Gaza
Mientras el comandante en jefe del ejército se acerca paso a paso a un operativo terrestre en Gaza, y el premier Ehud Olmert grita su no interés en ello, la pregunta que queda es por la existencia de una política israelí en la cuestión.
El primer ministro puede seguir declarando que no tiene interés en un operativo terrestre amplio en la Franja de Gaza, pero en los hechos Israel se ve arrastrado hacia la Franja paso a paso. Las pesadas ráfagas de misiles Kassam, la oscuridad que cayó sobre Sderot por ellas, los lanzamientos contra Ashkelon cada vez más frecuentes, el disparo de francotiradores a lo largo de la cerca de seguridad y, por el otro lado, una larga lista de muertos. En el Estado de Sderot, a apenas 60 kilómetros de Tel Aviv, la guerra ya ha comenzado.
Quien se empecine, podrá hallar líneas de similitud entre la presente fase del enfrentamiento en Gaza y las últimas semanas de la Segunda Guerra del Líbano. También en el maldito verano de 2006, Tzahal intentó al principio enfrentar la amenaza de misiles, en especial por medio de la activación de la Fuerza Aérea a control remoto. Sólo luego de 32 días, cuando el alto el fuego ya era un hecho consumado, comenzó el operativo terrestre destinado a tomar amplias áreas de lanzamiento de misiles de modo simultáneo. En la guerra de Gaza todavía estamos lejos de una fase terrestre global, pero si la situación continúa escalando al ritmo de los últimos días, Tzahal se encontrará muy pronto bien adentro de Gaza, a pesar de que el primer ministro no está interesado en ello (ni tampoco oficiales del ejército).
En esta etapa, lo que realmente impide un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, tal que requiera también la convocatoria de la reserva, es el miedo paralizante a una nueva Comisión Winograd, el grave temor de por lo menos decenas de bajas, y también el estado del tiempo. Tzahal, como cualquier otro ejército del mundo, prefiere sus grandes guerras en el verano o, como mínimo, en la primavera, para que las nubes no limiten a la Fuerza Aérea en sus misiones. Así, hasta que la Primera Guerra de Gaza se vuelva total, somos testigos de la continuación del proceso de escalada.
No hay política
La acción de la unidad "Egoz", con la ayuda de la Fuerza Aérea y otras unidades terrestres, que sacudió esta semana el terreno y mató a 17 palestinos, entre ellos el hijo de Mahmud A-Zahar, fue dirigida contra las zonas en el norte de la Franja de Gaza, desde donde eran lanzadas bombas de mortero.
Se trató de una de una serie de acciones cuya meta, ate todo, es cobrar un precio a la parte palestina por los disparos contra territorio israelí o, en otras palabras: matar cuantos más terroristas mejor. Es difícil entender por qué, a pesar del alto número de muertos en el lado palestino, Tzahal no emitió una orden que prohíba, al menos por un día, los trabajos agrícolas aledaños a la cerca de seguridad.
En Tzahal se rompían la cabeza sobre cómo parar la bola de nieve. El comandante del ejército, Gaby Ashkenazi, dijo: "Si hace falta, ampliaremos la actividad en Gaza". Es una insinuación transparente de los planes de Tzahal de un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, que contradice los dichos de Ehud Olmert, según los cuales "mucho recomiendo no complicarnos en acciones y en precios que no guardan ninguna proporción con las limitaciones con las que nos enfrentamos". A la luz de la brecha entre las visiones, por lo menos según estos dichos, surge la pregunta de cuál es la política israelí. La respuesta, lamentablemente, es que no hay política. Mientras tanto, rodamos de operativo en operativo, y rezamos por que el número de víctimas en la retaguardia civil sea "soportable".
El primer ministro puede seguir declarando que no tiene interés en un operativo terrestre amplio en la Franja de Gaza, pero en los hechos Israel se ve arrastrado hacia la Franja paso a paso. Las pesadas ráfagas de misiles Kassam, la oscuridad que cayó sobre Sderot por ellas, los lanzamientos contra Ashkelon cada vez más frecuentes, el disparo de francotiradores a lo largo de la cerca de seguridad y, por el otro lado, una larga lista de muertos. En el Estado de Sderot, a apenas 60 kilómetros de Tel Aviv, la guerra ya ha comenzado.
