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domingo, febrero 25, 2018

Marcadores cenestésicos en la construcción de anclajes de la #MarcaPolítica en el #VotoJoven




Por Rubén Weinsteiner


Imaginate que tenés seis años, llegaste de la escuela, y oles el perfume de una torta cocinádose en el horno, abrís el horno ves un recipiente con una masa color chocolate, y el rico olor es ya una invitación irresistible. Extendés la mano para tomar el recipiente, pero cuando lo tocás, te quemás las yemas de los dedos y soltás el recipiente gritando por el dolor. Gritás llorás, tus padres vienen corriendo, la quemadura no fue grave, y a la hora estás jugando con tus legos en el piso de tu cuarto.

El dolor de los dedos pasará rápido, pero tu mente no se lo olvidará jamás. Se constituyó un marcador cenestésico sobre la ecuación horno-parrilla-calor-fuego=dolor insoportable.

Estos marcadores cenestésicos, basados en experiencias pasadas de premios y castigos siren para conectar una experiencia o emoción con una reacción específica necesaria. Al ayudarnos a reducir instantáneamente las posibilidades presentes en una situación, nos orientan hacia la decisión que, según nuestro mejor saber y entender, producirá el mejor resultado.

Los marcadores cenestésicos nos indican si saludar o no con un beso a alguien, como reclamar si se nos colaron en la fila el banco, si menternos a nadar en un lago, como reaccionar cuando nos para la policía, si tocar o no a un doberman, o como sacar las cosas del horno.

Generalmente lo atribuimos al “instinto”, pero se trata de atajos cognitivos, con estructura cenestésica, que nos permiten tomar decisiones.

Esos marcadores cenestésicos no son todos construcciones de la niñez. Todo el tiempo generamos nuevos marcadores. Porque todo el tiempo necesitamos tomar nuevas decisiones.

Las marcas comerciales, y las marcas políticas generan por acción o por omisión marcadores cenéstesicos en la cabeza de los sujetos de elección.



Audi logró un posicionamiento poderoso, un lugar importante en la cabeza de los consumidores. Audi tiene como slogan Vorsprung durch Technik, que sería algo así como progreso a través de la tecnología. Mucha gente no entiende la frase, pero sabe que es en alemán, uno piensa en autos y Alemania y piensa en Mercedes Benz, BMW, Audi, Oppel, Wolksvagen, y se disparan a su cabeza significados como: alta calidad, seguridad, eficiencia, rigor, confianza, y eso juega fuerte en la decisión.

Si buscamos una cámara, más que los parámetros, el zoom, los megapixels etc, nos llama la atención que la cámara sea japonesa.

No siempre fue así. Hace 50 años lo japonés se asociaba a malo, se rompe fácil, dura poco, juguetes baratos, productos mal hechos, fabricados por personas que recibían bajos sueldos, como lo coreano hace 30 años o lo chino hace 10.

Y sin embargo los significados que dispara “Japón” generaron nuevos marcadores cenestésicos y nuevos anclajes.

La memoria es el último recuerdo poderoso que adquirimos en una situación determinada, no todo lo que vivimos. El poder de ese último recuerdo, a través de marcadores cenestésicos, es el que constituye el anclaje.


Un anclaje es una percepción fundada y construida en una ponderación conceptual, dentro de un estado de gran intensidad, de experimentación de sensaciones con fuerte solicitación simultánea del intelecto, del cuerpo y del espíritu.

Las marcas comerciales y políticas basan su posicionamiento en esos marcadores y anclajes.
Como hacen las marcas para construir esos marcadores cenestésicos y anclajes?
Como sabés que tenés que mirar a ambos lados de la calle cuando cruzás?

Lo más probable es que alguna vez casi te pisa un auto, y esa sensación de susto no sólo no te va a abandonar, sino que generó en vos un marcador cenéstesico poderoso y eficaz.

Los marcadores cenestésicos son asociaciones entre dos elementos incompatibles. En el caso de cruzar la calle, una mañana tranquila, cálida y soleada, con el chirriar de los frenos y las llantas del auto. Ahí se constituyó el marcador cenestésico.

Como la publicidad de la licuadora que licúa celulares, encendedores, lapiceras, vasos, y que ante la pregunta del locutor; ”licuará?” pasa a destrozar el celular, la lapicera etc. Con lo cuál genera la sensación que puede licuar cualquier cosa.

Licuadora y celular son elementos incompatibles.

Sony promocionó la última película Spiderman con en los baños de cines y bares, donde uno entraba se dirigía al mingitorio y todo normal, levantaba la mirada y veía un mingitorio de plástico en el techo, para spiderman.



Una vez Pavarotti tuvo que suspender una una serie de funciones a su llegada a Dinamarca por un dolor de garganta. La gente estaba muy decepcionada. Una empresa que fabricaba pastillas para la garganta, llamada Gajol, lanzó una campaña: “Si Pavarotti hubiera sabido de la existencia de Gajol…”

Gajol no sólo combino Pavarotti con decepción, sino que asoció ese marcador al tenor italiano.

Energizer y su muñeco que no para, cuando todo lo demás si y tira todo al piso es otro ejemplo.



El cruce de dos elementos incompatibles como sabor rico y dolor insoportable, genera un marcador cenestésico poderoso y duradero.



El humor y el miedo son claves para construir esos marcadores cenestésicos. El shampú que evita que nuestros hijos lloren (sufran) el analgésico que evita que te pierdas una cita con una mujer hermosa, las pastillas que evitan que seas rechazado por mal aliento, presentan siempre elementos incompatibles como el mal aliento y la mujer bella, y generan a nivel cenéstesico la posibilidad de evitar una sensación parecida a la que te produjo quemarte los dedos con el horno.



En 1998 Eduardo Duhalde era para muchos, un barón del conurbano con vínculos con el narcotráfico, un político mafioso y un exponente de lo peor del peronismo.



En 2003 Duhalde era para la gran mayoría de los argentinos, un estadista, un piloto de tormentas, un hombre mesurado, inteligente, un tiempista, y alguien que seguramente pasaría a la historia como un gran presidente, que sacó al país de su peor crisis.



