jueves, diciembre 27, 2007

Nicholas Negroponte: igualdad en el acceso a la información


Si no hay igualdad en el acceso a la riqueza, que por lo menos haya igualdad en el acceso a la información que -tal vez- un día genere esa riqueza. Animado por el mismo entusiasmo con el que soñó el Media Lab del MIT, Nicholas Negroponte presentó en el Davos de 2005 la solución al problema: la OX-1, una laptop con conexión a Internet lo suficientemente barata como para llegar a los niños más pobres del mundo.

Era fácil predecir que distribuir 150 millones de laptops en cuatro años era un poco mucho y que pedir US$ 100 por ellas era un poco poco (hoy cuestan US$ 180 en origen). Lo que pocos habrían adivinado es que, a pesar de ello, gigantes como Intel y Microsoft, con los que Negroponte no llegó a un acuerdo en su día, le iban a seguir los pasos con la Classmate, una laptop para chicos (por el diseño y la dureza de sus componentes) que ya se vende en la Argentina por US$ 480.

Negroponte le dijo a iEco que la llegada de estas empresas, a las que no ve como "competidoras", le producía sentimientos encontrados. Le alegraba alentar a "los otros a bajar sus precios, porque eso beneficia a todo el mundo" pero consideraba un fracaso el número de computadoras que en su opinión dejarían de llegar a los chicos. La tesis es que él tiene trato directo con los jefes de Estado y organiza pedidos de un millón de máquinas. En su opinión, Intel tiene que conformarse con ministros y directores generales, "porque la suya es una operación comercial", y estos siempre son más difíciles de embarcar en proyectos ambiciosos.

La Argentina fue de los primeros países en interesarse por la OX-1 si bien todavía no concretó ningún pedido. La Classmate compite con ella por los favores del Gobierno y en Intel esperan vender 50 mil unidades en 2008, con un enfoque radicalmente diferente al de Negroponte.

Como dijo el CEO de Intel, Paul Otellini, no forma parte de su labor filantrópica. Así lo confirmó Esteban Galluzzi, gerente general para el Cono Sur: "No hay filantropía que alcance para regalarle laptops a todos los niños del mundo".

Según Galluzzi, "lo que hace Negroponte es impulsar el nacimiento de esta categoría" que a Intel le interesa "socialmente y como negocio": "Después, todo el mundo va a querer entrar en un mercado que, de consolidarse, cuadruplicará el actual: en Argentina hay 11 millones de niños y el mercado de PCs hoy es de 2 millones".

La tercera en concurso por los colegios argentinos es la ITP-C de pantalla táctil, fabricada en Israel y comercializada por NEC Argentina "no para hacer grandes negocios sino para contribuir al desarrollo", según el responsable de producto, Sergio Romano.

Se moverá en un precio similar al de la Classmate y para 2008 esperan vender 30.000 equipos. La robustez es también una de sus variables clave: "Siempre que vamos a un lugar arrojamos una máquina al piso y demostramos que después sigue funcionando".

Otras empresas vieron el filón sin sentir la necesidad de comprometer en él su responsabilidad social. En MercadoLibre ya se vende la Eee PC de la fabricante taiwanesa Asustek por unos US$ 580, una PC que pueden usar niños (mientras no la arrojen al piso) y adultos. En la Argentina es la primera a ese precio pero en el mundo hay más ejemplos.

Hace tiempo que Wal-Mart vende la Everex en EE.UU. por un precio similar y Quanta -la fabricante de laptops asociada a la OX-1 de Negroponte- anunció en mayo que fabricaría sus propias máquinas por US$ 200. También preconizó la creación de un nuevo nicho de mercado: laptops de entre 200 y 600 dólares.

Sin llegar a esos niveles, en el país el precio también bajó. Según Intel, la notebook promedio pasó de 1.530 dólares a fines de 2005 a 1.012. Un movimiento paralelo al aumento de su consumo. Este año se espera llegar a las 300.000 notebooks vendidas, que según IDC ya representan el 15% de todas las PCs.

Como dice Pablo Tedesco, de Prince & Cooke, "pasar de 3 marcas a más de 10 hace que caigan los precios". Aunque sea por otro camino, parece que el sueño de Negroponte no era tan imposible.