Quien se empecine, podrá hallar líneas de similitud entre la presente fase del enfrentamiento en Gaza y las últimas semanas de la Segunda Guerra del Líbano. También en el maldito verano de 2006, Tzahal intentó al principio enfrentar la amenaza de misiles, en especial por medio de la activación de la Fuerza Aérea a control remoto. Sólo luego de 32 días, cuando el alto el fuego ya era un hecho consumado, comenzó el operativo terrestre destinado a tomar amplias áreas de lanzamiento de misiles de modo simultáneo. En la guerra de Gaza todavía estamos lejos de una fase terrestre global, pero si la situación continúa escalando al ritmo de los últimos días, Tzahal se encontrará muy pronto bien adentro de Gaza, a pesar de que el primer ministro no está interesado en ello (ni tampoco oficiales del ejército).
En esta etapa, lo que realmente impide un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, tal que requiera también la convocatoria de la reserva, es el miedo paralizante a una nueva Comisión Winograd, el grave temor de por lo menos decenas de bajas, y también el estado del tiempo. Tzahal, como cualquier otro ejército del mundo, prefiere sus grandes guerras en el verano o, como mínimo, en la primavera, para que las nubes no limiten a la Fuerza Aérea en sus misiones. Así, hasta que la Primera Guerra de Gaza se vuelva total, somos testigos de la continuación del proceso de escalada.
No hay política
La acción de la unidad "Egoz", con la ayuda de la Fuerza Aérea y otras unidades terrestres, que sacudió esta semana el terreno y mató a 17 palestinos, entre ellos el hijo de Mahmud A-Zahar, fue dirigida contra las zonas en el norte de la Franja de Gaza, desde donde eran lanzadas bombas de mortero.
Se trató de una de una serie de acciones cuya meta, ate todo, es cobrar un precio a la parte palestina por los disparos contra territorio israelí o, en otras palabras: matar cuantos más terroristas mejor. Es difícil entender por qué, a pesar del alto número de muertos en el lado palestino, Tzahal no emitió una orden que prohíba, al menos por un día, los trabajos agrícolas aledaños a la cerca de seguridad.
En Tzahal se rompían la cabeza sobre cómo parar la bola de nieve. El comandante del ejército, Gaby Ashkenazi, dijo: "Si hace falta, ampliaremos la actividad en Gaza". Es una insinuación transparente de los planes de Tzahal de un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, que contradice los dichos de Ehud Olmert, según los cuales "mucho recomiendo no complicarnos en acciones y en precios que no guardan ninguna proporción con las limitaciones con las que nos enfrentamos". A la luz de la brecha entre las visiones, por lo menos según estos dichos, surge la pregunta de cuál es la política israelí. La respuesta, lamentablemente, es que no hay política. Mientras tanto, rodamos de operativo en operativo, y rezamos por que el número de víctimas en la retaguardia civil sea "soportable".
Guerra en Gaza
Mientras el comandante en jefe del ejército se acerca paso a paso a un operativo terrestre en Gaza, y el premier Ehud Olmert grita su no interés en ello, la pregunta que queda es por la existencia de una política israelí en la cuestión.
El primer ministro puede seguir declarando que no tiene interés en un operativo terrestre amplio en la Franja de Gaza, pero en los hechos Israel se ve arrastrado hacia la Franja paso a paso. Las pesadas ráfagas de misiles Kassam, la oscuridad que cayó sobre Sderot por ellas, los lanzamientos contra Ashkelon cada vez más frecuentes, el disparo de francotiradores a lo largo de la cerca de seguridad y, por el otro lado, una larga lista de muertos. En el Estado de Sderot, a apenas 60 kilómetros de Tel Aviv, la guerra ya ha comenzado.
Quien se empecine, podrá hallar líneas de similitud entre la presente fase del enfrentamiento en Gaza y las últimas semanas de la Segunda Guerra del Líbano. También en el maldito verano de 2006, Tzahal intentó al principio enfrentar la amenaza de misiles, en especial por medio de la activación de la Fuerza Aérea a control remoto. Sólo luego de 32 días, cuando el alto el fuego ya era un hecho consumado, comenzó el operativo terrestre destinado a tomar amplias áreas de lanzamiento de misiles de modo simultáneo. En la guerra de Gaza todavía estamos lejos de una fase terrestre global, pero si la situación continúa escalando al ritmo de los últimos días, Tzahal se encontrará muy pronto bien adentro de Gaza, a pesar de que el primer ministro no está interesado en ello (ni tampoco oficiales del ejército).
