El reino de lo infinitamente pequeño dará lugar a la próxima revolución industrial. “La nanotecnología trabaja a escalas de entre 1 y 100 nanómetros [un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro]. Así se obtienen telas que no se ensucian, pinturas resistentes a la corrosión y nuevos sistemas de diagnóstico de enfermedades y administración de medicamentos”, señala Ernesto Calvo, profesor de la UBA, investigador y coordinador del Centro Argentino-Brasileño de Nanociencia y Nanotecnología.
A escala tan pequeña (como punto de referencia, un cabello tiene 80 mil nanómetros), la materia se comporta diferente, y se consiguen productos y estructuras con propiedades y usos hasta ahora desconocidos. En el mundo “nano” no rige la Ley de la Gravedad, sino las leyes cuánticas. Si un electrón se lanza contra un muro, en lugar de chocarlo, lo traspasa.
La salud y la cosmética son las áreas de punta para esta nueva ciencia, y de hecho ya se producen desde cremas antiage hasta kits de diagnóstico basados en las propiedades ópticas de las nanopartículas y terapias inteligentes desarrolladas a partir de nanopartículas que atacan los tumores actuando por absorción de luz o liberando calor o radiación para destruir las células malignas.
El premio Nobel de Física de este año les fue otorgado al francés Albert Fert y al alemán Meter Grünberg por su descubrimiento de la magnetorresistencia, que dio lugar a uno de los primeros productos nanotecnológicos en lectoras de DVD, CD y MP3 (nanoestructuras en capas de diferentes materiales magnéticos).
En 5 años más, un 15% de todos los productos tendrá algún componente o proceso de producción basado en la nanotecnología. Y en cuatro décadas más, los nanoproductos serán mayoría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario