Las memorias de Greenspan, como las de Rubin, deberían ser complemento de los manuales que se usan para enseñar política monetaria y política económica.
Greenspan no es ningún tonto y asesores no le faltaron, no obstante lo cual –para que todos aprendamos– tiene la honestidad intelectual de afirmar que "como la mayoría de los funcionarios, esperaba nuevos ataques luego del 11 de setiembre de 2001.
En las semanas que siguieron al ataque, nada ocurrió según lo esperado… Durante el siguiente año y medio estuvimos en el limbo".
Al comienzo de su carrera se ganó la vida como consultor. Para ayudarle a un empresario individual a mejorar su toma de decisiones, no le prestaba atención al PBI porque era un concepto demasiado general (y probablemente en esa época se calculara con frecuencia anual). En cambio le prestaba atención a qué decían, qué hacían y qué no hacían, las empresas competidoras, proveedoras y usuarias, de los productos que elaboraba su asesorado.
"Una estimación actualizada y lo más desagregada posible es mucho más útil que el mejor modelo econométrico disponible… Nunca me sentí confiando con los pronósticos macroeconómicos, los cuales tienen más de arte que de ciencia".
Frente a la afirmación "los árboles no dejan ver el bosque", Greenspan respondería que una atenta mirada a algunos árboles y a algunas hierbas, y sobre todo una observación alerta de los datos atípicos –una vez que son debidamente verificados, para no teorizar de balde-, son mucho más útiles que un análisis basado en agregados "muy agregados".
La semana pasada Greenspan se animó a afirmar que lo peor de la actual crisis –inmobiliaria y financiera– ya pasó, porque observó que había vuelto a aumentar la demanda de no sé qué bono específico. Si tiene razón, los indicadores agregados se van a enterar de esto dentro de algunos…meses, irrelevante para la toma de decisiones.
Es fácil distraerse observando la realidad desde una perspectiva desagregada, pero –dice Greenspan– el precio que se paga por evitar esta distracción no puede ser un análisis tan estilizado que termina siendo una fantasía, no una elaboración a partir de los hechos.
Greenspan no es ningún tonto y asesores no le faltaron, no obstante lo cual –para que todos aprendamos– tiene la honestidad intelectual de afirmar que "como la mayoría de los funcionarios, esperaba nuevos ataques luego del 11 de setiembre de 2001.
En las semanas que siguieron al ataque, nada ocurrió según lo esperado… Durante el siguiente año y medio estuvimos en el limbo".
Al comienzo de su carrera se ganó la vida como consultor. Para ayudarle a un empresario individual a mejorar su toma de decisiones, no le prestaba atención al PBI porque era un concepto demasiado general (y probablemente en esa época se calculara con frecuencia anual). En cambio le prestaba atención a qué decían, qué hacían y qué no hacían, las empresas competidoras, proveedoras y usuarias, de los productos que elaboraba su asesorado.
"Una estimación actualizada y lo más desagregada posible es mucho más útil que el mejor modelo econométrico disponible… Nunca me sentí confiando con los pronósticos macroeconómicos, los cuales tienen más de arte que de ciencia".
Frente a la afirmación "los árboles no dejan ver el bosque", Greenspan respondería que una atenta mirada a algunos árboles y a algunas hierbas, y sobre todo una observación alerta de los datos atípicos –una vez que son debidamente verificados, para no teorizar de balde-, son mucho más útiles que un análisis basado en agregados "muy agregados".
La semana pasada Greenspan se animó a afirmar que lo peor de la actual crisis –inmobiliaria y financiera– ya pasó, porque observó que había vuelto a aumentar la demanda de no sé qué bono específico. Si tiene razón, los indicadores agregados se van a enterar de esto dentro de algunos…meses, irrelevante para la toma de decisiones.
Es fácil distraerse observando la realidad desde una perspectiva desagregada, pero –dice Greenspan– el precio que se paga por evitar esta distracción no puede ser un análisis tan estilizado que termina siendo una fantasía, no una elaboración a partir de los hechos.
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