En 2006 Duhalde era para muchos un barón del conurbano, vinculado con factores del narcotráfico, un político mafioso y un exponente de lo peor del peronismo.



No fueron muchos ni significativos los cambios que realizó Duhalde en su vida adulta mayor. Lo que se modificó fue su marca política, su posicionamiento, las percepciones, los significados que proyecta esa marca, y constituyen el anclaje marcario político y social de la misma.



El Bambino Veira era en los 80 un técnico joven, exitoso, divertido, un play boy. La vida que todos hubieran querido contar en una reunión de egresados de 20 años del secundario. Era simplemente el Bambino.



Entre el 88 y el 98 fue en el imaginario colectivo, un pedófilo, violador, primero preso y luego indultado por Menem. Para todos era Veira a secas.



En 2014 El Bambino Veira es un personaje fascinante, divertido, un playboy, la vida que todos querrían contar en una reunión de egresados de 40 años del secundario. Para todos es el Bambino.



El Bambino Veira no cambió, cambió el anclaje.



En los segmentos jóvenes, los anclajes, operan de forma dinámica e intensa, alternándose y sustituyéndose uno por otro, aún cuando un anclaje esté en las antípodas del otro.



El clivaje tribal maestro, del sistema de preferencias del voto joven, es decir la división entre los que son auténticos, sinceros, sencillos, unplugged, contra los que impostan, son superficiales, truchos, , se apoya fuertemente en atajos cognitivos que configuran los anclajes.



Para el sujeto de elección joven, el anclaje es un mecanismo rápido y confiable para saber ante quien se está parado, que actitud personal y tribal se debe asumir, habilitando esa toma de posición en forma inmediata, de forma de no quedar descolocado frente a la tribu.









Es más importante lo que dicen otros jóvenes, dentro o fuera de la tribu, por afirmación o por negación, que lo que dicen los padres, los profesores, los medios, el gobierno, la religión etc.



Por eso los anclajes de las marcas políticas o corporativas en los segmentos jóvenes son esencialmente tribales. contradicen normas y pautas tribales. La vida sexual, las relaciones, el trabajo y finalmente la política, son espacios donde se pone en juego la tensión entre la autoridad formal y la cultura normativa de la tribu.



Para una marca política o corporativa, el anclaje es un modo de asegurar la permanencia de una experiencia determinada, que fundamenta una valoración rentable.



En los segmentos jóvenes los procesos de despliegue, activación y permanencia de los anclajes, son como dijimos de referencia tribal, intensos y altamente dinámicos. Los sujetos de elección jóvenes son volubles y esperan grandes cambios. Por eso están abiertos a sustituir anclajes con rapidez. Los jóvenes siempre están a la expectativa de que algo cambie. Esas sustituciones de anclajes se alinean con las demandas que los ordenan como segmento.

Para las marcas políticas es mucho más viable, intentar sustituir anclajes en los sectores jóvenes que en los sectores mayores.


Toda negación implica una afirmación, esto es Lacan.

Andá y decile a tu esposa: “tu amiga Claudia…, no me gusta” , “la verdad, que no me mueve ni un pelo”. A partir de ese momento, tu esposa va a estar completamente segura que te gusta mucho su amiga Claudia.

La funcionalidad de la negación en el discurso, es inversa en términos de sus objetivos a la intención del emisor. Nadie que sea honesto debería decir “no robé ”, sería como para alguien que no tiene ninguna cicatriz en la cara, decir “yo no tengo ninguna cicatriz en la cara”. Si uno no tiene el deseo de tener algo ni nada con Claudia, difícilmente habilite los senderos neurológicos que le hagan decir algo relacionado con “tener algo con Claudia”, aún para negarlo, y eso las audiencias lo decodifican rápido, aunque no lo puedan poner en palabras y en emergencia, y fundamentarlo.


No sirve negar, tampoco explicar. Es fundamental construir una narrativa que explique o niegue, pero no se desaloja un anclaje con eso.

Para desalojar un anclaje, que en definitiva es una estructura sensorial, un sentimiento, hace falta un sentimiento más fuerte. Un anclaje sustituyente.

El anclaje sustituyente refuta pero sólo de manera indirecta el anclaje original. Es decir el nuevo anclaje no viene a negar, viene a instalar un nuevo posicionamiento, un nuevo link-significado en la cabeza de las personas.

El nuevo anclaje debe ser sólido, congruente con la marca política y lo más importante, más fuerte que el anclaje a desalojar.


En el caso de Duhalde, en que personalmente trabajé, la sustitución del anclaje no se hizo refutando y explicando que Duhalde no era un mafioso o que no estaba vinculado con el narcotráfico. El anclaje se hizo construyendo un marcador cenestésico muy poderoso, que confrontaba significados “incompatibles” como los de “el piloto de tormentas” “el estadista” “el salvador” con “incendio”, “crisis”, “destrucción”, “De la Rúa”, “Default” etc.


Las marcas políticas para ser eficaces en los segmentos jóvenes, deben plantear anclajes sólidos, que soporten disensos formales activos, compartan luchas contra poderes grandes con final abierto, y estimulen a los jóvenes encarnar una contestación a lo que la sociedad “vieja” le propone.


Rubén Weinsteiner

lunes, abril 03, 2017

Deseo y microsegmentación en el #votojoven


 


Por Rubén Weinsteiner

No hay que preguntarle a la gente lo que piensa, hay que ver que hace.

Si le preguntamos a la gente, nadie come mortadela y todos comen jamón o pastrón, sin embargo se consumen miles de toneladas de mortadela por mes. Nadie votó a Menem en el 95, y ganó por el 52 % de los votos, o a De la Rúa, y si le preguntamos a la gente donde compra los alimentos, la mayoría dirá en Carrefour, Coto o Jumbo. Si les preguntamos porqué, probablemente nos responderán que porque allí los atienden bien, el entorno es agradable, y la cadena de frío se respeta. Aunque si los seguimos probablemente nos encontremos que muchos entran al chino, donde en un lugar con poca luz, una mujer en ojotas y medias le gritará “deja bolso”. La necesidad indica quedar bien con el otro, el deseo, pagar menos.

