Se acercan las elecciones y nos parece siempre necesario -aunque termine siendo medio al pedo - recordar la heterogeneidad estructural de la Ciudada Autónoma, diversidad en ascenso que, obviamente, tiene crecientes efectos electorales.
El primer efecto electoral y muy básico es que el formato de representación político electoral que demanda la CABA post crisis neoliberal del año 2001, es un populismo fromato siglo XXI capaz de representar la heterogeneidad , un dispositivo "atrapalotodo" con dominante en el norte o el sur según la perspectiva - ganan el PRO local con dominante en el norte y el FPV nacional con predominio en el sur - .
La CABA ya no demanda meyoritariamente representación político electoral homogénea, de corte socialdemócrata o progresista típicas del segundo cuarto del siglo pasado, que se han quedado hace rato sin audiencias mayoritarias a nivel nacional y no funcionan como opciones mayoritarias ni ya siquiera en la Ciudad Autónoma.Específicamente la CABA requiere un formato populista kirchnerista y el kirchnerismo no es un progresismo.
En rigor Buenos Aires se constituye como al menos dos ciudades, con indicadores socioambientales muy asimétricos entre Norte, Centro y Sur, que promueven contrastes socioeconómicos inhallables - dada la riqueza relativa del distrito y la densidad poblacional de la CABA por km2-, en el resto de la geografía nacional.
El primer efecto electoral y muy básico es que el formato de representación político electoral que demanda la CABA post crisis neoliberal del año 2001, es un populismo fromato siglo XXI capaz de representar la heterogeneidad , un dispositivo "atrapalotodo" con dominante en el norte o el sur según la perspectiva - ganan el PRO local con dominante en el norte y el FPV nacional con predominio en el sur - .
La CABA ya no demanda meyoritariamente representación político electoral homogénea, de corte socialdemócrata o progresista típicas del segundo cuarto del siglo pasado, que se han quedado hace rato sin audiencias mayoritarias a nivel nacional y no funcionan como opciones mayoritarias ni ya siquiera en la Ciudad Autónoma.Específicamente la CABA requiere un formato populista kirchnerista y el kirchnerismo no es un progresismo.
En rigor Buenos Aires se constituye como al menos dos ciudades, con indicadores socioambientales muy asimétricos entre Norte, Centro y Sur, que promueven contrastes socioeconómicos inhallables - dada la riqueza relativa del distrito y la densidad poblacional de la CABA por km2-, en el resto de la geografía nacional.
Un indicador proxy de estas asimetrías resulta el desarrollo del analfabetismo desagregado por comunas.
En La Fábrica Porteña se publica este estudio interesante que replicamos en Ramble.
La capacidad de leer y escribir es una condición necesaria para garantizar desarrollo pleno de una sociedad y es un derecho de todo ciudadano. La alfabetización supone la distribución de estos saberes centrales que contribuyen a una inclusión social más igualitaria y a la construcción de una sociedad más justa reduciendo las desigualdades. Por el contrario el analfabetismo es la vulneración de derechos sociales e individuales, es un factor que inhabilita las posibilidades de mejora socioeconómica y desarrollo. Es un fenómeno estructural y una responsabilidad social. Bajas tasas de alfabetización y de educación en un país impiden su desarrollo socioeconómico, situación que se agrava actualmente cuando la tecnología es motor del cambio mundial.
Históricamente la República Argentina resalta entre sus pares regionales a consecuencia de un excelente desempeño en esta área; Por caso, Argentina tiene el mejor indicador en la región (1,2%), seguido por Uruguay (1,9%) y muy lejos de México (7,4%) y Brasil (10,2%). Los índices de analfabetismo son muy bajos y para reducirlos se trabaja desde la Nación bajo múltiples estrategias de abordaje, como el Programa Nacional de Alfabetización y Educación Básica para Jóvenes y Adultos, dentro del cual se implementa el Programa “Encuentro”.