En esta etapa, lo que realmente impide un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, tal que requiera también la convocatoria de la reserva, es el miedo paralizante a una nueva Comisión Winograd, el grave temor de por lo menos decenas de bajas, y también el estado del tiempo. Tzahal, como cualquier otro ejército del mundo, prefiere sus grandes guerras en el verano o, como mínimo, en la primavera, para que las nubes no limiten a la Fuerza Aérea en sus misiones. Así, hasta que la Primera Guerra de Gaza se vuelva total, somos testigos de la continuación del proceso de escalada.
No hay política
La acción de la unidad "Egoz", con la ayuda de la Fuerza Aérea y otras unidades terrestres, que sacudió esta semana el terreno y mató a 17 palestinos, entre ellos el hijo de Mahmud A-Zahar, fue dirigida contra las zonas en el norte de la Franja de Gaza, desde donde eran lanzadas bombas de mortero.
Se trató de una de una serie de acciones cuya meta, ate todo, es cobrar un precio a la parte palestina por los disparos contra territorio israelí o, en otras palabras: matar cuantos más terroristas mejor. Es difícil entender por qué, a pesar del alto número de muertos en el lado palestino, Tzahal no emitió una orden que prohíba, al menos por un día, los trabajos agrícolas aledaños a la cerca de seguridad.
En Tzahal se rompían la cabeza sobre cómo parar la bola de nieve. El comandante del ejército, Gaby Ashkenazi, dijo: "Si hace falta, ampliaremos la actividad en Gaza". Es una insinuación transparente de los planes de Tzahal de un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, que contradice los dichos de Ehud Olmert, según los cuales "mucho recomiendo no complicarnos en acciones y en precios que no guardan ninguna proporción con las limitaciones con las que nos enfrentamos". A la luz de la brecha entre las visiones, por lo menos según estos dichos, surge la pregunta de cuál es la política israelí. La respuesta, lamentablemente, es que no hay política. Mientras tanto, rodamos de operativo en operativo, y rezamos por que el número de víctimas en la retaguardia civil sea "soportable".
El primer ministro puede seguir declarando que no tiene interés en un operativo terrestre amplio en la Franja de Gaza, pero en los hechos Israel se ve arrastrado hacia la Franja paso a paso. Las pesadas ráfagas de misiles Kassam, la oscuridad que cayó sobre Sderot por ellas, los lanzamientos contra Ashkelon cada vez más frecuentes, el disparo de francotiradores a lo largo de la cerca de seguridad y, por el otro lado, una larga lista de muertos. En el Estado de Sderot, a apenas 60 kilómetros de Tel Aviv, la guerra ya ha comenzado.
Quien se empecine, podrá hallar líneas de similitud entre la presente fase del enfrentamiento en Gaza y las últimas semanas de la Segunda Guerra del Líbano. También en el maldito verano de 2006, Tzahal intentó al principio enfrentar la amenaza de misiles, en especial por medio de la activación de la Fuerza Aérea a control remoto. Sólo luego de 32 días, cuando el alto el fuego ya era un hecho consumado, comenzó el operativo terrestre destinado a tomar amplias áreas de lanzamiento de misiles de modo simultáneo. En la guerra de Gaza todavía estamos lejos de una fase terrestre global, pero si la situación continúa escalando al ritmo de los últimos días, Tzahal se encontrará muy pronto bien adentro de Gaza, a pesar de que el primer ministro no está interesado en ello (ni tampoco oficiales del ejército).
En esta etapa, lo que realmente impide un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, tal que requiera también la convocatoria de la reserva, es el miedo paralizante a una nueva Comisión Winograd, el grave temor de por lo menos decenas de bajas, y también el estado del tiempo. Tzahal, como cualquier otro ejército del mundo, prefiere sus grandes guerras en el verano o, como mínimo, en la primavera, para que las nubes no limiten a la Fuerza Aérea en sus misiones. Así, hasta que la Primera Guerra de Gaza se vuelva total, somos testigos de la continuación del proceso de escalada.
No hay política
La acción de la unidad "Egoz", con la ayuda de la Fuerza Aérea y otras unidades terrestres, que sacudió esta semana el terreno y mató a 17 palestinos, entre ellos el hijo de Mahmud A-Zahar, fue dirigida contra las zonas en el norte de la Franja de Gaza, desde donde eran lanzadas bombas de mortero.