En el recorrido entre lo que la gente dice y lo que la gente hace, se construye la brecha entre la necesidad y el deseo.

Luego de terminada la segunda guerra mundial, la empresa de energía General Electric, pensó en fabricar elementos que utilizaran electricidad para funcionar, y para ello encargó estudios de mercado donde se le preguntó a la gente: “¿Ud. usaría un cuchillo eléctrico?”

La gente respondió que no, que no lo necesitaba y que el cuchillo común era perfecto para ellos y que lo seguirían usando, sin embargo desde la General Electric habrán pensado que cortar el pollo es difícil con el cuchillo común, y que con un cuchillo eléctrico sería mucho más sencillo, por eso lo fabricaron y fue un éxito. Otra vez lo que la gente dice y lo que hace en realidad. Necesidad y deseo.

El que entendía claramente la diferencia entre necesidad y deseo era Carlos Menem. En un video que vi hace poco, estaba el entonces presidente siendo entrevistado en el programa de Susana Giménez, y las preguntas y las respuestas fueron:

SG-¿Ud. hizo el servicio militar?

CM- No, mi papá buscó a un general amigo, y le tiró … (sonrisa) unos mangos … (sonrisa) y me salvó.

SG-Dicen que Ud. Es muy mujeriego…

CM- Y io no sé, eso es lo que dicen

SG-¿Es verdad que manejó la Ferrari a 250 km por hora?

CM- y la verdad es que me gusta velocidad.

La gente desea pagar para no hacer el servicio militar, para que no le hagan una multa, y a muchos hombres les gusta o les gustaría estar con varias mujeres. También andar en una Ferrari a alta velocidad. Si le preguntamos a la gente, nadie coimeo nunca a un policía, nadie es mujeriego, nadie viola las leyes de tránsito, nadie “necesita” una Ferrari, pero muchos la desean.

La gente dice y pide lo que necesita, pero vota por lo que desea. En los jóvenes la brecha entre la necesidad y el deseo se potencia.

Los jóvenes desean y sin el “pragmatismo” de los mas viejos, sin el cinismo de aceptar lo que hay, por eso se animan a “demandar lo imposible”, y esa demanda de los “imposible”, es lo que construye el sistema de preferencias del voto joven.

El #votojoven busca a aquel que interpreta su deseo más que su necesidad.

La necesidad esta puesta, en la funcionalidad de zafar y quedar bien y no decir que se votó a Menem, decir que come mejores alimentos que mortadela, que no es mujeriego, que no coimea, que no viola las reglas de tránsito.

Hay que ir por lo que los jóvenes hacen. Mirar, observar, investigar, analizar, y detectar allí los deseos, aquello que los jóvenes quieren que pase, más allá de lo digan que quieren que pase.


La necesidad en el voto joven es la frontera de la intención de voto, el deseo la profundidad.


Para diseñar una estrategia de comunicación política para una marca política, hay que hurgar en heridas abiertas, miedo, ambiciones, angustias, hostilidades, fantasías y deseos.

Hay que hurgar en las emociones y problemas, y actuar sobre ellos, desplegar las promesas de la marca sobre estos territorios.



El deseo es el territorio central, cada uno tiene deseos, obturados o expuestos. Si se logra que un número importante de personas tenga el mismo deseo, tenemos un mensaje.

Las marcas contienen promesas, que no están relacionadas estrictamente con los anuncios.

Se trata de poder construir segmentos articulados y definidos por esos deseos. Segmentos, definidos por variables blandas, no ya por la dureza de edad, lugar de nacimiento, años de estudio, sino por marcos de pertenencia, pertinencia e interés muchos más dinámicos, que permitan agrupar heterogeneidades intensas, con deseos similares.

El sistema de preferencias se articula sobre los significados que proyecta y las percepciones que construye la marca política, a través de su identidad, personalidad, nombre, discurso, simbología y ritualidad y posicionamiento, y no a través de los resultados de eficiencia de esa marca.

Siempre la marca de las percepciones triunfa por sobre la marca de los resultados.

En los segmentos jóvenes, para poder llegar a los deseos más profundos e íntimos y poder construir las percepciones más poderosas, microsegmentamos por deseos intensos, fantasías, miedos, prejuicios, angustias, rechazos, etc.

De esta manera los microsegmentos nos permiten diseñar perfiles muy detallados y específicos de las actitudes, creencias, relatos ocultos, deseos, miedos y fantasías dentro del universo a operar.

En definitiva microsegmentamos por deseos, valores y estilos de vida.

Cuando investigamos miedos, deseos, rechazos, prejucios etc. Tenemos en cuenta que detrás de cada uno de estas categorías hay un deseo, una necesidad y una fantasía.

Suenan parecido pero no lo son. La necesidad consiste en tapar un agujero, tenemos un problema y necesitamos una solución. Hay algo que nos angustia y hay un remedio para eso. La fantasía es la construcción de una realidad imaginaria que no pensamos llevarla a cabo. Cuando decidimos llevarla a cabo, deja de ser una fantasía para convertirse en un deseo.

Ir con el auto de Tierra del Fuego a Alaska, y recorrer esos 16.000 km puede ser una fantasía agradable, deseo es tener el auto preparado, el dinero, el tiempo y largarse a la ruta. Tener una fantasía sexual es fácil, lo que no implica que tengamos el deseo de concretarla. Uno puede imaginarse teniendo una aventura, un romance o formando una pareja con x persona, pero el deseo se constituye cuando estamos dispuestos a pagar el costo de tener esa aventura, ese romance o formar esa pareja.

Votar genera beneficios, ya que cubre necesidades y satisface deseos. Beneficios de funcionalidad, de expresión y de emocionalidad.

