La decisión del gobierno israelí de atacar a un supuesto centro nuclear sirio semanas atrás se tomó luego de mantener conversaciones con Washington.
Israel bombardeó un supuesto sitio nuclear en Siria, el 6 de septiembre, el cual habría sido armado en colaboración con Corea del Norte. La utilización de la fuerza había sido decidida luego de que el gobierno israelí compartiera, con el presidente Bush, información que indicaba que personal nuclear norcoreano se encontraba en Siria, según indicaron fuentes del gobierno norteamericano.
La administración Bush no ha hecho comentarios sobre el ataque israelí o la inteligencia subyacente. Aunque Washington estaba profundamente preocupado por la afirmación de Israel de que Corea del Norte estaba asistiendo las ambiciones nucleares de un país con vínculos estrechos con Irán, las fuentes dijeron, la Casa Blanca optó en contra de una respuesta inmediata, debido a que temía que socavara las negociaciones de larga data enfocadas a persuadir a Pyongyang a que abandone su programa nuclear.
Al final, sin embargo, se cree que EEUU ha provisto a Israel con cierta corroboración de la información de inteligencia original antes de que el gobierno israelí procediera con el ataque, el cual impactó contra la instalación siria bien entrada la noche, para minimizar las posibles víctimas, informaron las fuentes.
Violación del espacio aéreo
Ese mismo día 6, fuentes militares sirias admitieron que baterías antiaéreas abrieron fuego contra aviones de Israel, los que, afirman, habían violado su espacio aéreo a altas horas de la noche.
El gobierno norteamericano, al igual que el israelí, mantiene un absoluto silencio sobre dicha operación que ocasionó las protestas de Damasco. El ataque tuvo lugar tres días de después de que desembarcara, en el puerto sirio de Tartus, un barco norcoreano consignado con carga de cemento.
El periódico señala que el objetivo del bombardeo nocturno estaba en el norte de Siria, en las proximidades de la frontera con Turquía.
Israel bombardeó un supuesto sitio nuclear en Siria, el 6 de septiembre, el cual habría sido armado en colaboración con Corea del Norte. La utilización de la fuerza había sido decidida luego de que el gobierno israelí compartiera, con el presidente Bush, información que indicaba que personal nuclear norcoreano se encontraba en Siria, según indicaron fuentes del gobierno norteamericano.
La administración Bush no ha hecho comentarios sobre el ataque israelí o la inteligencia subyacente. Aunque Washington estaba profundamente preocupado por la afirmación de Israel de que Corea del Norte estaba asistiendo las ambiciones nucleares de un país con vínculos estrechos con Irán, las fuentes dijeron, la Casa Blanca optó en contra de una respuesta inmediata, debido a que temía que socavara las negociaciones de larga data enfocadas a persuadir a Pyongyang a que abandone su programa nuclear.
Al final, sin embargo, se cree que EEUU ha provisto a Israel con cierta corroboración de la información de inteligencia original antes de que el gobierno israelí procediera con el ataque, el cual impactó contra la instalación siria bien entrada la noche, para minimizar las posibles víctimas, informaron las fuentes.
Violación del espacio aéreo
Ese mismo día 6, fuentes militares sirias admitieron que baterías antiaéreas abrieron fuego contra aviones de Israel, los que, afirman, habían violado su espacio aéreo a altas horas de la noche.
El gobierno norteamericano, al igual que el israelí, mantiene un absoluto silencio sobre dicha operación que ocasionó las protestas de Damasco. El ataque tuvo lugar tres días de después de que desembarcara, en el puerto sirio de Tartus, un barco norcoreano consignado con carga de cemento.
El periódico señala que el objetivo del bombardeo nocturno estaba en el norte de Siria, en las proximidades de la frontera con Turquía.
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