Los militares bloquean servidores, atacan blogs de disidentes, peinan la red y cierran todos los cibercafés del país
El Ministerio de Defensa birmano, a través de su departamento de guerra cibernética, reforzó este viernes su control de Internet, bloqueando servidores, atacando blogs de disidentes y desplegando informadores para peinar la red en busca de internautas opositores al régimen, según testigos.
Las autoridades ordenaron previamente el cierre de todos los cibercafés del país para impedir que salga información al exterior sobre la represión de las manifestaciones pacíficas lideradas por las monjes budistas, en las que hasta el momento se han registrado ya 15 muertos, entre ellos un fotógrafo japonés y otro ciudadano extranjero no identificado.
Una administración específica
El departamento de guerra cibernética está adscrito a la Oficina de Servicios Informáticos del poderoso Ministerio de Defensa y se encarga, entre otros cometidos, de vigilar las conversaciones telefónicas y correos electrónicos de miembros de la oposición.
Según Desmond Ball, experto australiano en inteligencia militar, los equipos -aportados por Singapur- "son bastante avanzados y se emplean en la supresión de cualquier tipo de disidencia". Desde sus terminales, los espías birmanos se multiplicaron para perseguir los comentarios de internautas sospechosos en varios diarios digitales, algunos de los cuales fueron clausurados pero otros quedaron disponibles para poder identificar a opositores.
Solidaridad entre los usuarios
En la lista de mensajes, los usuarios se advierten los unos a los otros de no pinchar en algunas páginas en las que agentes de los servicios de inteligencia camuflados cuelgan enlaces para desviar a quienes envían comentarios no deseados a través de direcciones IP anónimas a páginas donde pueden ser localizados.
El Ministerio de Defensa birmano, a través de su departamento de guerra cibernética, reforzó este viernes su control de Internet, bloqueando servidores, atacando blogs de disidentes y desplegando informadores para peinar la red en busca de internautas opositores al régimen, según testigos.
Las autoridades ordenaron previamente el cierre de todos los cibercafés del país para impedir que salga información al exterior sobre la represión de las manifestaciones pacíficas lideradas por las monjes budistas, en las que hasta el momento se han registrado ya 15 muertos, entre ellos un fotógrafo japonés y otro ciudadano extranjero no identificado.
Una administración específica
El departamento de guerra cibernética está adscrito a la Oficina de Servicios Informáticos del poderoso Ministerio de Defensa y se encarga, entre otros cometidos, de vigilar las conversaciones telefónicas y correos electrónicos de miembros de la oposición.
Según Desmond Ball, experto australiano en inteligencia militar, los equipos -aportados por Singapur- "son bastante avanzados y se emplean en la supresión de cualquier tipo de disidencia". Desde sus terminales, los espías birmanos se multiplicaron para perseguir los comentarios de internautas sospechosos en varios diarios digitales, algunos de los cuales fueron clausurados pero otros quedaron disponibles para poder identificar a opositores.
Solidaridad entre los usuarios
En la lista de mensajes, los usuarios se advierten los unos a los otros de no pinchar en algunas páginas en las que agentes de los servicios de inteligencia camuflados cuelgan enlaces para desviar a quienes envían comentarios no deseados a través de direcciones IP anónimas a páginas donde pueden ser localizados.
Los blogueros de Birmania son escasos. La mayoría de las veces escriben en su idioma, que sólo entiende el 1% del planeta. Pero sus fotos, sus vídeos y las pocas líneas en inglés que cuelgan en sus diarios electrónicos son potentísimas herramientas para informar al mundo de lo que ocurre en su país, donde el régimen tolera a pocos periodistas extranjeros.
La Junta Militar no ha tardado en enterarse. Después de criticar a los medios de comunicación internacionales, que según ellos difunden "un cielo de mentiras" , los militares han identificado el nuevo peligro. Este viernes han cerrado los cibercafés para dificultar el acceso y parecían haber cortado el acceso público a Internet. El departamento técnico del principal proveedor de Internet no respondía al teléfono para explicar por qué no había acceso. Y frente a los ciberdisidentes, un departamento específico caza a los sospechosos, con importantes recursos humanos, armas virales y material de Singapur.
"Es como una misión"
Pero sí están en la web los testimonios de ciudadanos birmanos expatriados como Ko Htike, quien escribe desde Londres con el apoyo de sus contactos en Birmania. Ko Htike ha explicado a la CNN que sus 40 informadores arriesgan su vida cada vez que sacan una foto por la ventana de su casa, pero que "creen que cumplen su deber para el país". "Por eso lo haces, es como una misión". Ko recibe por correo electrónico la producción de sus misionarios, y desde la democracia británica, los publica en su blog.
