La seguridad continúa siendo la principal preocupación de los ciudadanos de la Capital y del Gran Buenos Aires, seguida a no mucha distancia por la educación, y la gran mayoría de los votantes admite que los medios de comunicación constituyen el sector que más poder tiene hoy frente al gobierno nacional. Estas son algunas de las conclusiones que resultan de una consulta con modalidad a boca de urna, realizada el domingo 11 de agosto por el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sobre un total de 1203 casos en toda la Capital y 23 partidos del conurbano bonaerense. El trabajo permite comprender qué expresa la ciudadanía más allá del voto por el candidato elegido.
Consultados sobre una gran variedad de opciones temáticas (ver gráfico 1), el 28,9 por ciento de los votantes en CABA y GBA señalaron la seguridad como el principal tema del que se tiene que ocupar el Estado (34 en el GBA) seguido por la educación (23,7), una cuestión prácticamente ausente en la campaña de todas las fuerzas. En los siguientes tres lugares (con similar distribución entre Capital y GBA) aparecen tres temas relacionados, pero que tienen diferentes perspectivas. La cuestión económica (11,0 por ciento) (a la que se le podría sumar la inflación, 4,2) es una preocupación sustantiva, pero la distribución del ingreso, propósito explícito por excelencia del Gobierno, reúne sólo el 10,4 por ciento de los encuestados. La poca preocupación acerca de las libertades individuales (3,0) podría leerse positivamente en el sentido de que la ciudadanía considera que se trata de un valor ya incorporado a la vida de los argentinos.Otro dato interesante surge de comparar las preocupaciones temáticas según el candidato elegido en las urnas. En la ciudad de Buenos Aires los votantes de Elisa Carrió (Unen) y Sergio Bergman (PRO) se muestran más preocupados por la seguridad que los de Juan Cabandié (FpV), que sostienen la distribución del ingreso como cuestión primordial. En el Gran Buenos Aires la insistencia de Francisco de Narváez con el tema de la seguridad le dio algunos frutos: la mitad de sus electores creen que ése es el tema central de la acción del Estado, compartiendo en menor medida la preocupación con los votantes de Sergio Massa. La cuestión educativa es de relevancia central para los ciudadanos de los dos amplios distritos considerados. Los votantes de Cabandié en la Ciudad y de Margarita Stolbizer y Néstor Pitrola en la provincia resaltan tal asunto.
El momento de la decisión del voto es clave para comprender la emergencia de nuevas opciones en la política argentina. De hecho, tanto en CABA como en el GBA casi el 20 por ciento de las personas decidió su voto el mismo día de los comicios, mientras que el 10 por ciento lo hizo la semana anterior (ver gráfico 2). Esto indica que si tres de cada diez votantes dejan para los últimos días su decisión, los resultados de las elecciones pueden resultar sorpresivos y en la determinación final pueden entrar en consideración incidentes o elementos que no forman parte de los debates políticos.
Tanto en Capital como en el GBA se observa que el Frente para la Victoria tiene un voto consolidado: siete de cada diez votantes (74,7 por ciento) lo tenía decidido antes de la campaña electoral. También el PRO muestra un voto medianamente consolidado en la ciudad de Buenos Aires (66,4 lo decidió antes de la campaña).
En el otro extremo, los más favorecidos del voto “a último momento” fueron Martín Lousteau y Jorge Altamira. Si bien lejanos en términos ideológicos, obtuvieron el 32,6 y 34,4 por ciento respectivamente de votos entre la última semana de campaña y el día de la elección, lo que pondría en duda si se trata de un voto consolidado o presto a migrar. Por el lado del Gran Buenos Aires, se observa un comportamiento relativamente parecido por parte de los votantes, donde Massa se ve fuertemente beneficiado del “sufragio de último minuto” con el 21,3 por ciento de decisión dentro del cuarto oscuro.
Dos temas interesantes que surgen del trabajo realizado por el Cedop se refieren a los sectores a quienes los votantes les atribuyen mayor poder frente al gobierno nacional y, por otra parte, las consideraciones de los ciudadanos acerca de las razones por las cuales es escasa la participación en política.
Los medios de comunicación son abrumadoramente considerados (42,9 por ciento de los encuestados) como el sector que mayor poder tiene frente al Gobierno, seguido de los sindicatos (14,5) y los empresarios (13,7). “El pueblo” fue señalado como influyente por el 10,2 y por encima de la Justicia (4,4), el campo (4,1) y el Congreso (3,9). En último lugar del ranking quedó ubicada la Iglesia, a quien sólo el 2,4 por ciento de los sufragantes le adjudica poder sobre el Gobierno (ver gráfico 4). Entre los que consideran que los medios de comunicación tienen gran poder se ubican, el 69,2 por ciento de quienes apoyaron a Ricardo Gil Lavedra (Unen), el 61,5 de los votantes del FpV en la Capital, el 42,0 de los que votaron a Carrió y el 38,9 de los que se inclinaron por Altamira.
En cuanto a las razones que fundamentan la escasa participación en política, los votantes de Capital y CBA aseguran que la política “no interesa” (31,2 por ciento) y “es inútil” (20,0), sumando entre ambos grupos más de la mitad de los votantes (ver gráfico 3). El 63,7 por ciento de los votantes de los candidatos de Unen en la Capital considera que la política “es inútil” y lo mismo piensan el 28,6 de quienes apoyaron a Zamora y el 27,8 de quienes se inclinaron por Altamira. El 17,2 por ciento (15,2 en Capital y 18,6 en GBA) argumentan que “ningún partido nos representa”, el 9,3 señala la “falta de tiempo” como razón, pero el 6,0 sostiene que “no hay dónde participar”. La “deshonestidad política” a veces indicada como causa de desinterés por los medios de comunicación sólo es referida por el 4 por ciento de los votantes.
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