Se trató de una de una serie de acciones cuya meta, ate todo, es cobrar un precio a la parte palestina por los disparos contra territorio israelí o, en otras palabras: matar cuantos más terroristas mejor. Es difícil entender por qué, a pesar del alto número de muertos en el lado palestino, Tzahal no emitió una orden que prohíba, al menos por un día, los trabajos agrícolas aledaños a la cerca de seguridad.
En Tzahal se rompían la cabeza sobre cómo parar la bola de nieve. El comandante del ejército, Gaby Ashkenazi, dijo: "Si hace falta, ampliaremos la actividad en Gaza". Es una insinuación transparente de los planes de Tzahal de un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, que contradice los dichos de Ehud Olmert, según los cuales "mucho recomiendo no complicarnos en acciones y en precios que no guardan ninguna proporción con las limitaciones con las que nos enfrentamos". A la luz de la brecha entre las visiones, por lo menos según estos dichos, surge la pregunta de cuál es la política israelí. La respuesta, lamentablemente, es que no hay política. Mientras tanto, rodamos de operativo en operativo, y rezamos por que el número de víctimas en la retaguardia civil sea "soportable".
Guerra en Gaza
Mientras el comandante en jefe del ejército se acerca paso a paso a un operativo terrestre en Gaza, y el premier Ehud Olmert grita su no interés en ello, la pregunta que queda es por la existencia de una política israelí en la cuestión.
El primer ministro puede seguir declarando que no tiene interés en un operativo terrestre amplio en la Franja de Gaza, pero en los hechos Israel se ve arrastrado hacia la Franja paso a paso. Las pesadas ráfagas de misiles Kassam, la oscuridad que cayó sobre Sderot por ellas, los lanzamientos contra Ashkelon cada vez más frecuentes, el disparo de francotiradores a lo largo de la cerca de seguridad y, por el otro lado, una larga lista de muertos. En el Estado de Sderot, a apenas 60 kilómetros de Tel Aviv, la guerra ya ha comenzado.
Quien se empecine, podrá hallar líneas de similitud entre la presente fase del enfrentamiento en Gaza y las últimas semanas de la Segunda Guerra del Líbano. También en el maldito verano de 2006, Tzahal intentó al principio enfrentar la amenaza de misiles, en especial por medio de la activación de la Fuerza Aérea a control remoto. Sólo luego de 32 días, cuando el alto el fuego ya era un hecho consumado, comenzó el operativo terrestre destinado a tomar amplias áreas de lanzamiento de misiles de modo simultáneo. En la guerra de Gaza todavía estamos lejos de una fase terrestre global, pero si la situación continúa escalando al ritmo de los últimos días, Tzahal se encontrará muy pronto bien adentro de Gaza, a pesar de que el primer ministro no está interesado en ello (ni tampoco oficiales del ejército).
En esta etapa, lo que realmente impide un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, tal que requiera también la convocatoria de la reserva, es el miedo paralizante a una nueva Comisión Winograd, el grave temor de por lo menos decenas de bajas, y también el estado del tiempo. Tzahal, como cualquier otro ejército del mundo, prefiere sus grandes guerras en el verano o, como mínimo, en la primavera, para que las nubes no limiten a la Fuerza Aérea en sus misiones. Así, hasta que la Primera Guerra de Gaza se vuelva total, somos testigos de la continuación del proceso de escalada.
No hay política
La acción de la unidad "Egoz", con la ayuda de la Fuerza Aérea y otras unidades terrestres, que sacudió esta semana el terreno y mató a 17 palestinos, entre ellos el hijo de Mahmud A-Zahar, fue dirigida contra las zonas en el norte de la Franja de Gaza, desde donde eran lanzadas bombas de mortero.
Se trató de una de una serie de acciones cuya meta, ate todo, es cobrar un precio a la parte palestina por los disparos contra territorio israelí o, en otras palabras: matar cuantos más terroristas mejor. Es difícil entender por qué, a pesar del alto número de muertos en el lado palestino, Tzahal no emitió una orden que prohíba, al menos por un día, los trabajos agrícolas aledaños a la cerca de seguridad.
