La crisis inmobiliaria en Estados Unidos, el origen de los problemas financieros del país y del mundo, está aún lejos de terminar, a la luz de los datos de la construcción de septiembre último divulgados ayer, que cayeron hasta su menor nivel desde la recesión de 1991, lo que aumentó los temores a que se desate una profunda retracción de la actividad económica.
A ese dato se sumó otro, aportado por una encuesta de Reuters y la Universidad de Michigan: la confianza del consumidor cayó en octubre de la manera más brusca desde que comenzó la medición, en 1952.
El sector de la vivienda, cuyos precios alcanzaron su tope en julio de 2006, sigue dañando los balances de los bancos, y la caída del ritmo de las obras el mes pasado apunta a una ralentización aún más profunda de la economía estadounidense. Los datos llegaron el mismo día en que el presidente George W. Bush pidió paciencia a los ciudadanos y a los mercados para dejar que entre en marcha su plan de rescate de 700.000 millones de dólares, que, dijo, es ?suficientemente grande y audaz? para funcionar y lo calificó como ?el último recurso?`para superar la crisis.
?Estas acciones tardarán un tiempo en tener su impacto completo. Los mercados de crédito tardaron en congelarse y va a pasar algún tiempo para que se descongelen?, dijo Bush, que habló en la Cámara de Comercio, la mayor asociación empresarial del país.
?Si el gobierno no hubiera actuado, el agujero en nuestro sistema financiero habría crecido aún más. Como gran creyente en el libre mercado, yo me opondría a estas medidas en circunstancias normales, pero estas no son circunstancias normales ?señaló Bush?. La intervención no es una toma de control. No pretende debilitar el libre mercado, sino fortalecerlo.?
A pesar del mensaje del mandatario, los mercados iniciaron la sesión de ayer en baja porque los inversores se fijaron más en el informe negativo sobre el sector de la vivienda. Tras fuertes oscilaciones, el Dow Jones finalizó la jornada con una moderada caída de un 1,41%, mientras que el Nasdaq retrocedió un 0,37%.
El Departamento de Comercio norteamericano reveló ayer que la construcción cayó un 6,3% en septiembre, hasta 817.000 unidades, y llegó a su piso en 17 años. La principal baja, de un 20,9%, se registró en los estados del noreste del país. Además, las solicitudes de permisos de obra, un indicador de la actividad futura en el sector, se derrumbaron un 8,3%, a un ritmo anual de 786.000 unidades, y alcanzó su nivel mínimo desde 1981. Anteayer, la Reserva Federal había anunciado que la producción industrial de Estados Unidos disminuyó en septiembre un 2,8% con respecto a agosto, la mayor caída mensual desde diciembre de 1974.
Para la economía estadounidense, los datos divulgados ayer apuntan a más anemia a corto plazo, aunque, eventualmente, el menor ritmo de construcción ayudará a reducir el gran inventario de casas a la venta. En la crisis de 1991, luego de que Estados Unidos comenzara la guerra en Kuwait contra Irak, la caída del PBI en los tres primeros meses fue del 2%.
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