jueves, junio 05, 2008

Los intereses de los lectores, atados al futuro de los diarios

Un debate que nutrió al foro en Suecia



Hay comentarios que matan: "¿Dónde es este año el Festival de Cannes?" (Christina Aguilera, cantante y bailarina norteamericana de música pop, ganadora de cuatro premios Grammy); "Tradicionalmente, nuestras importaciones provenían de ultramar" (Keppel Enderby, ex ministro de Abastecimiento de Australia).

Para los ironistas que intervinieron en la organización de la reunión anual de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN), que concluyó ayer aquí, nada estuvo a salvo, ni aun la que tal vez sea la más respetable publicación periodística del mundo, la revista británica The Economist , en la contraofensiva por la constelación de juicios apocalípticos que se han hecho sobre el futuro de los diarios.

Una frase arriesgada de The Economist , tomada del artículo de abril de 2006 "¿Quién mató al diario?", figuró en las carteleras de la WAN con una decena de traspiés memorables, de esos que mueven a que uno quisiera que la tierra lo tragara. Fue una manera de registrar en qué antología merece incluirse una manifestación periodística tan infortunada como aquélla.

Nada impidió, sin embargo, que cuando se hablara verdaderamente en serio el nombre de The Economist volviera a relucir, después de cien años largos de existencia, como la expresión más alta de excelencia profesional y de una fórmula que tiende ahora, por añadidura, a afirmarse en la prensa gráfica de todas partes. Podría describirse diciendo que es una fórmula por la cual se procura prescindir cada vez más de la obsesión por las primicias y concentrar talentos en el desarrollo de lo que va a ocurrir y en lo que esto significará en relación con los intereses y sensibilidad de los lectores.

The Economist ha multiplicado el ciento por ciento sus ventas mundiales en los últimos años. Si algún periodista tiene la oportunidad de participar de una de sus reuniones de los lunes por la mañana, cuando se elabora el sumario del número por editarse el viernes siguiente, no debería perder tal privilegio profesional. Aseguro que ninguna redacción del mundo transmite, desde los más jóvenes hasta los más viejos de sus integrantes, una sensación más próxima a una congregación de académicos dispuestos a abordar, tras arduo y risueño debate, la diversidad de disciplinas que configuran cada una de sus ediciones.



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Quienes hablaron en nombre de Innovación, grupo de consultores de la actividad periodística, tomaron el modelo de excelencia de The Economist para entrar en la materia: los medios deben fortalecer sus ventajas comparativas, cualquiera sea la plataforma desde la que informen.

La idea de una redacción transparente, no sólo por el piso mínimo de decencia, sino también por su apertura a las gentes, fue parte de uno de esos ejes centrales de los cuatro días de debate. Uno de los casos desarrollados para conocimiento de los más de 1300 editores reunidos en Gotemburgo fue el del Spokesman Review , un diario de Spokane, ciudad del estado de Washington.

La consigna de sus editores es que "las noticias son una conversación", no el producto del invariable monólogo al estilo de los viejos periodistas. El público participa de las decisiones con las cuales el diario es elaborado y un promedio de no menos de dos o tres vecinos por día aceptan el reto permanente de hacerse presentes en las reuniones diarias en que se han de resolver la fisonomía y el contenido del ejemplar próximo a publicarse. Como ocurre en el territorio de un país con más de 200 años de libertad de prensa, son ciudadanos libres los que aceptan el desafío, no corifeos de un gobierno que quiera diarios hechos a su medida.

Nuestros amigos de La Gazzetta dello Sport , que se distribuye a diario en Buenos Aires con LA NACION, hablaron de una de las novedades más llamativas del último año. El subdirector, Gianni Valenti, explicó de qué manera se ha afirmado la publicación desde que abrió sus páginas, hasta un año atrás por entero dedicadas al deporte, a comentar, de la manera más sencilla posible, con cinco preguntas y las respuestas consiguientes, el suceso principal del día anterior.

Han comenzado a explayarse, además, en La Gazzetta dello Sport , en diferentes materias, como la política, la economía, la moda, novedades revolucionarias para una publicación de estricta raigambre deportiva. La eficacia de la repercusión de todo eso se ha hecho sentir en las ventas de ejemplares y en el caudal publicitario.


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El deporte tuvo su capítulo a la luz de las restricciones que grandes organizaciones, como las del fútbol, el rugby y el cricket, tanto en la esfera internacional como en algunos países, pretenden establecer sobre el derecho de información. La FIFA trata de imponer limitaciones en asuntos que no resultan de su agrado, como fue la transmisión al instante por Internet de imágenes del cabezazo de Zidane a Matterazzi en la final de la Copa del Mundo, o de informaciones aprovechables por vía de la telefonía celular.

La Asociación de Entidades Periodísticas (ADEPA) se ha ocupado más de una vez de situaciones de esa naturaleza. Ahora, el problema ha tomado un cariz en el ámbito internacional que la WAN urge a la unificación de esfuerzos defensivos por la organización denominada News Media Coalition.

El cierre de esta serie de comentarios sobre la WAN lo han ganado los cuatro ex periodistas de Liberátion , el diario parisiense que fundaron, en mayo de 2007, Rue99.com . Entraron en la red al tiempo que Sarkozy lo hacía en el Elíseo y eso ha sido parte de su suerte: un debut con la primicia de que Cecilia, la ex mujer del ahora presidente de Francia, no había votado en la segunda vuelta, desplante que conmovió al país.

Rue99.com se nutre con la información puesta en la Red por tres vías: periodistas, expertos en tal o cual tema y ciudadanos del común entre los más de 600.000 visitantes. A este último renglón pertenecen dos tercios de sus contribuyentes. Y eso es una manifestación más, entre tantas, de que nunca como hoy la información ha estado más democratizada.

Según se dejó en claro varias veces en paneles de esta índole, todavía sigue en Rue99.com quedando en manos de un reducido plantel periodístico "la desagradable tarea de cuidar la puerta de entrada y de salida" de las noticias y comentarios. Por las dudas, ¿no?

Por José Claudio Escribano

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