Son los grupos de poblaciones más pobres y vulnerables los que conviven con el analfabetismo evidenciando que la disminución y erradicación de esta condición deviene de intervenciones estatales socioeconómicas más amplias que las educativas. Esto requiere del diseño de un conjunto de políticas educativas articuladas destinadas a la alfabetización y educación básica, sumadas a mayor inversión en infraestructura escolar, distribución de materiales de estudios como libros de texto y políticas sociales que acompañen esta meta.
Resulta interesante analizar los números del analfabetismo en el país para identificar cuáles son los logros en materia de reducción de este problema y cuáles son los núcleos poblacionales que necesitan una intervención multidimensional en términos de políticas públicas. El cuadro siguiente se elaboró a partir de los datos obtenidos por los últimos censos. Este indica las tasas de analfabetismo conjugando dos variables: la población total de 10 años de edad o más y el total de analfabetos para construir el porcentaje de analfabetismo por provincia y/o ciudad.
En primera instancia las cifras evidencian una progresiva mejoría del conjunto de las jurisdicciones desde 1980. En consonancia, la Ciudad de Buenos Aires exhibe logros en la erradicación de la pobreza hasta el año 2001, siendo la única jurisdicción que incrementa el porcentaje de población analfabeta en el período 2001-2012. No obstante, la tasa de analfabetismo es comparativamente baja respecto de las provincias. Esto evidencia que el remanente de este porcentaje de analfabetismo constituye un núcleo duro para el cual es necesario desarrollar un abordaje cualitativo más específico, pero lo que las cifras demuestran es que este abordaje no se realiza de forma suficiente.
En este marco es interesante analizar las estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, la cual en el último censo evidencia una modificación casi nula en relación a las tendencias evidenciadas con las provincias Argentinas. Como se observa en el cuadro abajo obrante.
El problema central de la alfabetización de estos grupos remanentes en la Ciudad es que se componen de la población en situación más precaria tanto en aspectos estructurales como socioeconómicos. Analizando los números expuestos podemos indicar que el promedio de población analfabeta por comuna es de 0,49% y que las Comunas que presentan tasas superiores al promedio, no casualmente, son las del Sur de la Ciudad de Buenos Aires, esto es, las Comunas 1, 4, 7, 8, 9 y 10. En estas zonas, radican 7.308 de los 12.403 analfabetos de la Ciudad. Casi el 60% de los analfabetos se concentran en éstas 6 Comunas.
Lo que estos números denotan es el constante abandono por parte del Gobierno de la Ciudad a las Comunas del Sur, y sumado a esto se evidencia que para estas situaciones de vulnerabilidad sólo el Estado Nacional tiene políticas que permiten enfrentar este flagelo. No por casualidad, las tasas de analfabetismo se reducen en todo el país menos en la Ciudad de Buenos Aires.
Como sostiene últimamente la Presidenta, es necesario la coordinación y la ayuda de todos los niveles de gobierno para afrontar los desafíos de ésta época. Esperamos que el Gobierno de la Ciudad se ponga a tono y atienda esta situación a la brevedad, con políticas efectivas. Recursos humanos y monetarios sobran. Lo que falta, es la decisión y la preocupación política por erradicar el analfabetismo en la Ciudad de Buenos Aires.
Generación Política Sur
La capacidad de leer y escribir es una condición necesaria para garantizar desarrollo pleno de una sociedad y es un derecho de todo ciudadano. La alfabetización supone la distribución de estos saberes centrales que contribuyen a una inclusión social más igualitaria y a la construcción de una sociedad más justa reduciendo las desigualdades. Por el contrario el analfabetismo es la vulneración de derechos sociales e individuales, es un factor que inhabilita las posibilidades de mejora socioeconómica y desarrollo. Es un fenómeno estructural y una responsabilidad social. Bajas tasas de alfabetización y de educación en un país impiden su desarrollo socioeconómico, situación que se agrava actualmente cuando la tecnología es motor del cambio mundial.