En Tzahal se rompían la cabeza sobre cómo parar la bola de nieve. El comandante del ejército, Gaby Ashkenazi, dijo: "Si hace falta, ampliaremos la actividad en Gaza". Es una insinuación transparente de los planes de Tzahal de un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, que contradice los dichos de Ehud Olmert, según los cuales "mucho recomiendo no complicarnos en acciones y en precios que no guardan ninguna proporción con las limitaciones con las que nos enfrentamos". A la luz de la brecha entre las visiones, por lo menos según estos dichos, surge la pregunta de cuál es la política israelí. La respuesta, lamentablemente, es que no hay política. Mientras tanto, rodamos de operativo en operativo, y rezamos por que el número de víctimas en la retaguardia civil sea "soportable".
El primer ministro puede seguir declarando que no tiene interés en un operativo terrestre amplio en la Franja de Gaza, pero en los hechos Israel se ve arrastrado hacia la Franja paso a paso. Las pesadas ráfagas de misiles Kassam, la oscuridad que cayó sobre Sderot por ellas, los lanzamientos contra Ashkelon cada vez más frecuentes, el disparo de francotiradores a lo largo de la cerca de seguridad y, por el otro lado, una larga lista de muertos. En el Estado de Sderot, a apenas 60 kilómetros de Tel Aviv, la guerra ya ha comenzado.
Quien se empecine, podrá hallar líneas de similitud entre la presente fase del enfrentamiento en Gaza y las últimas semanas de la Segunda Guerra del Líbano. También en el maldito verano de 2006, Tzahal intentó al principio enfrentar la amenaza de misiles, en especial por medio de la activación de la Fuerza Aérea a control remoto. Sólo luego de 32 días, cuando el alto el fuego ya era un hecho consumado, comenzó el operativo terrestre destinado a tomar amplias áreas de lanzamiento de misiles de modo simultáneo. En la guerra de Gaza todavía estamos lejos de una fase terrestre global, pero si la situación continúa escalando al ritmo de los últimos días, Tzahal se encontrará muy pronto bien adentro de Gaza, a pesar de que el primer ministro no está interesado en ello (ni tampoco oficiales del ejército).
En esta etapa, lo que realmente impide un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, tal que requiera también la convocatoria de la reserva, es el miedo paralizante a una nueva Comisión Winograd, el grave temor de por lo menos decenas de bajas, y también el estado del tiempo. Tzahal, como cualquier otro ejército del mundo, prefiere sus grandes guerras en el verano o, como mínimo, en la primavera, para que las nubes no limiten a la Fuerza Aérea en sus misiones. Así, hasta que la Primera Guerra de Gaza se vuelva total, somos testigos de la continuación del proceso de escalada.
No hay política
La acción de la unidad "Egoz", con la ayuda de la Fuerza Aérea y otras unidades terrestres, que sacudió esta semana el terreno y mató a 17 palestinos, entre ellos el hijo de Mahmud A-Zahar, fue dirigida contra las zonas en el norte de la Franja de Gaza, desde donde eran lanzadas bombas de mortero.
Se trató de una de una serie de acciones cuya meta, ate todo, es cobrar un precio a la parte palestina por los disparos contra territorio israelí o, en otras palabras: matar cuantos más terroristas mejor. Es difícil entender por qué, a pesar del alto número de muertos en el lado palestino, Tzahal no emitió una orden que prohíba, al menos por un día, los trabajos agrícolas aledaños a la cerca de seguridad.
En Tzahal se rompían la cabeza sobre cómo parar la bola de nieve. El comandante del ejército, Gaby Ashkenazi, dijo: "Si hace falta, ampliaremos la actividad en Gaza". Es una insinuación transparente de los planes de Tzahal de un amplio operativo terrestre en la Franja de Gaza, que contradice los dichos de Ehud Olmert, según los cuales "mucho recomiendo no complicarnos en acciones y en precios que no guardan ninguna proporción con las limitaciones con las que nos enfrentamos". A la luz de la brecha entre las visiones, por lo menos según estos dichos, surge la pregunta de cuál es la política israelí. La respuesta, lamentablemente, es que no hay política. Mientras tanto, rodamos de operativo en operativo, y rezamos por que el número de víctimas en la retaguardia civil sea "soportable".
lunes, enero 07, 2008
La economía israelí crece, mas inversión, superavit,mas empleo, pero también mas brecha
El resumen preliminar de datos que publicó la Oficina Central de Estadísticas al finalizar el año confirma que las predicciones formuladas a lo largo de los últimos meses tenían una base firme. Mientras que la población ya llegó a 7.2 millones de habitantes, la economía continúa en proceso de expansión.
