Las producciones deben cumplir con ciertas normas establecidas 'a priori'.
Hay personas que concuerdan en que las reglas, sobre todo en materia de religión, se hicieron para romperse. El Internet suele ser su vitrina favorita; puede el judío apertrecharse online de recetas Kosher para hacer costillitas de cerdo, y otros incursionar en el extraño territorio de las sectas islámicas para gays... Hemos presenciado budistas japoneses amantes de la vida cazando ballenas. Y ahora a esa lista de inconsistencias absurdas como el hielo frito hay que añadirle el porno cristiano.En Brasil, un grupo de cristianos preocupados por la enorme cantidad de pasión con la que sus feligreses se van a las páginas XXX antes que a las de la Biblia, han decidido entrar en sus conciencias y en sus bolsillos produciendo películas de contenido sexual. No estamos hablando, hay que advertirlo, de Emmanuelle o Garganta profunda. Pornografía sí, dicen los cristianos, pero con estricta disciplina monacal, como nos gusta:
* Si logra exprimirle una gota de emoción al sonso sexo en posición misional de una pareja que lleva años de matrimonio, esto es para usted, porque los actores del porno cristiano tienen que ser casados... Ni los adulterios ni las piruetas están en el menú.
* El contexto de las películas debe ser educativo y bíblico, incluyendo advertencias explícitas sobre lo que no se debe hacer, con sexo en escenarios que simulan Tierra Santa y actores en trajes típicos (o sin ellos). Tonto sería no aprovechar la atención cautiva para instruir.
* Y no hay obscenidades, ni siquiera en ese momento culmen en el que es tan fácil jurar en vano. Nada de 'ella arriba-él abajo', ni palmadas... Tríos ni pensarlo. Todo órgano específico ha de ser llamado por su nombre como donde el ginecólogo, pero con amor.
Su propósito no es avivar la imaginación como el porno habitual, dicen sus creadores, sino ofrecer consuelo al triste de sexo (para que no busque calmar su dolor por la vía de la infidelidad), y luz al desterrado del amor que no sabe cómo complacer a su pareja (riesgo ocupacional de los castos y de las vírgenes).
Pero en otros aspectos el porno cristiano es fiel reflejo de la industria 'laica'. Como la comida vegetariana recuerda la carne, los títulos de las películas remedan las de sexo sucio. Aunque es posible que sean una parodia, los nombres y las tramas tienen ese encanto del juego sexual de doble sentido:
* El Cuerpo de Cris: protagonizada por el reconocido actor cristiano Cris Varney.
* Que se vengan todos los fieles (similar al villancico que incita a que se vengan los pastorcitos del valle): Jodi y Michael Connor salen del sermón dominical y se entregan al amor incitados por las palabras del pastor sobre el 'toque humano'.
* Levántate Lázaro: orden que todos quisiéramos poderle dar a ese ser amado cuando cae muerto.
Si a la mujer de Lot le bastó una mirada al 'calor' que emanaba de Sodoma y Gomorra para quedar convertida en estatua, apenas me alcanzo a imaginar la suerte de los aficionados al porno cristiano, paralizados frente a sus pantallas, algunos tiesos como un bloque de sal.
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