Mediante los beneficios funcionales se resuelve un problema fáctico; cumplir con el ritual de votar, tanto por la faceta legal normativa, como por el mandato tribal de“hay que votar” “todos votan”.

Los beneficios emocionales del voto tienen que ver con la consonancia con la propia historia, que la marca política encarne valores afines, cercanos y que no contradigan las narrativas identitarias abiertas u ocultas, y fundamentalmente los deseos profundos.

Los beneficios de expresión del voto joven, se sustentan en lo que el joven quiere decir con su voto. Expresar valores e ideas no a través de uno mismo, sino con la marca política como intermediaria y legitimadora de estos valores

La beneficios de funcionalidad y expresión se constituyen a partir de la necesidad, los beneficios de la emoción se ordenan desde el deseo. El #votojoven se resuelve por deseo, mas que por fantasía necesidad.

El sistema de preferencias en los segmentos jóvenes se articula más que en ningún otro segmento en el deseo. En los mayores, los miedos, rechazos y necesidades pueden pesar más. En los jóvenes, el deseo es el rey.

Rubén Weinsteiner

martes, noviembre 15, 2016

Nuestra generación de emprendedores digitales se está encorvando


Por Sergio Sala


Estamos ante una posible epidemia: muchos estamos trabajando en nuestras laptops todo el tiempo y si mantenemos una mala postura, muy pronto vamos a estar sufriendo dolores de cuerpo.

El problema es que estas computadoras tienen un diseño poco ergonómico para cómo las estamos usando ahora. En principio, ¿sabes por qué le decimos «laptop»?

Es un término que sacamos de los gringos y significa «poner algo encima de tus piernas (o tu regazo)». Esa era la idea original. De hecho si te sientas en una sofá y usas tu laptop, verás que es más cómodo. Pero raramente estas trabajando así.

En cambio siempre estás enfrente de una mesa y como la pantalla te queda muy abajo de tus ojos, sin darte cuenta tiendes a doblar tu cuerpo hacia el enfrente todo el tiempo.

Por eso la inmensa mayoría de los emprendedores digitales se están encorvando. En serio. Ve a un café (o si ya ahorita estás ahí), mira a tu alrededor. ¿Cuántas personas están inclinando su cuerpo para ver sus pantallas?

No me mientas. Seguro son varios (al menos que hayan leído este artículo y me hayan hecho caso).



Yo no me había cuenta de este problema hasta que leí el artículo de Levels, un nómada que tuvo problemas de RSI (lesiones por constante esfuerzo). Desde entonces me propuse a mejorar mi postura y ahora puedo decirte que trabajo más feliz hasta me siento más productivo.

Por eso me gustaría darte algunos tips si vas a trabajar y viajar constantemente con una laptop, para que en unos años más adelante evites visitar al físico-terapeuta.
Evita el teclado y ‘touchpad’ de tu ‘laptop’

Si trabajas constantemente en una mesa, el diseño de una laptop es poco eficiente para usos prolongados por lo siguiente:
Debido a que las piezas internas están debajo del teclado, éste tiene una altura que te obliga a alzar tus manos
La posición del touchpad te obliga a doblar tu mano hacia adentro
La pantalla queda muy debajo del nivel de tus ojos por lo que doblas tu cuerpo hacia el frente todo el tiempo
Compra un ‘stand’ de ‘laptop’

Lo más importante es que la pantalla de tu computadora se encuentre a la altura de tus ojos, para que mires con tu cabeza en posición natural y evites arquear tu cuerpo.

Aquí te pongo una imagen que lo explica claramente:





Para eso debes adquirir un atril (o stand). Yo te recomiendo comprar el Roost Stand que es bastante ligero, fácil de armar/desarmar y tiene tres niveles para ajustar la altura de la pantalla.


He conseguido un descuento con ellos, así que puedes adquirir el Roost en su página y usar el cupón «sergiosala» para un 15 % de descuento (es válido hasta final de año).


Consigue un teclado plano

Al principio se me hacía tonto tener dos teclados, pero ahora me doy cuenta de la utilidad de tener separado este periférico de la laptop una vez que tienes el stand.

Te recomiendo conseguir un teclado que su base sea plana, para que no tengas que arquear tus manos hacia arriba.

Personalmente me gusta el Magic Keyboard de Apple, el único detalle es que está un poco inclinado hacia arriba por lo que en ocasiones le pongo un papelito debajo para mantenerlo en línea recta.

Ten un buen ‘mouse’

Desde mi primer Macbook me enamoré de los gestures que ofrecen los touchpad que dejé atrás el mouse. Ahora me siento mal que por mucho tiempo forzaba mi mano de manera ortodoxa…

Así que decidí volver a usar un mouse ya que actualmente existen diseños bastante ergonómicos (que se ajustan bien a la forma que una mano agarra un objeto) y con muchas funciones (botones ajustables para ciertas actividades).

Por ahora disfruto el mouse Logitech MX Anywhere. Tiene un sistema que permite usarse en cualquier plano, por lo que ya no debo cargar un pad. Tiene un tamaño ideal para viajar y te permite configurarlo con varios gestures que facilitan el trabajo en la computadora.


También está el Logitech MX Master, que es un modelo mucho más ergonómico (se ajusta mejor más a tus manos) pero la verdad es que personalmente el tamaño no me gusta mucho, más si estoy en constante movimiento.

Me gusta mucho el concepto del Magic Mouse de Apple, pero para usos prolongados la forma de poner las manos en el plano del mouse puede ocasionarte muchas molestias más adelante.
Pon tu trasero en una buena silla

Aunque no parezca, la forma en que te sientas influye bastante en los ánimos que tienes todo el día así que es importante tener una silla que sea cómoda y ergonómica.

Uno de los problemas más grandes de estar en un café es que generalmente las sillas que te ofrecen son de plástico o muy rígidas, por eso es poco aconsejable trabajar todo el tiempo desde ahí.

Las mejores son las que tienen ajuste de altura (para que te permitan tener la computadora al nivel de tus ojos), que sean acolchonadas y puedas doblar ligeramente tu cuerpo hacia atrás.