El Producto Bruto Interno creció en 5.3%, el PBI per capita en 3.5%. llegando a una cifra de 22.600 dólares y las inversiones del sector privado crecieron en más de 18%.
Sobre este punto cabe resaltar que el PBI per capita en los países miembros de la OCDE, entidad que agrupa a las naciones desarrolladas y al que Israel fue invitado a incorporarse, creció en 2%.
Si bien a lo largo del año se escucharon voces acerca de los perjuicios que provoca a los exportadores la caída de la cotización del dólar frente al shékel, el envío de mercaderías al exterior subió en 8.6%. En este renglón influye en forma decisiva el comportamiento de la demanda internacional que durante el año 2007 fue más que buena.
En materia social es destacable el hecho que volvió a descender el índice de desempleo, bajando por primera vez en mucho tiempo a 6.9%. La aprobación de la norma que implementa la jubilación obligatoria y la aprobación de la ley que resguarda los derechos de empleados por medio de contratistas son dos conquistas significativas para los trabajadores a pesar que despiertan determinadas críticas.
¿Si todo está tan bien, qué es lo que no funciona? Lo que está lejos de solucionarse es la problemática relacionada con la brecha social. El crecimiento económico es disfrutado por un determinado sector, minoritario y no alcanza ni por asomo a otro, mucho más numeroso.
Los empleos mejor remunerados, además, están en su gran mayoría en el centro del país mientras que en las zonas apartadas los puestos de trabajo ofrecen salarios bajos o apenas el mínimo.
Salud, educación y bienestar social son los rubros que requieren mayores recursos si el Gobierno pretende reducir, aunque sea en forma lenta, las diferencias que se ahondaron en los últimos años.
El Producto Bruto Interno creció en 5.3%, el PBI per capita en 3.5%. llegando a una cifra de 22.600 dólares y las inversiones del sector privado crecieron en más de 18%.
Sobre este punto cabe resaltar que el PBI per capita en los países miembros de la OCDE, entidad que agrupa a las naciones desarrolladas y al que Israel fue invitado a incorporarse, creció en 2%.
Si bien a lo largo del año se escucharon voces acerca de los perjuicios que provoca a los exportadores la caída de la cotización del dólar frente al shékel, el envío de mercaderías al exterior subió en 8.6%. En este renglón influye en forma decisiva el comportamiento de la demanda internacional que durante el año 2007 fue más que buena.
En materia social es destacable el hecho que volvió a descender el índice de desempleo, bajando por primera vez en mucho tiempo a 6.9%. La aprobación de la norma que implementa la jubilación obligatoria y la aprobación de la ley que resguarda los derechos de empleados por medio de contratistas son dos conquistas significativas para los trabajadores a pesar que despiertan determinadas críticas.
¿Si todo está tan bien, qué es lo que no funciona? Lo que está lejos de solucionarse es la problemática relacionada con la brecha social. El crecimiento económico es disfrutado por un determinado sector, minoritario y no alcanza ni por asomo a otro, mucho más numeroso.
Los empleos mejor remunerados, además, están en su gran mayoría en el centro del país mientras que en las zonas apartadas los puestos de trabajo ofrecen salarios bajos o apenas el mínimo.
Salud, educación y bienestar social son los rubros que requieren mayores recursos si el Gobierno pretende reducir, aunque sea en forma lenta, las diferencias que se ahondaron en los últimos años.
La economía israelí crece, mas inversión, superavit,mas empleo, pero también mas brecha
El resumen preliminar de datos que publicó la Oficina Central de Estadísticas al finalizar el año confirma que las predicciones formuladas a lo largo de los últimos meses tenían una base firme. Mientras que la población ya llegó a 7.2 millones de habitantes, la economía continúa en proceso de expansión.
El Producto Bruto Interno creció en 5.3%, el PBI per capita en 3.5%. llegando a una cifra de 22.600 dólares y las inversiones del sector privado crecieron en más de 18%.
Sobre este punto cabe resaltar que el PBI per capita en los países miembros de la OCDE, entidad que agrupa a las naciones desarrolladas y al que Israel fue invitado a incorporarse, creció en 2%.
