Una campaña electoral identifica cinco etapas que marcan su inicio, desarrollo y desenlace.
- La etapa del diagnóstico;
- Posicionamiento de candidatos;
- Definición del tema y el diseño de estrategias;
- La producción y el plan de medios; y
- El cierre de campaña
De acuerdo al libro Razones de Voto (2004) esta propuesta no implica un proceso lineal. Simplemente ubica, para fines prácticos las etapas que debe cumplir una campaña electoral competitiva. Incluye desde luego la investigación que debe estar presente durante todo el proceso electoral, incluso desde antes de iniciarse formalmente la campaña.
Por lo que respecta al tema central de campaña, la investigación debe estar diseñada para identificar las necesidades más apremiantes de los electores del distrito, municipio o estado por lo que se compite, los ejes de polarización y las razones de voto que se pueden enarbolar durante la contienda, así como la atribución positiva o negativa hacia los partidos.
Una vez identificado el tema central de campaña, la estrategia deberá orientarse a conectar al elector con el tema y construirle al candidato una atribución positiva hacia el tema planteado. Además se requerirá diferenciar, a través de una estrategia de polarización, qué partido y candidato tienen el polo negativo hacia el mismo tema, lo cual orientará al elector a definir su voto incluso antes de acudir a las urnas el día de la elección. Esa razón de voto deberá construirse con una estrategia de comunicación que utilice aquellos mensajes y medios que cumplan adecuadamente con ese cometido. Ni el candidato ni su comunicación deberán abordar aspectos que no estén orientados al tema central de campaña.
La producción de medios está presente también durante todo el proceso electoral, siempre como resultado de la investigación y la definición del tema central de campaña. En esta etapa los medios son entendidos como meros instrumentos; es decir, la producción de aquellos mensajes que respondan a la pregunta: ¿Qué le vamos a decir al elector? Luego plantear cuáles vamos a utilizar de acuerdo con un segmento apuntado, así como la frecuencia de impactos pautados para conseguir nuestro propósito de construir una razón de voto.
La etapa de cierre es la fase emocional. Aquí el candidato habrá conectado con el elector, quien deberá entender “de qué se trató esta elección”. Todos los eventos de cierre y la etapa final de la estrategia deberán intensificar la comunicación orientada al tema central de campaña. Es la etapa donde se refuerza el compromiso hecho entre el candidato y los electores.
Finalmente, esta propuesta contempla una etapa poselectoral, aquélla donde se agradece al elector su participación. Si es un candidato ganador, deberá legitimar su triunfo y reafirmar su compromiso con los electores que han votado por él. Si es un candidato perdedor y tiene una carrera política adelante, el agradecimiento para sus seguidores deberá estar acompañado también de un compromiso a largo plazo.
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