En caso de que no la silla que tengas llegue a la altura de tus ojos, usa una almohadilla para subir tu cuerpo un poco más.
Reclínate un poco hacia atrás

Contrario a lo que normalmente se piensa, no debemos tener el cuerpo completamente a 90 grados todo el tiempo. Eso sólo provocará que la parte inferior de tu espalda (zona lumbar) se canse rápidamente.

Por eso lo ideal es tener una silla que puedas reclinar un poco e inclusive, si tienes la oportunidad de estirar tus pies en un respaldo te ayudará a tener mayor confort.
Mantén tus brazos en buena posición

Tus brazos deben estar a 90 grados de la computadora para que de esta forma puedan descansar naturalmente encima de la mesa. Evita a toda costa tener tus manos inclinadas hacia arriba, eso provocará que te canses de inmediato.
Busca cómodos espacios de trabajo

Como dije anteriormente, el problema de los cafés es que no son realmente cómodos para largas jornadas de trabajo. Ya que sea que la silla sea incómoda o que la mesa no queda a una altura que te permita tener tu cuerpo reposado de forma natural.

Por eso es preferible que a cada lugar que vayas a vivir, ya sea que apartes un departamento (o casa) con oficina y cómodos mobiliarios o que encuentres un espacio co-working con las características que te mencioné para trabajar cómodamente la mayor parte de tu tiempo.



Así que ahí lo tienes.

Si trabajas y viajas tanto como yo, el setup que te menciono en el artículo es perfecto para viajar ya que lo puedes montar y desmontar rápidamente.
Este es mi ultra portátil ‘setup’ que muevo rápidamente.

Mi oficina actual en el ‘coworking’ Punspace de Chiang Mai, Tailandia.

Sé que habrá ocasiones que será difícil trabajar como te aconsejo. Está bien si de vez en cuando trabajes en un café o en un avión a mil pies de altura, escribes viendo los campos a través de la ventana del tren o simplemente en el sofá de la casa donde has sido invitado.

Simplemente evita que sea así la mayor parte de tu tiempo. Cada vez que trabajes con tu laptop, analiza bien como te la pasas sentado. Si estás doblando mucho la espalda, busca la forma de corregir tu postura.

Viaja lento y consigue un cómodo lugar de trabajo para tus largas jornadas de trabajo.

Tu cuerpo te lo va a agradecer más adelante, porque yo sé que quieres hacer esto por mucho años. Ayúdame a borrar esta epidemia de mala postura.

domingo, noviembre 13, 2016

Zygmunt Bauman: “Ahora sé que el exceso de información es peor que su escasez”

Zygmunt Bauman concedió una charla a la revista alemana Der Spiegel en la que habló de temas actuales como la democracia en Internet, la precarización de las condiciones de existencia y el rol de los intelectuales en la promoción de nuevos valores en la sociedad. A continuación reproducimos algunos fragmentos disponibles de la entrevista.



“La información es muy fácil de conseguir ahora. Vas a Google, haces una pregunta y recibes una respuesta. El problema es que no es una sola, sino que son millones. Cuando yo era joven anhelaba tener la clase de acceso a la información que tengo ahora, pero con el pasar de los años he descubierto que el exceso de información es peor que la escasez. Ahora los temas cambian continuamente. El interés de las personas fluctúa con enorme facilidad”.

Cuando yo era joven anhelaba tener la clase de acceso a la información que tengo ahora, pero con el pasar de los años he descubierto que el exceso de información es peor que la escasez“Nos estamos distanciando del pasado a toda velocidad, de lo cual resulta el impacto de dos fuerzas, una es la fuerza del olvido y la otra, la de la memoria. No hay tiempo para entrar en materia, de modo que la memoria guarda un recuerdo deformado del pasado. No sabemos cuánto van a durar las concepciones que se establecen con unos cimientos tan débiles. Esto no es serio. El problema es cómo conseguir llegar a la información relevante, cómo distingues la basura de lo relevante. Se trataría de saber si un año después le interesa a alguien lo sucedido el año anterior, si dejó algún rastro”.

“Simpatizo con el movimiento del 15-M, aunque no les veo capaces de cambiar nada. Pero no los culpo por ello. Sucedió lo mismo con Wall Street, tuvo un enorme eco en los medios, en la cultura, los políticos, incluso en los críticos sociales… ¿Sabe quiénes fueron los únicos que irónicamente ni se enteraron? Los peces gordos de Wall Street. Están buscando nuevas formas de cambiar las cosas, y eso es loable, pero de momento no las han encontrado. En esta confusión tiene mucho que ver el fenómeno de las redes sociales. Si un chico pasa tres horas diarias en Facebook tejiendo formas de comunicación alternativa es natural que crea la ilusión de que ha construido un espacio de democracia diferente. Cuando no hay ninguna sola prueba de que esta sea efectiva”.

“Nada es estable. Es muy propio de la modernidad líquida. Antes construías el conocimiento como quien construye una casa. Ahora se parece más bien a un tren que pasa sobre los raíles y no deja ninguna huella en la tierra”.

“Cuando escribí el libro, la economía estadounidense daba signos de recuperación. Pero curiosamente el 93% de los ingresos extras provenientes de esa recuperación fue para el 1% de la población. Los problemas sociales siguen con nosotros y no tienen muchos visos de solucionarse. Nadie sabe a ciencia cierta cuánto tardará el problema del desempleo en arreglarse en España. Da la impresión de que todo anda fuera control”.

“Los políticos en esta época de la modernidad líquida se encuentran en una encrucijada. Por un lado, está la presión de los electores. Y por el otro están acogotados por la presión de la austeridad. Los recortes nadie los quiere. Hacen la vida más difícil. Por un lado desean mantener el estado de bienestar, pero por el otro tienen la orden de aniquilarlo. Cada cuatro años hay una nueva elección y entonces tendrán que escuchar lo que dicen los electores. Por el otro, están los mercados, que carecen de escrúpulos, de la solidaridad comunal. Es una situación complicada. Nominalmente el gobierno es responsable de lo que sus electores desean; por el otro, sufren factores que son extraterritoriales”.