Históricamente la República Argentina resalta entre sus pares regionales a consecuencia de un excelente desempeño en esta área; Por caso, Argentina tiene el mejor indicador en la región (1,2%), seguido por Uruguay (1,9%) y muy lejos de México (7,4%) y Brasil (10,2%). Los índices de analfabetismo son muy bajos y para reducirlos se trabaja desde la Nación bajo múltiples estrategias de abordaje, como el Programa Nacional de Alfabetización y Educación Básica para Jóvenes y Adultos, dentro del cual se implementa el Programa “Encuentro”.
Son los grupos de poblaciones más pobres y vulnerables los que conviven con el analfabetismo evidenciando que la disminución y erradicación de esta condición deviene de intervenciones estatales socioeconómicas más amplias que las educativas. Esto requiere del diseño de un conjunto de políticas educativas articuladas destinadas a la alfabetización y educación básica, sumadas a mayor inversión en infraestructura escolar, distribución de materiales de estudios como libros de texto y políticas sociales que acompañen esta meta.
Resulta interesante analizar los números del analfabetismo en el país para identificar cuáles son los logros en materia de reducción de este problema y cuáles son los núcleos poblacionales que necesitan una intervención multidimensional en términos de políticas públicas. El cuadro siguiente se elaboró a partir de los datos obtenidos por los últimos censos. Este indica las tasas de analfabetismo conjugando dos variables: la población total de 10 años de edad o más y el total de analfabetos para construir el porcentaje de analfabetismo por provincia y/o ciudad.
En primera instancia las cifras evidencian una progresiva mejoría del conjunto de las jurisdicciones desde 1980. En consonancia, la Ciudad de Buenos Aires exhibe logros en la erradicación de la pobreza hasta el año 2001, siendo la única jurisdicción que incrementa el porcentaje de población analfabeta en el período 2001-2012. No obstante, la tasa de analfabetismo es comparativamente baja respecto de las provincias. Esto evidencia que el remanente de este porcentaje de analfabetismo constituye un núcleo duro para el cual es necesario desarrollar un abordaje cualitativo más específico, pero lo que las cifras demuestran es que este abordaje no se realiza de forma suficiente.
En este marco es interesante analizar las estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, la cual en el último censo evidencia una modificación casi nula en relación a las tendencias evidenciadas con las provincias Argentinas. Como se observa en el cuadro abajo obrante.
El problema central de la alfabetización de estos grupos remanentes en la Ciudad es que se componen de la población en situación más precaria tanto en aspectos estructurales como socioeconómicos. Analizando los números expuestos podemos indicar que el promedio de población analfabeta por comuna es de 0,49% y que las Comunas que presentan tasas superiores al promedio, no casualmente, son las del Sur de la Ciudad de Buenos Aires, esto es, las Comunas 1, 4, 7, 8, 9 y 10. En estas zonas, radican 7.308 de los 12.403 analfabetos de la Ciudad. Casi el 60% de los analfabetos se concentran en éstas 6 Comunas.
Lo que estos números denotan es el constante abandono por parte del Gobierno de la Ciudad a las Comunas del Sur, y sumado a esto se evidencia que para estas situaciones de vulnerabilidad sólo el Estado Nacional tiene políticas que permiten enfrentar este flagelo. No por casualidad, las tasas de analfabetismo se reducen en todo el país menos en la Ciudad de Buenos Aires.
Como sostiene últimamente la Presidenta, es necesario la coordinación y la ayuda de todos los niveles de gobierno para afrontar los desafíos de ésta época. Esperamos que el Gobierno de la Ciudad se ponga a tono y atienda esta situación a la brevedad, con políticas efectivas. Recursos humanos y monetarios sobran. Lo que falta, es la decisión y la preocupación política por erradicar el analfabetismo en la Ciudad de Buenos Aires.
Generación Política Sur
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