Por Héctor Huergo
Una semana histórica. Mientras el petróleo alcanzaba los 90 dólares el barril, rompiendo todos los récords, el aceite de soja llegaba a su nivel más alto en 23 años. El aceite es el insumo base para la producción de biodiésel, el sustituto "verde" del gasoil. La relación entre ambas cotizaciones quedó subrayada por un grueso trazo de evidencias. Ya hace tiempo que el aceite vegetal se arbitra según el precio de la energía. En realidad, todos los granos se menean al compás del patrón oro negro.
En Estados Unidos, el etanol empujó una mayor siembra de maíz en detrimento de la soja. Ahora, en plena cosecha de la oleaginosa, los precios no paran de subir, empujados por la escasez de semilla y la demanda de aceite para biodiésel en sustitución del gasoil. También ayuda la firmeza para la harina de soja, sometida a la voracidad de los nuevos consumidores, los orientales que han caído en la tentación de la carne.
Mientras esto sucedía, se inauguraba en San Lorenzo la primera planta de biodiésel de gran escala levantada en el país, y se celebraba en Buenos Aires el Primer Congreso Internacional de Biodiésel.
Al cabo de estos eventos, todos los presentes se llevaron en la mochila la convicción de que la Argentina entró a fondo en la era de los biocombustibles.
Impresionante. Qué pensarán ahora los que hace cuatro o cinco años empezaron a machacar con eso del riesgo de la "sojización". Encumbrados funcionarios le hicieron decir al INTA que producir 30 millones de toneladas de soja no era sustentable. Un disparate que le hizo gran daño al sector, porque quedó instalado que la soja "arruina los suelos", además de otras calamidades como aquello de la pérdida de "soberanía alimentaria" (¿?), "dependencia tecnológica", y toda clase de sandeces. Entre ellas, la cuestión del "riesgo comercial": ¿qué pasa si el precio baja?.
Por suerte, los chacrers no se distrajeron y siguieron surfeando la ola. Entonces, siguieron logrando récords de cosecha, hasta llegar a las 47 millones de toneladas este año. Una cifra que los sorprendió, además, con precios un 50% por encima de los esperados.
Que el principal producto de la economía argentina, el complejo soja, crezca un 20% en volumen y un 50% en valor de una campaña a la siguiente es un hecho de enorme trascendencia.
Y así como los mercados de futuros del trigo indican que los valores actuales no se van a sostener, en el caso de la soja y también del maíz, las cotizaciones se mantienen hasta el 2010.
Esto no significa que las cosas van a quedar así. Simplemente, es lo que hoy piensan los operadores.
Señores, no importa si los biocombustibles van a resolver por sí solos la cuestión del calentamiento global. Esa es otra discusión.
Lo que importa es que el mercado lo toma ya como un dato clave en la ecuación que forma los precios.
Esto es lo que soñábamos, 15 años atrás, cuando en estas mismas páginas comenzamos a instalar el tema. "El valor de los biocombustibles es que constituirán una nueva demanda para los granos".
Llegamos. Ahora, a surfear la ola.
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