“El proceso de la globalización es tortuoso. Hay fuerzas que están globalizadas: las finanzas, los mercados, el terrorismo, el tráfico de armas y de drogas. Mientras tanto, los poderes democráticos siguen siendo locales, nacionales. Aún vivimos bajo la sombra del Tratado de Westfalia. Acabó con la Guerra de los 100 años, y eso fue bueno. Básicamente vino a decir que cada rey, cada príncipe podía decidir en qué clase de dios sus súbditos deben creer. Nació el concepto de la soberanía nacional. Seguimos operando con el viejo patrón, pero con una intolerable presión proveniente de la globalización”.

Es la primera vez en que la generación más joven tienen las mejores expectativas (buena educación, idiomas) y ningún futuro“Toda mi vida, y he tenido una larga existencia, siempre he tenido la impresión de que las jóvenes generaciones si se aplicaban al estudio y obtenían buenos niveles de educación, les aguardaba una larga carrera. Las nuevas generaciones comenzaban donde habían terminado las anteriores. Se daba por sentado. Es la primera vez en que la generación más joven tienen las mejores expectativas (buena educación, idiomas) y ningún futuro. La juventud está cerca de acabar en la cuneta, corre el riesgo de ser redundante”

“Ocupar la plaza, como se ha hecho en Madrid o en Wall Street, no soluciona el principal problema y es que el poder ya no lo controlan los políticos y que la política carece de poder para cambiar nada. Tampoco creo que sirva ocupar un supermercado, como se está viendo estos días en España”.

“Como estamos padeciendo una crisis detrás de otra, no prestamos atención a lo que es definitivo: no podemos seguir viviendo como vivíamos, no podemos consumir como antes. Y eso es un hecho. Hay que olvidar de una vez que la felicidad esté relacionada con la adquisición de bienes”.

“La clase política durante mucho tiempo ha aplicado una sola idea a la resolución de los problemas sociales: incrementar el consumo. Vivimos en un planeta que no admite más explotación de los recursos. Extender los patrones de consumo de los países desarrollados al resto del planeta es impensable si queremos pervivir”.

Hoy, los herederos de Ford pueden tomar su iPhone traspasar todo su capital a un país en el que la gente sigue viviendo por un dólar diario



“Estamos alcanzando niveles de desigualdad cercanos a los del siglo XIX. En la antigua sociedad de los productores, los jefes y los empleadores eran dependientes entre sí. Ahora esa relación se ha quebrado. Antes, un trabajador de la Fiat o de Ford estaba empleado en la compañía durante treinta o cuarenta años. Ahora, la media de permanencia en una empresa de un trabajador de Silicon Valley es de ocho meses. Creo que la diferencia es elocuente por sí misma. Hoy, los herederos de Ford pueden tomar su iPhone traspasar todo su capital a un país en el que la gente sigue viviendo por un dólar diario. Y donde la fuerza laboral es barata, no hay sindicatos y los gobiernos corruptos están dispuestos a cualquier cosa. Pueden mudarse, pero los trabajadores no pueden. La dependencia mutua ha sido sustituida por la unilateralidad. Los empleados necesita al patrón, pero no al revés”.

“Preguntas como si los ciudadanos tenían más miedo hace cien años que ahora, si sufrían más o no son imposibles de contestar. Esa gente que sufría entonces no estaba en la misma situación que nosotros ahora, por lo que no es posible la comparación. El hecho de haber vivido mucho permite a un sociólogo experimentar muchos momentos diferentes. Mi conclusión hoy, a los 88 años, es que no he encontrado ninguna sociedad perfecta. La felicidad nunca es completa. Cada sociedad tiene sus problemas. Lo más inquietante de la sociedad contemporánea, y la idea es del filósofo francogriego Cornelius Castoriadis, es que ha dejado de hacerse preguntas a sí misma. El gran peligro es cuando crees haber dado con la sociedad perfecta. La búsqueda de la sociedad perfecta no tiene fin y eso es bueno. El afán por mejorar es uno de las mejores cosas de la condición humana”.

La figura del intelectual debería usar su autoridad pública, su influencia para aportar a la solución de los problemas, a la creación de valores sociales.“Cuando sucedió la revolución verde en Irán, Hillary Clinton saludó el nacimiento del nuevo Irán para felicitarse por haber presenciado de la primera revolución de Internet. Se oyeron cosas como que la gente disparó con sus Twitters en respuesta a las balas reales del poder. Luego quedó demostrado que solo unas 60 personas realmente tienen esa herramienta en Irán. Y que al final resultó una revolución de las de toda la vida, en la que la gente se involucró por las vías tradicionales, por el trato personal. Al final, nada cambió, salvo una cosa: nunca resultó tan fácil para la dictadura atrapar a los líderes de la revolución. Solo tuvieron que teclear los nombres en Google. Clinton celebrando la libertad de Internet es un gesto irónico, sobre todo ahora que sabemos que quieren cortarle la cabeza a Julian Assange por emplear la libertad de expresión en la Red. Lo que en Irán consideraba un gran paso para la democracia, en EE UU es un atentado contra la seguridad nacional. Es de locos”.

“La extinción de los intelectuales daría para una larga charla aparte. Resulta una cuestión dolorosa, en cualquier caso. Michel Foucault explicó que uno de los grandes problemas de nuestro tiempo llegó cuando pasamos del concepto del intelectual total al del intelectual parcial. Según esa idea, cada cual defiende lo suyo. La figura del intelectual debería usar su autoridad pública, su influencia para aportar a la solución de los problemas, a la creación de valores sociales. El intelectual parcial que solo defiende lo suyo es en sí mismo una contradicción. Cuando yo era joven la palabra intelectual se empleaba asociada con la idea de la gente, de la comunidad. Esta conjunción ha sido rota. El contrato entre la sociedad y el intelectual se ha quebrado. Además, ya no tiene la capacidad para llegar a nadie. Ese poder lo tienen los medios”.

