Las políticas sociales centro de la estrategia electoral del PT
Los últimos movimientos del ex presidente Lula apuntan a que su participación en la campaña del próximo año a favor de la reelección de la presidenta Dilma Rousseff será de alta intensidad, tal vez superior a su participación en la campaña de 2010, cuando él era presidente. En 2014, sin las limitaciones del cargo, Lula podrá recorrer el país haciendo campaña a favor de Dilma, en una especie de agenda simultánea a la de la presidenta.
La semana pasada, al participar en el Congreso Nacional de la celebración de los 25 años de la Constitución de 1988, Lula salió en defensa de la reforma política, una de las banderas levantadas por Dilma después de las protestas callejeras de junio, que encontró gran resistencia entre los legisladores.
El ex presidente Lula también salió a polemizar en temas económicos con la ex senadora Marina Silva (PSB–AC), potencial candidata a vicepresidenta en una fórmula con el gobernador Eduardo Campos (PSB–PE). El movimiento de Lula revela que Marina será la rival del PT en el camino al Palacio Planalto. El objetivo es mostrar las contradicciones de la ex senadora para desprestigiarla y a través de ella pegarle también a Eduardo Campos, que por ahora no está en la mira.
Después de que Marina Silva declarara que la estabilidad económica “comenzó en el gobierno de FHC”, Lula pasó a la ofensiva y afirmó: “Marina entró en mi gobierno en 2003 y sabe que Brasil tiene hoy más estabilidad, en todos los niveles, del que existía cuando entramos. Heredamos de FHC un país muy inseguro. No teníamos dinero ni para pagar nuestras importaciones”
Las manifestaciones de Lula se conocieron después de que Marina afirmó que FHC fue el presidente de la estabilidad económica y Lula el presidente de la justicia social, mientras que la presidenta Dilma Rousseff no tendía marca propia.
Precisamente la falta de una marca propia del gobierno de Dilma es uno de los motivos que llevará al ex presidente Lula a salir en defensa de su sucesora. Detrás de esa jugada está el objetivo de consolidar cada vez más la imagen de Dilma como representante de su legado. Principalmente, después de que la alianza entre Eduardo Campos y Marina Silva, que fueron ministros de Lula, representa una amenaza al lulismo.
Lo que se puede observar es que desde ahora y hasta el 2014 cada vez más Lula hará campaña a favor de Dilma Rousseff. Todo indica que el ex presidente tendrá que utilizar todo su prestigio a favor de dilma, sobre todo en la Región Nordeste del país.
Otro indicativo del papel relevante de Lula en la campaña de Dilma puede ser observado en la celebración de los 10 años de creación de la Bolsa Familia. La importancia que se le dio revela que el principal programa social del actual gobierno, creado en la gestión de Lula, ocupará un espacio importante en el debate electoral en 2014.
La presidenta Dilma Rousseff y el ex presidente Lula aprovecharon la ocasión para reforzar el programa Bolsa de Familia como una marca del lulismo. Dilma y Lula también rebatieron las críticas de la oposición a que el programa “no tiene una puerta de salida”.
Frente a l La ausencia de una marca que diferencie los gobiernos de Lula y de Dilma, el ex presidente afirmó que “la marca fuerte del gobierno de Dilma fue continuidad a un programa de inclusión social y desarrollo”. Las declaraciones del ex presidente y la popularidad del programa Más Médicos, creado recientemente, demuestran que el PT debe apostar al contenido social como un diferencial en el debate político que tendrá con sus adversarios en la disputa electoral de 2014.
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