martes, diciembre 18, 2007

La foto del año



Ella 11 años el 40.../Foto: Stephanie Sinclair



La joven Ghulam mira a su marido, Mohamed, desde sus ojos de una novia de tan solo once años. Una mirada mezcla de miedo, incertidumbre e inocencia que ha sido designada «Foto del año de Unicef», un galardón otorgado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en el que han tomado parte 142 fotógrafos de 31 países.
Esta estampa tradicional en países como Afganistán, Etiopía o Nepal -los tres que ha recorrido la fotógrafa estadounidense «freelance» durante dos años para completar un trabajo sobre los matrimonios de niñas adolescentes- ha sido la ganadora por su denuncia de una práctica «mundial» y «terrible», según la esposa del presidente federal alemán, Eva Luise Köhler, colaboradora de Unicef. Köhler destacó la gravedad del problema de los matrimonios forzados y destacó que esas niñas no sólo son alejadas de su familia y del colegio y sometidas a relaciones sexuales, sino que son utilizadas también como fuerza de trabajo.
«La familia tuvo que venderla para poder alimentar al resto de sus hijos y estaban avergonzados», declaró Sinclair tras conocer que había resultado ganadora. Tras este trabajo de dos años, la reportera americana ha puesto en marcha un proyecto social en Etiopía para retirar de la prostitución a jóvenes que, tras huir de matrimonios forzados, acaban cayendo en manos de las mafias locales.
Hoy es Ghulam, pero hace menos de dos meses fue el caso de otra niña afgana llamada Sunam el que conmovió a la opinión pública. Sunam fue prometida a su primo con tan solo tres años de edad. Ni siquiera sabía hablar y fue la protagonista de una fiesta de pedida de mano.
Casi siete años después de la caída del régimen talibán el peso de la tradición sigue marcando la vida de Afganistán, donde el 16 por ciento de los niños, según datos de Unicef, contrae matrimonio antes de cumplir los quince años, y el 43 por ciento de las bodas se celebra entre menores. Aunque el límite legal de la Constitución afgana actual marca los 16 años para las mujeres y 18 para los hombres como edades mínimas para casarse, la realidad es muy diferente.
El segundo premio del concurso organizado por Unicef recayó en el fotógrafo bangladesí Golam Mostofa Bhuiya Akash por su trabajo sobre la explotación laboral de niños en su país. El alemán Hartmut Schwarzbach, por su parte, obtuvo el tercer premio de este certamen celebrado en Berlín, que cumplía su octava edición, por la imagen de Annalyn, una niña filipina que vive en una colonia de mineros cerca de Manila.

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