“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguran desde el Ministerio brasileño de Agricultura. El plan del país sudamericano es atraer inversiones chinas para mejorar puertos y carreteras.
Brasil, el primer exportador mundial de aves de corral y el segundo de soja, pretende captar inversiones provenientes de China, su principal mercado para estos productos, para ser destinadas a infraestructura, en especial carreteras y puertos.
“La mayor dificultad que tenemos es la logística”, aseguró Celio B. Porto, Secretario de Agronegocios del Ministerio de Agricultura de Brasil. “Nuestro mayor problema en mejorar nuestra producción es la falta de capital”, agregó.
Brasil necesita una infraestructura mayor para transportar los bienes a exportar hasta los puertos, dijo Porto. La nación sudamericana provee a China de soja, carne congelada y tabaco, entre otros, por un valor de 11.000 millones de dólares, lo que representa un quinto de sus exportaciones agrícolas.
China, cuya población equivale a un quinto de la población mundial y posee el 7% de la tierra arable de todo el planeta, ha estado posando su mirada sobre Filipinas y África para que sean sus abastecedores de alimento. El gigante asiático es el primer importador de soja, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
“Las inversiones chinas en Asia y África representan producción a futuro. La competitividad brasileña radica en la producción del presente”, señaló Porto. “Si bien África tiene mucha tierra disponible, no tiene la tecnología que Brasil posee” para satisfacer las necesidades de China, agregó.
Brasil está en la búsqueda de beneficiarse de los escándalos en los que China está envuelta, como la contaminación de la leche y sus derivados con melanina. “hay un incremento en la demanda de nuestros productos lácteos, en los que Australia y Nueva Zelanda son los mayores exportadores de Asia. Lo mismo está sucediendo con los huevos”, indicó Porto. “Esto es similar a lo que sucedió con las exportación de carne de Brasil cuando estalló un brote de vaca loca en Estados Unidos a fines de 2003”, explicó.
Mientras, la crisis crediticia y el declive de los precios de los granos podrían provocar el descenso de la inversión en agricultura, incrementando el temor por una futura escasez de alimentos. “Con este descenso en los precios agrícolas, la falta de inversión en estos productos se dará primero en aquellos lugares en que los costos de producción son elevados, y ese no es el caso de Brasil”, concluyó Porto.
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