Si una virtud tiene el proyecto One Laptop Per Child (Una Laptop Por Niño) es la de mantener a su impulsor, Nicholas Negroponte, en el candelero. "El padre de una de las causas con más sentido de la computación contemporánea, según el Economist" o una persona "bien intencionada" que desconoce las reglas de los negocios según el Financial Times, lo cierto es que todo el mundo habla de él. El mítico fundador del Media Lab en el Massachusetts Institute of Technology y autor del inspirador Being Digital es uno de los académicos con más presencia en los medios de todo el mundo. Con un precio que ha terminado oscilando entre los 180 y 190 dólares ya no es la laptop de 100 dólares que presumía ser. La meta del millón de laptops para Argentina ha quedado, cuando menos, pospuesta, y su competidor Intel está lanzando la ClassMate, un producto similar aunque más caro. Hijo del próspero armador griego Dimitri John y hermano del diplomático John Negroponte, Nicholas Negroponte no es una persona que se quede sin respuestas.
-¿Ven como un éxito o como un fracaso la entrada de la ClassMate de Intel al mercado de las laptop baratas para niños?
-Antes que nada, no los vemos como competidores porque no hay forma de que una compañía comercial pueda hacer laptops más baratas. El cincuenta por ciento del costo de cualquier laptop comercial se reparte entre ventas, marketing, distribución y beneficios. Nosotros no tenemos ninguno de esos costes así que por definición siempre vamos a ser más baratos porque somos una organización humanitaria. Cuando la gente dice que competimos con Intel para nosotros es un gran cumplido y bueno, porque si ellos bajan sus precios, termina beneficiando a todo el mundo. Donde está el problema no es tanto en la competición como en la distracción. Le doy un ejemplo: el jefe de Estado en Libia me dice, 'de acuerdo, compro un 1,2 millones de tus laptops' y después llega Intel a Libia y, como no se puede entrevistar con el jefe de Estado porque es una operación comercial, acude al ministro de Educación y le dicen: '¿Por qué un millón? ¿Cómo estás seguro de que va a funcionar? Mejor compra diez mil...'. Ahí es donde veo el problema. A los burócratas no les interesa tomar riesgos porque cuando los toman y tienen éxito, la gloria es para el jefe. Ahora bien, si se equivocan... Para nosotros esa ha sido la mayor desventaja. En el caso de Intel se complicó porque ahora además son socios. Te diría entonces que su entrada implica las dos cosas: un éxito y un fracaso.- La falta de costos de marketing y de distribución, ¿no será un inconveniente en vez de una ventaja?
-Bueno, eso depende de lo que creas que somos. Si crees que somos una empresa de laptops, sí, sería un error. Pero no lo somos. Somos como el World Food Program, que es muy activo y maravilloso. No tienen departamento de marketing y alimentan a 30 millones de personas todos los días. Nuestro modelo es ser como el World Food Program y no como una Dell a la que no le interesan los beneficios, pero eso es algo que la prensa no termina de entender.- A diferencia del World Food Program, ustedes están vendiendo un producto.- Estamos vendiendo un producto...- Sí, alguien tiene que pagar por las laptops.- Sí, es verdad, alguien tiene que pagar por ellas pero con el programa Give One Get One no las vendemos, las donamos. Eso cambia la ecuación y lo convierte en algo similar al World Food Program. Es verdad que estas donaciones no son para todos los países sino para aquellos con menor gasto por niño en educación. En el resto de casos, sí, podríamos decir que estamos vendiendo una laptop. Estoy completamente de acuerdo en que si una compañía comercial hace algo verdaderamente competitivo sea considerado por los gobiernos. Yo no necesito vender laptops, lo que necesito es que lleguen las laptops a los chicos. No me importa si Libia compra nuestras laptops o las de algún otro pero sí me importa que 1,2 millones de laptops se conviertan en 50 mil, por el millón de niños que se está quedando sin computadora.- ¿En qué medida la llegada de las laptops independiza la formación de los niños del presupuesto en educación de sus países?- En la mayoría de los países en desarrollo, se usa el doble turno en las escuelas, por la mañana para un grupo de estudiantes y la tarde para otros, entre otras razones porque normalmente estos chicos trabajan también con las familias. En este tipo de escuelas, la jornada comienza a las siete, en teoría, y a las siete y media en la práctica. Se termina entre las once y media y las doce. Al final, son solo entre doce horas y media y catorce horas por semana en la escuela, y eso es muy poco tiempo, de modo que una de las cosas que queremos es que los chicos se lleven la laptop a casa y la usen para otras cosas, juegos, música, escribir cosas.. De ese modo ampliamos el tiempo disponible para la educación de los chicos. Cuando se conectan a Internet reciben toda esta educación informal que, en función de la curiosidad y motivación del chico, puede darle mucha educación de forma independiente y con otros chicos que no necesariamente tienen que ser vecinos de la aldea sino del país, de forma que estás ampliando notablemente lo que el chico puede hacer.- Después de la educación, ¿qué viene? ¿El desarrollo económico o el de las libertades políticas?- La educación es siempre lo primero. Por ejemplo el caso de Irlanda, que en los años 50 y 60 le dio mucha importancia a la educación. Es un ejemplo de desarrollo económico. El desarrollo polBloque entrecomilladoítico es un tema más complicado porque en algunos países significa moverse hacia la democracia y no hay nada peor que una democracia prematura, porque la democracia es un sistema muy ineficiente. Si miras a los casos de India y China puedes observar cómo se están separando. China sigue subiendo a toda velocidad mientras que India va a un ritmo menor, en algunos casos incluso negativo. Una de las razones es que la de India es una democracia prematura. Esta es una afirmación muy controvertida pero por el desarrollo político hay que pagar un precio.

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