Otro birmano, Nyein Chan Yar, explica en su primera nota en inglés sobre los acontecimientos que "ya no puede callar, porque el régimen está mintiendo". Nyein Chan Yari combina la información que recibe desde Myanmar -textos, fotos y vídeos- con la que obtiene de fuentes occidentales. El objetivo siempre es el mismo: demostrar con pruebas la violencia del Ejército.
Con pocas palabras
También hay birmanos que han sabido transmitir la situación de su país unicamente con sus imágenes. No escribe ninguna línea en inglés, pero Soneseayar firma una foto que ya ha dado la vuelta al mundo, en la que se ven sandalias manchadas de sangre y abandonadas en una calle de Rangún después de las protestas. Como muchos, también reproduce en su bitácora un vídeo emitido por la televisión japonesa en el que se ve la muerte del fotógrafo nipón.
En cuanto a Seinkhalote, publica decenas de imagenes, casi todas sin comentarios, que provienen tanto de residentes como de grandes medios de comunicación. Entre los pocos textos hay un poema en inglés, que resume sus reivindicaciones:
"Queremos tres efes. Tres efes queremos. Primero queremos Libertad (Freedom en inglés). Queremos Libertad para nuestro futuro. Segundo queremos Amistad (Friendship). Queremos Amistad entre nuestro Ejército y nuestro pueblo. Tercero queremos Alimentos (Food). Queremos Alimentos para vivir en paz".
Coordinación
Además de esas webs personales, los ciudadanos birmanos han utilizado la Red para concertar iniciativas colectivas. La página de redes sociales Facebook tiene una red llamada Myanmar (el nombre oficial del país), que agrupa a más de 600 personas. Aunque no hay ninguna condición de nacionalidad para abrir una cuenta en esta comunidad, en los últimos días la inmensa mayoría de los mensajes de esta comunidad se referín a la llamada Revolución Azafrán.
La Junta Militar no ha tardado en enterarse. Después de criticar a los medios de comunicación internacionales, que según ellos difunden "un cielo de mentiras" , los militares han identificado el nuevo peligro. Este viernes han cerrado los cibercafés para dificultar el acceso y parecían haber cortado el acceso público a Internet. El departamento técnico del principal proveedor de Internet no respondía al teléfono para explicar por qué no había acceso. Y frente a los ciberdisidentes, un departamento específico caza a los sospechosos, con importantes recursos humanos, armas virales y material de Singapur.
"Es como una misión"
Pero sí están en la web los testimonios de ciudadanos birmanos expatriados como Ko Htike, quien escribe desde Londres con el apoyo de sus contactos en Birmania. Ko Htike ha explicado a la CNN que sus 40 informadores arriesgan su vida cada vez que sacan una foto por la ventana de su casa, pero que "creen que cumplen su deber para el país". "Por eso lo haces, es como una misión". Ko recibe por correo electrónico la producción de sus misionarios, y desde la democracia británica, los publica en su blog.
Otro birmano, Nyein Chan Yar, explica en su primera nota en inglés sobre los acontecimientos que "ya no puede callar, porque el régimen está mintiendo". Nyein Chan Yari combina la información que recibe desde Myanmar -textos, fotos y vídeos- con la que obtiene de fuentes occidentales. El objetivo siempre es el mismo: demostrar con pruebas la violencia del Ejército.
Con pocas palabras
También hay birmanos que han sabido transmitir la situación de su país unicamente con sus imágenes. No escribe ninguna línea en inglés, pero Soneseayar firma una foto que ya ha dado la vuelta al mundo, en la que se ven sandalias manchadas de sangre y abandonadas en una calle de Rangún después de las protestas. Como muchos, también reproduce en su bitácora un vídeo emitido por la televisión japonesa en el que se ve la muerte del fotógrafo nipón.
En cuanto a Seinkhalote, publica decenas de imagenes, casi todas sin comentarios, que provienen tanto de residentes como de grandes medios de comunicación. Entre los pocos textos hay un poema en inglés, que resume sus reivindicaciones:
"Queremos tres efes. Tres efes queremos. Primero queremos Libertad (Freedom en inglés). Queremos Libertad para nuestro futuro. Segundo queremos Amistad (Friendship). Queremos Amistad entre nuestro Ejército y nuestro pueblo. Tercero queremos Alimentos (Food). Queremos Alimentos para vivir en paz".
Coordinación
Además de esas webs personales, los ciudadanos birmanos han utilizado la Red para concertar iniciativas colectivas. La página de redes sociales Facebook tiene una red llamada Myanmar (el nombre oficial del país), que agrupa a más de 600 personas. Aunque no hay ninguna condición de nacionalidad para abrir una cuenta en esta comunidad, en los últimos días la inmensa mayoría de los mensajes de esta comunidad se referín a la llamada Revolución Azafrán.
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