Con el objetivo de fortalecer el mercado interno y la generación de empleo ante la merma de la actividad económica, el Ejecutivo lanzará obras de grandes dimensiones y otras de menor costo, con participación de pymes y cooperativas.
Por Martín Piqué
En los próximos veinte días, el Gobierno lanzará un plan de obras públicas para fortalecer el mercado interno y la generación de empleo. El proyecto, que apunta a compensar la caída de la actividad económica y su efecto sobre el sector privado, ya se puede consultar en varios despachos del Ejecutivo. Una copia descansa en la oficina que suele usar Néstor Kirchner en Olivos cada vez que recibe a un invitado. Aunque se anunciará en dos semanas, la iniciativa comenzará a ejecutarse con la llegada del nuevo año. El objetivo del proyecto consiste en reanudar las obras públicas de grandes dimensiones que se paralizaron o demoraron producto de la crisis, pero también y sobre todo prevé impulsar nuevos emprendimientos de infraestructura de menor costo pero alta visibilidad. Se trata de la construcción de hospitales y centros integradores comunitarios (las reparticiones descentralizadas del Ministerio de Desarrollo Social), como también obras vinculadas con cloacas, agua potable y veredas.
Una de las particularidades de la propuesta, que en algunas oficinas del Gobierno ya se conoce como el “megaplán”, es que tendrá una participación importante de pymes, microempresas y cooperativas. “Son las más creadoras de empleo”, argumentó uno de los diputados que integra la comisión de Obras Públicas de la Cámara baja. En la elaboración del proyecto, como en el repaso de los detalles y el estudio de la financiación, está trabajando el secretario de Obras Públicas, José López. Para que el plan se concrete, el Gobierno necesitará que se sancionen dos leyes claves que están pendientes en la agenda parlamentaria. La primera es la estatización de los fondos de las AFJP, que ya logró la media sanción en Diputados. La otra ley imprescindible es la prórroga del Impuesto al cheque, que deberá tratarse antes de fin de año. La prórroga de ese impuesto garantizará un importante ingreso a las arcas del Fisco.
En las altas esferas del Gobierno creen que el efecto que tendrá el plan de obras públicas será el de subsidiar la demanda y fortalecer el mercado interno. También funcionará como compensación ante las pérdidas de puestos de trabajo que la crisis está provocando en el sector privado.
Dentro del paquete “keynesiano” que promete anunciar la Rosada hay un espacio para los créditos que apuntalen el nivel de actividad. El Banco Nación, que preside la economista Mercedes Marcó Del Pont, está estudiando una línea de créditos blandos para empresas. Podría anunciarse en una semana.
Leído desde el escenario global, el paquete que prepara el oficialismo podría sumarse a la ola de medidas contracíclicas que están impulsando la mayor parte de los países afectados por la crisis. Tanto los desarrollados como los emergentes.
Uno de los primeros hombres del Gobierno que habló sobre el proyecto de obra pública fue nada menos que Kirchner. En sus periódicas reuniones con dirigentes del oficialismo en Olivos, el ex mandatario adelantó los puntos principales de la iniciativa. En las últimas semanas conversó sobre la iniciativa con el diputado Edgardo Depetri, el dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, y con el subsecretario de Integración Latinoamericana de la Cancillería, Eduardo Sigal, entre muchos otros. Uno de sus visitantes más recientes, incluso, pudo echar una ojeada a un cuadernillo con anotaciones en el que el propio Kirchner tenía anotados números y detalles del famoso “megaplán”. Otra de las ideas del santacruceño es reactivar las cooperativas de desocupados, algunas de ellas integradas por miembros de movimientos sociales, para que cumplan un rol en la ejecución de las obras.
Quienes han conversado con Kirchner sobre la crisis internacional aseguran haberlo encontrado confiado en los números de la economía argentina: léase, las reservas del Banco Central y los fondos que –con la sanción de la eliminación de las AFJP– podrían pasar a formar parte de la Anses.
El ex presidente considera a la fortaleza fiscal como una estrategia clave para sobrellevar la depresión económica que se avecina. “Kirchner sostiene que tenemos los instrumentos para bancarnos la crisis un tiempo y para enfrentar cualquier intento de especulación interna con los bonos, el dólar o las acciones. Pero todo depende de cuánto dure la crisis”, reconoció un funcionario y dirigente que hace poco fue invitado a conversar con el ex mandatario en la quinta de Olivos.
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