Hoy muchos señalan que la consigna del 2001, “Piquete y cacerola, la lucha es una sola” fue solo producto de la rima oportuna y no de una realidad detrás de la consigna.
Creo que en el 2001 convergían tres grupos. los que se sintieron engañados por el establishment, mediante la fantasía que encarnó la convertibilidad, fantasía que les hizo creer que un peso era igual a un dólar y que habían ahorrado dólares, con un segundo grupo que sufrío la convertibilidad casi desde el principio, con deterioro de su calidad de vida y caida en en la pobreza e indigencia, y un tercer grupo que ni ahorró "dólares" ni fue a la pobreza, pero la experiencia de la alianza los empujó ahí a un estado crítico que no habían experiemntado en los 90.
La consigna “Piquete y cacerola, la lucha es una sola” traduce algo muy interesante, y es que cuando aún con retardo las clases medias entienden e identifican aquello que no es bueno para ellas , luego de haber estado adormecidas por mucho tiempo por los viajes a Miami y las Play stations baratas, ese momento el del "darse cuenta" resulta tan doloroso que rapidamente es relegado a espacios de la memoria no disponibles en la mayoría de los momentos y eso hace que la experiencia de Martinez de Hoz puede reencarnar en Cavallo, y en no se cuantos en el futuro, y que experiencias políticas que han fracasado en el pasado, como la de juntarse todos contra alguien, puedan posicionarse hoy como opción de gobierno.
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