Zygmunt Bauman

Postdictadura:una victoria que fue disfrazada de derrota, sobre todo económica


Después de la infinitud: acerca de Los espantos de Silvia Schwarzböck



Es necesario volver a pensar una y otra vez al Estado y Los espantos se atreve a hacerlo, sabiendo que ya no puede hablarse con la misma lengua que resultaba apropiada cuando el fantasma del comunismo todavía acechaba. Si en aquel entonces, el accionar represivo del Estado se dejaba pensar a partir del secreto y el ocultamiento, desde los años 90, dice Schwarzböck, se instaura un nuevo régimen de la apariencia: la explicitud.




Como la Revolución Francesa determina el horizonte de la política en el siglo XIX y
la mayor parte del siglo XX, y sitúa la noción misma de revolución en posición
de criterio político fundamental, otorga al mismo tiempo al infinito un alcance político:
lo erige en soporte de la maximalidad en la voluntad y el pensamiento políticos.
J.C. Milner, Controversia

Por Martín Ara

Un texto de filosofía argentina constituye en sí mismo una rareza. Y más inquietante nos resulta aún cuando logra articular una nueva gramática filosófica, una lengua conceptual tan polémica como categórica. Este es el caso de Los espantos. Estética y postdictadura, primera publicación de la colección Cuarenta Ríos, esfuerzo conjunto de la editorial Las cuarenta y de los directores de la revista El río sin orillas, Gabriel D’Iorio y Diego Caramés.

Silvia Schwarzböck, autora del texto, se propone pensar allí aquello que el subtítulo indica, esto es, la postdictadura, entendida esta no simplemente como un período histórico (aunque ciertamente lo es) sino sobre todo como las supervivencias, los restos que quedan de la dictadura toda vez que su victoria fue disfrazada de derrota. Tal victoria es, indudablemente, económica, pero esta tesis solo puede ser pronunciada en el campo intelectual postdictatorial por quien ocupa un lugar liminar en ese Salón literario que se conforma a partir de 1984: Fogwill, quien al describir a la dictadura como operación banquero-oligárquica-multinacional, pasa a asignarse el rol del “ilustrado oscuro”, a quien se autoriza implícitamente a pronunciar aquello que los otros no están en condiciones de señalar.

Sin embargo, la hipótesis de Schwarzböck consiste en sostener que la victoria de la dictadura no fue simplemente económica, fue también y sobre todo, existencial. No basta con pensar en la destrucción del aparato productivo, el endeudamiento, la ruleta financiera; lo que la dictadura instala con victoria disfrazada de derrota es un horizonte vital: la vida de derecha como única vida posible. Efectivamente, el siglo XX se encontró atravesado por esa dialéctica entre vida de izquierda –que en el extremo de la lucha de clases asume la figura del guerrillero, la vida partisana- y vida de derecha –entendida como vida burguesa-, siempre bajo el horizonte del fantasma del comunismo acechando como posibilidad de fundar una vida emancipada. La derrota del comunismo a nivel mundial fue anticipada en Latinoamérica pues el campo de concentración, dice Schwarzböck, implicó la muerte de la vida de izquierda. La vida de derecha es lo que la dictadura instala victoriosamente, aunque al funcionar como presupuesto del lazo social en el horizonte postdictatorial, no termina de ser puesta en cuestión de manera acabada. Sin su contrapartida, la vida de derecha se transforma y resulta extemporáneo hablar de vida burguesa. La lengua política adopta rápidamente un color moral y se “buenifica”, identificando en la dictadura el “mal absoluto” (aunque ese mal es la vida militarizada y la suma de crímenes y atrocidades cometidos por el terrorismo de estado, pero no los intereses económicos que se defendían de ese modo).

Ahora bien, otra de las particularidades de Los espantos es su enfoque: como lo señala el subtítulo, la vía de entrada a la comprensión de la postdictadura es estética. Y, si esto es así, es porque la estética habilita pensar el problema (con Adorno y luego de él) en términos de verdad y de no verdad. Esto le permite a Schwarzböck pensar de otro modo una vida de izquierda que no conoció. Era una vida, la de izquierda, tensionada por dos infinitos: por un lado, el del Estado (“toda guerrilla constata, para su propio espanto, la infinitud del Estado: ni el monte, ni la selva, ni la villa, precisamente por parecérsele, replican el estado de naturaleza” p. 29), y por otro lado, el infinito del Pueblo irrepresentable portador de la vida verdadera (emancipada) en nombre del cual se lucha, aunque tal vida es precisamente indefinible. Por su infinitud, el Pueblo que se invoca desde la clandestinidad es sublime, pues desborda los sentidos. La agrupación armada imagina al Pueblo “con atributos estéticos propiamente modernos, que combinan en una sola imagen la infinitud y la totalidad”.

Si la infinitud, a partir de la idea de Revolución, fue como dice Milner en el epígrafe, el soporte y criterio político central (pues la infinitud implica lo inconmensurable, lo que no ingresa en el juego de intercambio y, por lo tanto, lo que puede operar en términos de verdad), entonces la derrota de la vida de izquierda es también la victoria de la finitud, esto es, de la economía por sobre la política. “La economía es la que introduce la finitud en la política”, dice Schwarzböck en un artículo del número 5 de El río sin orillas, donde se anticipaban algunas ideas de Los espantos. Y es que para la vida de derecha postdictatorial el Estado ya no es infinito (aunque sí, tal vez, sea infinita la deuda, que constituye la base del lazo social así como de la subjetivación y, porque no, del Estado cuando deviene neoliberal). El Estado vuelve a ser pensado, bajo el horizonte de la vida de derecha, como Deus Mortalis, como finitud, como lo que puede desaparecer.

