lunes, abril 02, 2007

Bush Y Lula refuerzan su alianza




Bush y Lula consolidaron ayer la coalición forjada en torno a la producción de etanol. También hablaron de las negociaciones para liberalizar el comercio mundial, la reforma de la ONU y la integración sudamericana. Fue durante una inusual invitación a Camp David, la residencia campestre de los presidentes estadounidenses.




El presidente de estadounidense George W. Bush distinguió ayer a su par brasileño Luiz Inacio Lula da Silva con una inusual invitación a su residencia campestre de Camp David, en Maryland, algo que no sucedía con un líder latinoamericano desde hacía 16 años, cuando el mexicano Carlos Salinas de Gortari visitó a Bush padre.
Fue una cumbre que reforzó la alianza entre ambos líderes, forjada a lo largo de 7 encuentros, y que giró en torno a varios temas: la investigación y producción conjunta de biocombustibles, las negociaciones para liberalizar el comercio mundial, la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la situación de Haití y la integración sudamericana.
También sobrevoló el encuentro la figura del presidente Hugo Chávez: el objetivo de Bush es que Lula lo ayude a moderar la influencia creciente del venezolano en la región.
“Brasil y Estados Unidos comercian mucho y esto debe empujarlos a trabajar juntos en el marco de la ronda de Doha”, afirmó Bush en una conferencia de prensa conjunta.
En este tema, EE.UU. y Brasil tienen fuertes diferencias: mientras Lula exige que los países más ricos eliminen sus cuantiosos subsidios agrícolas, Bush reclama a cambio una mayor apertura de mercados para sus bienes y servicios (Ver recuadro en la página 33).
Bush y Lula también analizaron la cooperación en la promoción de biocombustibles y alcohol etílico (etanol), un combustible vegetal útil para reemplazar la gasolina. Ambos países son los principales productores de etanol en el mundo.
Lula volvió a solicitar una reducción de las barreras comerciales impuestas al etanol por parte de Estados Unidos.





“Es necesario eliminar las barreras impuestas al comercio de etanol”, sostuvo, aunque eso depende de un Congreso estadounidense que no parece dispuesto a enfrentar a los lobbies internos de ese sector.
Pese a las diferencias puntuales, varios analistas en Washington destacaron la importancia de que Lula haya sido recibido en la residencia presidencial de Camp David.
Brasil “se ha ubicado ahí gracias a una filosofía política que le permite conservar sana su macroeconomía y al mismo tiempo llevar a cabo programas de gran significado social. Y en esto se apartan drásticamente del proyecto de Venezuela, que es un proyecto estatista, sumamente radical a nivel internacional”, estimó Jaime Daremblum, director del Centro de Estudios Latinoamericanos del conservador Hudson Institute.
En su encuentro con la prensa, Lula dijo que, “naturalmente, hablé con el presidente Bush sobre la preocupación brasileña sobre la reforma de la ONU”, en cuyo Consejo de Seguridad Brasil aspira a tener un asiento permanente, junto a las principales potencias mundiales. “Allí es dónde tenemos más divergencias”, admitió.
“También le dije que Brasil apuesta firmemente a la integración de América del Sur”, agregó. En ese sentido, en los próximos días Lula recibirá al ecuatoriano Rafael Correa y visitará Venezuela y posiblemente Argentina, según informaron fuentes de la delegación que acompañó al presidente brasileño.

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