El Presidente recientemente electo de Estados Unidos, Barack Obama, ha prometido seguir adelante con las negociaciones comerciales de la Ronda Doha y trabajar para fortalecer las cláusulas laborales y ambientales en el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Pero eso no abarca la totalidad de sus posiciones en temas comerciales. Sobre el TLCAN, Obama quiere trabajar con los líderes de Canadá y México para mejorar el pacto y fortalecer los capítulos vinculados con el empleo y el medio ambiente.
En cuanto al TLC con Colombia, cree que el país sudamericano debe intensificar sus esfuerzos para reducir los asesinatos y los hechos de violencia contra los sindicalistas antes de que el Congreso de Estados Unidos pueda votar el acuerdo.
Con respecto al TLC pendiente con Corea del Sur, Obama quiere renegociar el pacto para fortalecer lo que considera cláusulas "defectuosas" en materia agrícola y manufacturera.
En las conversaciones globales sobre la Ronda Doha, sostiene que trabajará para llegar a un acuerdo que incremente las exportaciones estadounidenses, cree empleos de calidad, fortalezca el sistema multilateral y fomente el desarrollo de los países más pobres. A su vez, cree que Estados Unidos necesita ser más agresivo a la hora de presentar casos en la OMC contra países que violen las reglas del comercio mundial.
Obama también está a favor de medidas más fuertes contra China, incluyendo presentar casos ante la OMC, para presionar a Beijing sobre algunas prácticas comerciales y cambiarias que perjudican a las exportaciones estadounidenses.
El estadounidense quiere reestructurar la autoridad comercial conocida como "vía rápida" o "fast track", para dar al Congreso un rol mayor a la hora de elegir a los países con los cuales Estados Unidos podría entablar negociaciones de libre comercio.
Se inclina a que todos los acuerdos comerciales, incluyendo a la Ronda Doha, contengan obligaciones vinculantes para proteger el derecho a la negociación colectiva y otros estándares laborales reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En cuanto a la inmigración, apoya disponer personal adicional y otros recursos en la frontera para frenar la inmigración ilegal y promete una ofensiva contra los empleadores que contraten a personas indocumentadas. Además, favorece reformas que permitan que más trabajadores extranjeros ingresen legalmente al país para cubrir la demanda de empleo que los empleadores estadounidenses no pueden llenar.
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