Cuanto más se produce, menos cuesta producir cada unidad.
¿Por qué?
Porque los costos fijos o de estructura se dividen entre más unidades producidas (el costo de la administración por ejemplo es prácticamente el mismo se fabriquen 100 o 200 unidades); porque al producirse más, se compran más insumos y el poder de negociación de los compradores sobre los proveedores es mayor (es el caso de Carrefour en relación a las PYMES que le proveen desde tablas para el asado, hasta calzoncillos), a mayor cantidad mejores precios de compra de insumo y de servicios; por la utilización de mayor tecnología (la mayor producción justifica inversiones en tecnología que generan ahorros de funcionamiento o eficiencia).
A esta altura de las circunstancias nadie puede obviar el tema de las NECESIDADES asociadas a las rentabilidades.
La rentabilidad es un concepto económico, el capital de trabajo es un concepto financiero. El simple proceso comprar, pagar, vender, cobrar lo explica todo. Entre el comprar y el vender se ubica el margen y la rentabilidad, lo económico. Entre el cobrar y el pagar, se ubica el capital de trabajo, lo financiero. Se puede ser muy rentable y quebrar. Se pueden tener grandes márgenes pero no poder cubrir el ciclo financiero. Este, seguramente, es el caso de los pequeños productores, cuyo problema no es ganar mucho o poco, sino disponer de los recursos financieros para MATERIALIZAR esas rentabilidades.
La economía de escala (que en rigor es economía creciente de escala), supone un fuerte incentivo a la concentración de la producción en pocas manos, sobre todo por la necesidad de capital de trabajo que estas operaciones requieren. La función del capital cobra un papel insoslayable.
El modelo cooperativista si bien provee los mecanismos para el aprovechamiento de los beneficios de las escalas, no soluciona la necesidad del capital de trabajo ni del capital fijo. Los pequeños productores necesitan entonces de la capitalización de los beneficios para poder mantener sus espacios dentro del sector.
En el fondo de esta discusión está la idea de la concentración. Insisto, el crecimiento implica crecimiento de las necesidades de capital de trabajo, y esto favorece a quienes dominan el factor capital.
Cualquier manual básico del "buen negociador" dice aquello de ponerse en el lugar del otro, pensar en SU interés, en sus expectativas, en su "ganancia esperada" e intentar que ellos sean funcionales a su propio interés. En otras palabras, lograr que la ganancia de uno esté atada a la ganancia del otro.
Hay demasiadas partes en este conflicto, y a simple vista pareciera que cada vez se suman más. ¿Cuál podría ser el punto de partida de una solución consensuada?
Tal vez el TAMAÑO. Ninguna de las partes negará que los pequeños y medianos productores, pueden constituir el inicio de una agenda de solución.
Una medida o un conjunto de medidas concretas, contundentes y de rápida implementación a ese sector, posiblemente destrabaría el conflicto generalizado. Medidas que tengan en cuenta su escala, sus necesidades de capital de trabajo, sus rentabilidades, en definitiva medidas que tengan en cuenta su viabilidad.
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