Si bien a lo largo del año se escucharon voces acerca de los perjuicios que provoca a los exportadores la caída de la cotización del dólar frente al shékel, el envío de mercaderías al exterior subió en 8.6%. En este renglón influye en forma decisiva el comportamiento de la demanda internacional que durante el año 2007 fue más que buena.
En materia social es destacable el hecho que volvió a descender el índice de desempleo, bajando por primera vez en mucho tiempo a 6.9%. La aprobación de la norma que implementa la jubilación obligatoria y la aprobación de la ley que resguarda los derechos de empleados por medio de contratistas son dos conquistas significativas para los trabajadores a pesar que despiertan determinadas críticas.
¿Si todo está tan bien, qué es lo que no funciona? Lo que está lejos de solucionarse es la problemática relacionada con la brecha social. El crecimiento económico es disfrutado por un determinado sector, minoritario y no alcanza ni por asomo a otro, mucho más numeroso.
Los empleos mejor remunerados, además, están en su gran mayoría en el centro del país mientras que en las zonas apartadas los puestos de trabajo ofrecen salarios bajos o apenas el mínimo.
Salud, educación y bienestar social son los rubros que requieren mayores recursos si el Gobierno pretende reducir, aunque sea en forma lenta, las diferencias que se ahondaron en los últimos años.
El Producto Bruto Interno creció en 5.3%, el PBI per capita en 3.5%. llegando a una cifra de 22.600 dólares y las inversiones del sector privado crecieron en más de 18%.
Sobre este punto cabe resaltar que el PBI per capita en los países miembros de la OCDE, entidad que agrupa a las naciones desarrolladas y al que Israel fue invitado a incorporarse, creció en 2%.
Si bien a lo largo del año se escucharon voces acerca de los perjuicios que provoca a los exportadores la caída de la cotización del dólar frente al shékel, el envío de mercaderías al exterior subió en 8.6%. En este renglón influye en forma decisiva el comportamiento de la demanda internacional que durante el año 2007 fue más que buena.
En materia social es destacable el hecho que volvió a descender el índice de desempleo, bajando por primera vez en mucho tiempo a 6.9%. La aprobación de la norma que implementa la jubilación obligatoria y la aprobación de la ley que resguarda los derechos de empleados por medio de contratistas son dos conquistas significativas para los trabajadores a pesar que despiertan determinadas críticas.
¿Si todo está tan bien, qué es lo que no funciona? Lo que está lejos de solucionarse es la problemática relacionada con la brecha social. El crecimiento económico es disfrutado por un determinado sector, minoritario y no alcanza ni por asomo a otro, mucho más numeroso.
Los empleos mejor remunerados, además, están en su gran mayoría en el centro del país mientras que en las zonas apartadas los puestos de trabajo ofrecen salarios bajos o apenas el mínimo.
Salud, educación y bienestar social son los rubros que requieren mayores recursos si el Gobierno pretende reducir, aunque sea en forma lenta, las diferencias que se ahondaron en los últimos años.
La economía israelí crece, mas inversión, superavit,mas empleo, pero también mas brecha
El resumen preliminar de datos que publicó la Oficina Central de Estadísticas al finalizar el año confirma que las predicciones formuladas a lo largo de los últimos meses tenían una base firme. Mientras que la población ya llegó a 7.2 millones de habitantes, la economía continúa en proceso de expansión.
El Producto Bruto Interno creció en 5.3%, el PBI per capita en 3.5%. llegando a una cifra de 22.600 dólares y las inversiones del sector privado crecieron en más de 18%.
Sobre este punto cabe resaltar que el PBI per capita en los países miembros de la OCDE, entidad que agrupa a las naciones desarrolladas y al que Israel fue invitado a incorporarse, creció en 2%.
Si bien a lo largo del año se escucharon voces acerca de los perjuicios que provoca a los exportadores la caída de la cotización del dólar frente al shékel, el envío de mercaderías al exterior subió en 8.6%. En este renglón influye en forma decisiva el comportamiento de la demanda internacional que durante el año 2007 fue más que buena.
En materia social es destacable el hecho que volvió a descender el índice de desempleo, bajando por primera vez en mucho tiempo a 6.9%. La aprobación de la norma que implementa la jubilación obligatoria y la aprobación de la ley que resguarda los derechos de empleados por medio de contratistas son dos conquistas significativas para los trabajadores a pesar que despiertan determinadas críticas.
