Antes de que termine este siglo, el panorama en las regiones más pobres del mundo -como América latina- será desolador como consecuencia del cambio climático. Así lo advierten expertos de la ONU en un informe que presentarán el viernes próximo en Bruselas, y que pronostica más sequías, inundaciones, extinción de especies y hambre. "Estamos hablando de una potencialmente catastrófica serie de acontecimientos", dijo Achim Steiner, responsable del Programa de Medio Ambiente de la ONU, sobre el impacto del aumento de las temperaturas. Si los gobiernos no toman medidas, advierte el trabajo realizado por el Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), el aumento de temperaturas podría incrementar los riesgos de "mortalidad, contaminación, catástrofes naturales y enfermedades infecciosas" en el mundo.
El informe advierte que la regiones costeras y bajas se inundarán debido al aumento del nivel de los mares, y que islas enteras están condenadas a desaparecer. Las temperaturas globales más altas cambiarán los rendimientos de las cosechas, incrementarán el hambre y las enfermedades. Más olas de calor y tormentas más intensas causarán más muertes. Y los cambios en los ecosistemas implicarán la extinción de innumerables especies. "Incluso un aumento de medio metro en los niveles de mar tendría efectos catastróficos en Bangladesh", dijo Steiner.
Observa además que las regiones más pobres correrán más riesgos a la hora de afrontar este cambio. Efectos concretos podrán percibirse dentro de 20 años en países de América latina y Africa, y luego, en 2050, en Asia. "Muchos de nosotros creemos que estamos en el umbral de un evento masivo de extinción", advirtió Jeff Price, de la Universidad Estatal de California en Chico, y uno de los autores principales del capítulo sobre ecosistemas. Científicos y funcionarios de más de 100 países se reunirán a partir de hoy en Bélgica para revisar y aprobar un resumen del informe. En la primera parte de su trabajo, presentada en febrero en París, el IPCC ya anunciaba un panorama sombrío: predijo entonces un calentamiento promedio del planeta de entre 1,8 y 4 grados de aquí a 2100.
Los científicos del IPCC aseguran que, aunque se tomen medidas radicales para reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, el aumento de temperaturas en todo el planeta en las próximas décadas ya es seguro. Sostienen además que el hombre es el principal culpable de ese fenómeno, producido por las actividades que emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera. Entre los pronósticos más lúgubres de esta segunda parte del trabajo se menciona que los glaciares del Himalaya, la cadena montañosa más alta del mundo, se habrán reducido de 500.000 a 100.000 kilómetros cuadrados para 2030, lo que afectará a cientos de millones de personas. América latina, en peligro El impacto del cambio climático será importante en el continente americano, que estará expuesto a más tormentas y olas de calor. América latina será la región más afectada, ya que además sufrirá sequías, extinción de especies y hambre.
El calentamiento ya está derritiendo los glaciares de los Andes y amenaza al bosque del Amazonas, cuyo perímetro se puede ir convirtiendo en una sabana. El incremento del nivel del mar, por otra parte, ocasionará graves problemas en las regiones pantanosas y con deltas, especialmente en Brasil, Ecuador y Colombia.
El informe es que una de las excepciones en el continente podría ser el mayor contaminante del planeta, Estados Unidos, donde algunas zonas podrían beneficiarse con un mayor rendimiento en el cultivo de las tierras y la expansión de los bosques si la temperatura no se eleva más de 2 grados respecto de los niveles de 1990.
Todo indica que en el corto plazo las naciones más ricas -y las que más han contribuido a provocar el calentamiento global- serán las que menos efectos tengan que enfrentar. Al respecto, el diario The New York Times observó ayer que los países con más recursos están invirtiendo miles de millones de dólares en reducir sus riesgos frente a este fenómeno, pero ayudan con apenas decenas de millones a las regiones más vulnerables del mundo.
El presidente George W. Bush manifestó en su último discurso sobre el Estado de la Unión la intención de su país de no depender del petróleo y de promover el uso del etanol, y que además esa tecnología permitirá custodiar mejor el medio ambiente y enfrentar el desafío del cambio climático.
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