La conurbanización
Lo que la mayoría de los análisis reduce a rencillas por espacios de poder adquiere una dimensión inteligible en los análisis del sociólogo Artemio López. Su consultora Equis insiste desde hace meses en lo que describe como la conurbanización de la Ciudad, cuyas transformaciones socioambientales darían base estructural a la demanda de “formas de representación política típicamente populistas”, distintas del progresismo tradicional de mediados de los años noventa, “cuya encarnación fue la Alianza Progresista Frepaso-UCR”, escribió López. La imprecisión de sus encuestas de intención de voto no es una descalificación automática de sus análisis, aunque su obsesiva denigración de algunos dirigentes por su pasado en la Federación Juvenil Comunista lo desmerece a él. Hace dos meses, cuando cifras que manejaba la campaña de Filmus indicaban que Macrì llevaba veinte puntos de ventaja en la zona sur de la CABA, López realizó un estudio sobre pobreza e indigencia, de resultados llamativos: mientras en la Nación y en la provincia de Buenos Aires ambas se redujeron, en la Capital crecieron. También destacó que la población que vive en villas de emergencia casi se triplicó (de 100 a 270.000 personas) desde el momento en que gobernaba el progresismo, que los asentamientos pasaron de cuatro a 17 y que, junto a las casas tomadas, albergan a otros 250.000 porteños. A juicio de López, es difícil que “una cultura política anterior como la progresista porteña” prevalezca “sobre una posterior como la que expresa el PRO”, lo cual constituye una “cuasi ley de hierro en materia de representación política”. Por eso, piensa que “los esfuerzos de desarrollo territorial del kirchnerismo porteño aprovechando el impacto de las acciones del gobierno nacional en el distrito, la expansión de los locales de La Cámpora y otras agrupaciones y referentes sociales, la articulación con nuevos espacios sociales”, fueron en el camino correcto de “priorizar el formato populista de construcción y abandonar el rol de furgón de cola de la cultura progresista en la ciudad y su modalidad de armado tradicional, con eje espacial centro norte y sobre segmentos medios homogéneos”. El impacto de las obras del gobierno nacional, el aporte adicional de seguridad con el plan Cinturón Sur y las políticas de contención social específicas explicarían para López el resultado obtenido por el FpV en la Comuna 8, zona de influencia del conflicto del Club Albariño, que comprende los barrios de Lugano, Soldati y Villa Riachuelo. Allí Macrì sólo aventajó a Filmus por 4,3 por ciento, que se extendieron a diez puntos porcentuales en el conjunto de la zona sur. Esta no pasa de ser una hipótesis, cuya demostración requerirá un plazo más largo, y a la que es posible formularle objeciones puntuales, como que la ola de prosperidad también alcanza a la zona sur, donde es imposible encontrar un local desocupado para alquilar, o la pregunta acerca de qué ocurriría si ese tipo de intervención populista se replicara en las zonas Centro, Oeste y Norte de la Ciudad, donde el FpV perdió por 15, 16 y 36 puntos respectivamente. Pero en cualquier caso, constituye una guía para la acción, algo de lo que el sector de Filmus carece.Evolución electoral Ciudad de Bs. As. 2007-2011
Más interés que las encuestas tiene el análisis de las cifras electorales. En 2007 Macri le había ganado a Filmus por casi 22 puntos, diferencia que se redujo ahora a poco más de 19.
Más pobres, más indigentes en la CABA
Paredón y después
En la zona sur de la Ciudad, la diferencia se redujo a diez puntos, que fueron apenas cuatro en la Comuna 8, lugar de las principales acciones del gobierno nacional.
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