¿Si todo está tan bien, qué es lo que no funciona? Lo que está lejos de solucionarse es la problemática relacionada con la brecha social. El crecimiento económico es disfrutado por un determinado sector, minoritario y no alcanza ni por asomo a otro, mucho más numeroso.
Los empleos mejor remunerados, además, están en su gran mayoría en el centro del país mientras que en las zonas apartadas los puestos de trabajo ofrecen salarios bajos o apenas el mínimo.
Salud, educación y bienestar social son los rubros que requieren mayores recursos si el Gobierno pretende reducir, aunque sea en forma lenta, las diferencias que se ahondaron en los últimos años.
El Producto Bruto Interno creció en 5.3%, el PBI per capita en 3.5%. llegando a una cifra de 22.600 dólares y las inversiones del sector privado crecieron en más de 18%.
Sobre este punto cabe resaltar que el PBI per capita en los países miembros de la OCDE, entidad que agrupa a las naciones desarrolladas y al que Israel fue invitado a incorporarse, creció en 2%.
Si bien a lo largo del año se escucharon voces acerca de los perjuicios que provoca a los exportadores la caída de la cotización del dólar frente al shékel, el envío de mercaderías al exterior subió en 8.6%. En este renglón influye en forma decisiva el comportamiento de la demanda internacional que durante el año 2007 fue más que buena.
En materia social es destacable el hecho que volvió a descender el índice de desempleo, bajando por primera vez en mucho tiempo a 6.9%. La aprobación de la norma que implementa la jubilación obligatoria y la aprobación de la ley que resguarda los derechos de empleados por medio de contratistas son dos conquistas significativas para los trabajadores a pesar que despiertan determinadas críticas.
¿Si todo está tan bien, qué es lo que no funciona? Lo que está lejos de solucionarse es la problemática relacionada con la brecha social. El crecimiento económico es disfrutado por un determinado sector, minoritario y no alcanza ni por asomo a otro, mucho más numeroso.
Los empleos mejor remunerados, además, están en su gran mayoría en el centro del país mientras que en las zonas apartadas los puestos de trabajo ofrecen salarios bajos o apenas el mínimo.
Salud, educación y bienestar social son los rubros que requieren mayores recursos si el Gobierno pretende reducir, aunque sea en forma lenta, las diferencias que se ahondaron en los últimos años.
lunes, octubre 15, 2007
Barak propone un escudo antimisiles con EE.UU antes de hablar de retiradas
El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, viajará a USA la semana próxima para promover proyectos conjuntos antimisiles, que Israel considera un prerrequisito para cualquier entrega futura a los palestinos del territorio de Cisjordania.
Las negociaciones de Barak en Washington buscan ayudar a despejar el camino para una conferencia sobre la creación de un estado palestino, organizada por el presidente estadounidense, George W. Bush, con la esperanza de contener al grupo islámico Hamas que desde junio controla la Franja de Gaza.
El Pentágono es socio del proyecto israelí Arrow II, un sistema diseñado para interceptar misiles balísticos del tipo desplegado por Irán y Siria.
Ingenieros israelíes y estadounidenses están trabajando en un proyecto paralelo para interceptar a los proyectiles de las guerrillas.
Israel ha fracasado en su intento por evitar los proyectiles lanzados desde Gaza, territorio al que renunció en el 2005 luego de 38 años de ocupación. Teme una amenaza similar desde Cisjordania, si sus tropas abandonan la región.
Barak se reunió el domingo con la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, quien acaba de iniciar una gira de 4 días por Oriente Medio.
Las negociaciones de Barak en Washington buscan ayudar a despejar el camino para una conferencia sobre la creación de un estado palestino, organizada por el presidente estadounidense, George W. Bush, con la esperanza de contener al grupo islámico Hamas que desde junio controla la Franja de Gaza.
El Pentágono es socio del proyecto israelí Arrow II, un sistema diseñado para interceptar misiles balísticos del tipo desplegado por Irán y Siria.
Ingenieros israelíes y estadounidenses están trabajando en un proyecto paralelo para interceptar a los proyectiles de las guerrillas.
Israel ha fracasado en su intento por evitar los proyectiles lanzados desde Gaza, territorio al que renunció en el 2005 luego de 38 años de ocupación. Teme una amenaza similar desde Cisjordania, si sus tropas abandonan la región.
Barak se reunió el domingo con la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, quien acaba de iniciar una gira de 4 días por Oriente Medio.
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