La vocación de gobernar el país, no se decide en una mañana de sol, es algo que está o no está, y en caso de no estar se puede construir, pero sobre bases e ideas sólidas y fundamentalmente entendiendo el país. El ejemplo de la Alianza entre la UCR y el Frepaso es claro, la voluntad estuvo puesta en oponerse a Menem, no en construirse como alternativa ni en intentar entender el país, el discurso atacaba solo la corrupción, no el modelo económico que anclaba la moneda en el dólar, cuando la productividad de la Argentina no podria en 1997 compararse con la de EE.UU., un modelo de desmantelamiento del estado, que dejó al país sin trenes, sin el comando de los instrumentos económicos y sin malla de contención social alguna.
La Alianza no solo no atacó lo peor que hizo Menem, sino que una vez en el gobierno, continuó con la convertibilidad y con el modelo productivo que hacía pasar el índice de desocupación la barrera del 20%.
Por eso lo primero que debe pensar para adentro cualquier espacio con vocación de mayoría, es acerca de la vocación concreta de gobernar el país, entendióndolo, entendiendo a los sindicatos, a los empresarios, al actor social, llámese piqueteros, y demás organizaciones sociales, a las pymes, a las organizaciones intermedias a las FF.AA. y de seguridad, a las diferentes propuestas del arco político etc.
En el año 2007 Cristina Fernández de Kirchner, no obtuvo el mayor porcentaje de votos en primera vuelta de la historia, obtuvo uno de los porcentajes más bajos, el 46%, pero si obtuvo la diferencia más grande con el segundo de la historia argentina, en ese caso Carrió, que obtuvo el 23%.
Cristina dobló al segundo en porcentaje y ese no es un dato menor. El colectivo que alineó tras de sí CFK, estuvo compuesto, en un análisis por afuera de las corporaciones a las cuales pertenecen los ciudadanos, por un sector de las clases medias urbanas, con una autopercepción progresista, más allá de si esa percepción tiene algún punto de contacto con la realidad, un sector de las clases altas que sentían que estaban ganando con el modelo, una amplia plataforma en los sectores bajos, los trabajadores, quienes sentían el modelo inclusivo y protector, y mayoritariamente el campo. Ese campo que huyó con la 125, fue masivamente cristinista en el 2007.
El voto de Cristina en 2007 hoy no lo retiene el espacio K, pero no lo ha perdido a manos de ningún otro espacio. Yo diría que un 20% es retenido por los Kirchner y otro 5% no se ha ido aún, con lo cuál el gobierno mas allá del relato de algunas corporaciones retiene una parte de su base de sustentación electoral, ningún otro espacio tiene el 20% propio.
Cuando en trabajos de campo uno le pregunta a algún desencantado del gobierno, por quien va a votar, en el 90% de los casos no recibe respuesta. Nadie que haya votado al gobierno en 2007 y que hoy se encuentre en la vereda de enfrente dice a quien votaría.
Desde diferentes sectores no K, suelen llamarse a si mismos “la oposición”, esa oposición que plantea que existe un nuevo escenario emanado de la voluntad popular, agrupa a la UCR, a De Narváez, a Carrió, a Menem, a Rodriguez Saa, Luis Juez, a Nito Artaza, etc mostró que no puede transar sus contradicciones, y es por eso que los espacios que puedan presentarse con menos contradicciones –todos los espacios las tienen- son los que establecerán mayores ventajas a la hora de construirse en opción electoral.
La gestión de las propias contradicciones no es tarea fácil, requiere de la construcción de espacios para transar los conflictos, capacidad y voluntad para expulsar los rebordes que restan mas que lo que suman en términos de identidad, y firmeza para sostener la autodefinición ideológica, respetando el contrato ideológico con la masa crítica y con lo que se piensa,cree y siente.
Cuando se conforma un espacio que expresa como única consigna terminar con los K, y donde el juego real es el de las sillas musicales, ese que que jugabamos en la escuela, y todos los que se sienten candidatos apuestan a esa soñada segunda vuelta con Kirchner, las contradicciones y la falta de propuestas se constituyen en un corset que o los ahoga, o los obliga a romper el corset.
La construcción de un espacio que pueda gestionar sus contradicciones con éxito, es posible, el nicho en términos de oferta, hoy no tiene dueño con contrato, por otro lado las propuestas que consisten solo en la imagen y están vacías de proyecto y gestión, pueden triunfar en una elección de medio término donde es fácil castigar al gobierno, pero no triunfan en una elección presidencial, casos Meijide que derrotó a Chiche en 1997 y De Narváez que hizo lo propio con Kirchner en 2009.
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