Por Rubén Hernán Weinsteiner
El asesinato del cineasta y publicista holandés Theo van Gogh parece haber sido algo más que el acto de un individuo loco. El sospechoso, un hombre de 26 años de edad, con nacionalidad holandesa y marroquí, era conocido por el Servicio de Información y Seguridad, AIVD. El mismo día del asesinato fueron detenidas otras 8 personas, en su mayoría marroquíes, por posible involucración en el atentado.
Todo parece indicar que por primera vez Holanda ha sido testigo esta semana de un asesinato político, cometido por un islamita radical. Esto se podría desprender del contenido de la carta que el autor clavó con un cuchillo en el cuerpo de la víctima, y de una misiva que el supuesto autor, Mohamed B. Llevaba consigo. Según esa carta el hombre pensaba que a lo mejor no sobreviviría el atentado contra Van Gogh, una persona muy controvertida en círculos musulmanes.
En la casa del sospechoso se encontraron vídeos y literatura supuestamente de contenido radical islámico. Apenas 12 horas después del atentado se efectuaron más detenciones en cinco lugares en Ámsterdam. Ocho personas fueron detenidas: seis marroquíes, un argelino y una con doble nacionalidad: marroquí y española.
Algunas detenciones se efectuaron en los mismos edificios donde hace un año fueron arrestados otros supuestos terroristas, que tuvieron que ser puestos en libertad por falta de pruebas. El principal sospechoso del asesinato de Van Gogh, Mohammed B., habría estado a menudo en estos apartamentos.
El AIVD no pudo o no quiso decir nada sobre eventuales conexiones extranjeras. En anteriores ocasiones, los medios holandeses sugirieron que el sospechoso mantenía contactos con Samir A., un holandés de ascendencia marroquí, de 18 años de edad, que se encuentra bajo arresto preventivo por haber preparado atentados terroristas.
Este Samir A. Habría estado en contacto con el grupo de terroristas que perpetró los atentados del 11 de marzo en Madrid. Según el AIVD, en Holanda se encuentran unos 150 posibles extremistas. Se trata de un grupo de conformación variable y que sus miembros no siempre están en Holanda.
El AIVD confirmó que no es posible vigilar a este grupo ininterrumpidamente, por falta de personal. Por esa razón hay que decidir a cuales de los 150 principales sospechosos se vigila o se escucha. Y el presupuesto que se destina para vigilancia de familiares y conocidos de este grupo, entre los que se encontraba el asesino de Van Gogh.
Como consecuencia de lo ocurrido, algunos partidos políticos han insistido en la ampliación de la capacidad de los servicios de seguridad. Por otro lado, se pronostica que pronto habrá más claridad sobre el trasfondo del asesinato. Mañana viernes el sospechosos Mohammed B. tendrá que comparecer ante en juez.
El AIVD informará en breve al Parlamento holandés. Una nota curiosa es que el padre de Theo van Gogh trabajó muchos años en el servicio secreto de Holanda, y estuvo especializado, entre otras cosas, en la investigación de organizaciones extremistas.
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