Ernesto Hadida – Darío Gannio
La Argentina se encamina a cerrar un nuevo swap con China para reforzar las reservas internacionales, por el cual el Banco Central puede recibir en yuanes hasta el equivalente a 10.000 millones de dólares. La línea comenzó a negociarse en mayo, cuando se reunieron en Buenos Aires el vicepresidente de China, Li Yuanchao, y la presidenta Cristina Fernández, y sólo sería usado en caso de que las reservas perforen los 30.000 millones de dólares en el próximo trimestre.
Los alcances del acuerdo, que es similar al firmado por el país en 2009 (cuando Martín Redrado conducía el BCRA), fue especificado por el mismo Yuanchao al vicepresidente, Amado Boudou, y el segundo del Central, Miguel Pesce, quien integraba el directorio de la entidad cuando se acordó el primer Currency Swap o canje de divisas, por el cual la máxima entidad monetaria iba a recibir yuanes y el Banco Popular de China recibiría su equivalente en pesos. Este nuevo acuerdo reemplazaría al del 2009, que se venció y que incluía el pago de tasas de interés cruzadas de 700 pb de Shibor (Shanghai Interbank Offered Rate) y 100 pb de Badlar al año mientras durara el acuerdo.
La obtención de yuanes para el BCRA fue uno de los temas centrales de la comitiva argentina, que hace 15 días llevó a Beijing al ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Héctor Timerman y a los secretarios de Obras Públicas, José López, y de Finanzas, Adrián Cosentino, quienes no se habrian reunido formalmente con uno de los hombre clave en la aprobación del crédito: Zhou Xiaochuan, titular del Banco Popular Chino y ex presidente de la State Administration of Foreign Exchange, la entidad que reglamenta el mercado de divisas y gestiona las reservas del gran país asiático. Pero, si bien Xiaochuan (quien en 2007 se reunió con la ex ministra de Economía, Felisa Miceli) no habría participado de las reuniones, si lo habría hecho uno de los directores de ese banco y actual titular del State Administration of Foreign Exchange, Yi Gang.
En el Gobierno, en tanto, creen que el canje podría ser más que beneficioso para la Argentina (a pesar que en el mercado internacional no es tan fácil cambiar la moneda china), no solo porque fortalecería las reservas sino porque sería casi un “empate técnico” en materia cambiaria, ya que la aceleración de la devaluación del peso dejo casi igualada la cotización del yuan y la moneda argentina, que en los mercados se cambiaban el viernes a valores de 1 yuan por 0,984 pesos.
Con este acuerdo, la Argentina recibirá un monto cercano a los 59.000 millones de yuanes (o renmimbi, como es el nombre de la moneda en chino mandarín) y daría a cambio unos 60.000 millones de pesos.
Los yuanes, de todas formas, se pueden utilizar para avanzar en la eliminación del dólar en el comercio bilateral, como se realiza con Brasil a través de la compensación directa entre el peso y el real. Con el país vecino, según dijeron a BAE Negocios desde Economía, también se avanza en un swap por un monto menor.
Antes de cerrar el acuerdo con China, el equipo económico espera comprometer a una veintena de empresas de ese país a confirmar inversiones dentro del territorio argentino, luego de la firma del swap. Aparte, en Economía esperan que puedan llegar nuevos créditos multilaterales y bilaterales, más que nada tras un posible acuerdo con el Club de París, que también posicione mejor a las empresas con sede en Argentina que quieran financiarse en el exterior.
Con ambos canjes, el Ejecutivo espera recuperar las reservas del BCRA, que en el último año perdió 10.000 millones de dólares.
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