Es necesario volver a pensar una y otra vez al Estado y Los espantos se atreve a hacerlo, sabiendo que ya no puede hablarse con la misma lengua que resultaba apropiada cuando el fantasma del comunismo todavía acechaba. Si en aquel entonces, el accionar represivo del Estado se dejaba pensar a partir del secreto y el ocultamiento, desde los años 90, dice Schwarzböck, se instaura un nuevo régimen de la apariencia: la explicitud. La paraestatalidad se vuelve interna al Estado y toda la serie de individuos y prácticas que quedan de la dictadura y que protagonizan la “racionalidad nocturna” de lo estatal, generan más terror mostrando de modo explícito su poder que ocultándolo.

Tal vez no podamos evitar el sabor amargo (y el terror, claro está) una vez finalizada la lectura del texto de Silvia Schwarzböck. Aún así, este libro, que casi no tiene con quien discutir (todavía), abre un horizonte de intelección posible para nosotros, los Niños Mierda (como los llama el texto), aquellos que no vivimos la dictadura, o que tomábamos el Nesquik y mirábamos la televisión mientras la vida de izquierda era aniquilada en los campos (o mientras Menem firmaba los indultos y se abrazaba con Rojas). Los desautorizados para hablar sobre la dictadura ya tienen su texto.

miércoles, agosto 07, 2013

La promesa de la marca política en el #votojoven


Por Rubén Weinsteiner

La marca política es un dispositivo disparador de significados a la mente de los votantes, que se articulan en una promesa de marca que les da sentido.

La promesa de la marca política,  es lo que ésta dice que hará por sus votantes. O, dicho de otro modo, lo que sus votantes perciben que pueden esperar de ella.
Esa promesa debe ser relevante para los votantes y diferente a las de los competidores. Esa diferencia, debe ser visible y notable para los diferentes segmentos,  interpelados por la marca política.

El votante adulto va al mercado de las marcas políticas a resolver  problemas y a satisfacer  necesidades, y lo hace en un marco  de clivajes y creencias muy instalados que funcionan emocionalmente en piloto automático. Convicciones, amores, odios, tradiciones y prejuicios,  articulados en historias personales  e internalizados en anclajes emotivos,  que no son cuestionados a la hora de recrear el sistema de preferencias.  El joven  también busca resolver problemas y satisfacer necesidades, pero en lugar de recrear valoraciones y etiquetas instaladas, el voto joven busca adoptar marcas políticas para cumplir sueños, desafiar poderes inmensos, en luchas con final abierto, y sobre todo interrogar a la marca acerca de quién es, en que cree y cuan autentica es.

En el voto joven a diferencia del voto mayor,  pesa más el desafío que la memoria, la contestación positiva que la afirmación propositiva.
Una estrategia de marca política eficaz en el voto joven, debe buscar generar en las mentes de los votantes jóvenes,  un grupo de asociaciones distintivas y diferenciales,  despojadas de todo artificio e impostura, que ayuden a visibilizar valores, atributos y beneficios que den sustento a la promesa de la marca de forzar la realidad, desafiar poderes en luchas que se pueden perder,  e instalar sueños en la agenda.

La marca política está condicionada por los competidores y por el escenario de condiciones objetivas. Si cambian los competidores o el escenario,  la marca no puede permanecer inmutable.

La promesa  de la marca política, debe estar íntimamente ligada al reason why del candidato, el para qué quiere llegar al poder. Esa relación entre identidad y promesa de marca política, permite la identificación del joven con la marca política, ya que para el adulto mayor, identificación es empatía, para el joven identificación es amor.

Promesa, identificación,  perspectiva y deseo en un territorio expresivo de autenticidad y simplicidad,  constituyen una hoja de ruta poderosa  para la colonización de subjetividades hacia el interior del #votojoven.

Rubén Weinsteiner

domingo, agosto 04, 2013

Reason why; eje de la racionalidad instrumental del #votojoven


Por Rubén Weinsteiner

El reason Why  de una marca política, es el insumo estratégico fundamental para la construcción de sujetos políticos, sujetos de elección duros y no tanto,  y para la fundamentación de un despliegue territorial físico y virtual eficaz,   así como de una agenda poderosa al interior del voto joven.

El reason why es la vocación de poder pura y dura. “Quiero ser gobernador, presidente, diputado, para hacer esto”. “Es bueno que  yo tenga poder para hacer tal cosa”.  Esa vocación de poder no interpela al sujeto de elección desde la demanda de un espacio o cargo. El reason why nunca es el cargo, sino “quiero hacer esto para mi ciudad, provincia, país”. No como un proyecto individual, sino como integrante de una propuesta colectiva. El Voto joven  otorga el poder político como una herramienta de cambio tribal, más que como una plataforma de crecimiento personal, para alguien que se valora o admira
El reason why consiste en encontrarle sentido a la vida de las personas, no en encontrarle un sentido a la vida del candidato.
 
La capacidad de poder transmitir esto,  por parte de la marca política, a través de un discurso, viene a construir situaciones de interacción,  para resolver problemas de relación con los sujetos de elección,  dentro del voto joven,  así como de imagen, de expectativas,  creencias compartidas o de emociones disruptivas.

El planteo del reason why a los votantes en general y a los jóvenes en particular, constituye  una propuesta de responsabilidad ,expresada por la promesa de la marca.  Decir para qué uno quiere el poder, es hacerse cargo o ser responsable por ciertos efectos o resultados potenciales.

Plantear el para qué, a través del discurso, es necesario porque los sujetos de elección jóvenes,  necesitan para relacionarse emocionalmente e identificarse con un marca política,  atribuirles a estas, voluntades, particularidades, valores, obligaciones, promesas, diferencias y capacidades subjetivas.

El reconocimiento y valoración del reason why y la identificación del joven con la tribu en tanto colectivo, es el eje de la racionalidad instrumental del voto joven.  Para el joven,  identificación es amor, para los adultos identificación, es solo empatía.
Para que este reason why pueda ser comprendido e internalizado por los votantes, para que sea coherente, tanto para la marca política como para los sujetos de elección, hace falta consolidar un eje integrador, una narrativa política, que le de sentido a la identidad a la voluntad y a la
potencialidad de acción de la marca política.

Rubén Weinsteiner