Para construir el discurso en la Web 2.0, no basta con adaptar o traducir el mismo de la campaña tradicional, hay que construir un discurso del día 2.0, un relato 2.0 y una agenda 2.0.
Por Rubén Weinsteiner para ADN Argentina
La pregunta era cuanto y como repercutiría, tanto en el mundo real como en la Web 2.0, el episodio del contador Feldman y su arsenal, en las elecciones uruguayas. En los papeles, se presentaba como un problema grave para el Frente Amplio y una oportunidad de oro para los blancos.
En el mundo real, mas allá de las chicanas y acusaciones cruzadas no cambió nada, en términos de números tampoco se movió la aguja.
La gran oportunidad de los blancos estuvo en la Web 2.0, donde la masividad, horizontalidad y viralidad, le hubiera dado al caso un relieve que podría haber puesto en problemas a la fórmula Mujica-Astori.
Sin embargo la estrategia blanca del equipo liderado por Luis Caviglia, fue absolutamente lineal y previsible, atacar en forma frontal con un discurso de gente de 60 o 70 años, cuando el receptor tiene 20 o 30.
Cliches, lugares comunes y frases hechas llenaron los espacios 2.0 del Partido Blanco. Lo que los Caviglia no saben aún, y quizás esto tenga que ver con el amateurismo con que se ha manejado la campaña de Lacalle, es que nunca se debe construir un discurso en un lenguaje mas viejo que el del receptor objetivo.
Rápidamente la campaña del Frente Amplio en la Web 2.0, aprovechó la oportunidad y reencuadró con humor la situación: Cuando el caso del contador Feldman recién aparecía apareció un grupo en Facebook llamado “Yo le compré un chumbo a Saúl Feldman”.
Otro grupo en la misma red social se lanzaba con el nombre de : “Organización sin fines de tiros”, que desde su creación sumaba miembros que se burlaban de las declaraciones de Blancos y Colorados y de los flojos intentos de la campaña blanca en la Web.
“Las armas nucleares que Saddam Hussein sacó de Irak antes de la invasión están en la chacra del candidato frentista, cuidadosamente camuflados con nylon de invernaderos”, posteó Carlos Duartes Porta en este último grupo. Otro miembro posteó en Facebook que “se sospecha que el tractor del Pepe es en realidad un mortífero Transformer desarrollado por técnicos Tupamaros a partir de tecnología soviética”.
El discurso viejo, pacato y almidonado fue rápidamente destabicado por una campaña que habla para gente 30 años mas joven y con sentido del humor.
Un intento que refleja la pobreza creativa de la campaña blanca, fue un e-mail viral supuestamente escrito por el hijo de un policía que había sido asesinado por los Tupamaros, y que alertaba sobre una supuesta penetración chavista en Uruguay para el establecimiento de una dictadura marxista leninista, lo mas patético de este e-mail viral cargado de golpes bajos, es que supuestamente el autor dice que el votó al Frente Amplio en las elecciones pasadas.
En Twitter la campaña de Lacalle Larrañaga mantuvo la misma línea antigua en términos de lenguaje y simbología, intentado anclajes que construcciones para gente de 60+.
A través de estos últimos años hemos dirigido importantes campañas Web 2.0 en Latinoamérica, hemos tenido rivales de mayor o menor vuelo, sin embargo si hay algo que se puede aprender de los Caviglia, responsables de la campaña del Partido Blanco en Uruguay, es que para construir el discurso en la Web 2.0, no basta con adaptar o traducir el mismo de la campaña tradicional, hay que construir un discurso del día 2.0, un relato 2.0 y una agenda 2.0.
Rubén Weinsteiner
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