Leemos en Ramble
Como se ha observado en este post , la disminución de la pobreza entre jubilados y pensionados ha sido drástica. En efecto si en 2003, casi uno de cada 3 jubilados y pensionados mayores de 65 años residía en un hogar pobre; hoy sólo lo hace 1 de cada 20, al mismo tiempo que se amplio la base de beneficiarios en más de 2,5 millones de ciudadanos mayores de 65 años, resolviendo uno de los mayores problemas existentes antes de mayo de 2003, la falta de cobertura previsional.
Sin embargo, el descenso de la pobreza por ingresos en el universo bajo análisis, muestra signos de agotamiento que están cada vez más vinculados a la composición familiar del hogar residente y cada vez menos a la actualización de los haberes jubilatorios.
Un porcentaje de jubilados y pensionados conviven en hogares con otros miembros (adultos y menores) familiares que licúan el impacto del haber jubilatorio en el conjunto de la economía familiar. Si bien los aumentos bianuales estipulados por ley sirven para amortiguar el impacto de los eventuales aumentos de precios al consumidor minorista, sin embargo no logran impactar en la reducción de la pobreza de este universo, por la extensión de los hogares de la población aún en situación de pobreza.
Esta licuación del aumento de los haberes sólo puede ser amortiguada, por el lado de los ingresos, si se registraran aumentos salariales en los restantes miembros del hogar, aumento del número de perceptores de ingreso de los hogares a través de la incorporación de otros miembros al mercado de trabajo. Las otras alternativas no vinculadas al ingreso refieren a la reducción del gasto de los hogares o el uso alternativo de ahorros.
Tal como informara esta consultora de investigación en sus estudios precedentes , dentro del universo de jubilados mayores de 65 años pobres sólo el 24,3% reside en hogares mononucleares (considérese como medida indirecta de la mejora que en diciembre de 2005 este valor se reducía al 7,2%).
Un 41,2% de los jubilados mayores de 65 años pobres reside en hogares con un tamaño de 2 miembros mientras que un 34,5% restante reside en hogares con un promedio 4,14 miembros o más por lo que la valorización de las líneas de pobreza (que se calculan por el género y edad de los miembros) de estos hogares se muestran aumentadas como consecuencia del tamaño y tipo de composición de los hogares.
En esta perspectiva, el universo de jubilados mayores de 65 años que aún reside en hogares pobres por ingresos se caracteriza por tamaños de hogar extendidos que dificultan la transferencia de ingresos para quitarlos del universo de pobreza por lo que se han constituido como núcleo duro de esta carencia que muestra insensibilidad a los aumentos de haberes jubilatorios.
Como se analizara en post anteriores hay un 5% de pobres en el universo de jubilados y pensionados que ya es inelástico.
Los aumentos por ley de los haberes ,sólo contienen la inflación.
Erradicar este 5% supone un cambio estructural imposible en el corto y mediano plazo. Como señalamos en el post anteriormente y se observa desagregado en el cuadro de apertura (click sobre la imagen para agrandar) son personas que viven en hogares extendidos por lo que el haber jubilatorio se licúa entre el número de miembros.
A modo de referencia, si se transfiriera un adicional equivalente a la AUH de $220 por mes, la pobreza en este universo de hogares extendidos con la jubilación opensión como ingreso principal, bajaría del 5% al 2%.
Para sacar a todos los jubilados y pensionados de la pobreza habría que transferir mensualmente aproximadamente $600
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