Colombia 25 de mayo de 2014: Luego de varias idas y vueltas, Juan Manuel Santos decidió jugar las fichas a un nuevo periodo presidencial: “Quiero liderar una Colombia que pase del miedo a la esperanza, del atraso a la modernidad, de las divisiones a la unidad” declaró una vez que oficializó su candidatura. La apuesta más fuerte de su gobierno fueron las negociaciones de paz con las FARC, iniciadas en septiembre de 2012 y que tuvieron como sedes a Oslo y La Habana. Luego de los 8 años de gobierno de Álvaro Uribe (2002- 2010), la guerrilla sufrió el avance de la fuerza pública que las dejó en una situación de vulnerabilidad e indefensión. Las muertes de Marulanda y Raúl Reyes, sumada a la deserción e infiltración de varios de sus Bloques (pérdida de Ingrid Betancurt incluida) inició el camino del repliegue y posterior inicio del proceso de paz. Frente a la candidatura favorita de Santos, la oposición se concentra en el Polo Democrático Alternativo (PDA) y en la agrupación del expresidente Álvaro Uribe, UCD. Los partidos tradicionales Liberal y Conservador aún no decidieron sus candidatos ya que sus estrategias van desde el apoyo de los primeros a Santos y de los segundos a la UCD, hasta sus candidaturas propias, con pocas posibilidades de victoria.
Brasil 5 de octubre de 2014: Luego del Mundial de fútbol, en el cual la selección anfitriona es la gran candidata, se realizarán las elecciones presidenciales. La candidatura de la presidenta Dilma Rousseff aparece como la más fuerte en un contexto caracterizado por las movilizaciones sociales y las críticas al gobierno por la inversión en la competencia deportiva. A pesar que estos sucesos deterioraron la imagen positiva de la presidenta y los acuerdos preelectorales entre Marina Silva (tercera en la última elección presidencial de 2010) y el Partido Socialista Brasilero se presenta como un desafío a tomar en cuenta, la oposición aún no logra poner en riesgo el cómodo primer lugar de Rousseff. La caída en la imagen pública de la primera mandataria luego de las masivas protestas en las grandes ciudades, alertó al oficialista PT sobre los riesgos que este declive se pronunciara y comenzaron a surgir en el interior del partido rumores sobre un retorno de Lula a la política electoral. Luego de la recuperación de Dilma en las encuestas y el apoyo del expresidente, el partido se encolumnó detrás del gobierno y de la reelección de la presidenta.
Uruguay 26 de octubre de 2014:
La anteúltima elección de 2014 tendrá, como es costumbre en Uruguay, un contexto de pugna entre tres partidos: Frente Amplio (FA), Partido Blanco y Partido Colorado. En los últimos ocho años el FA ha dominado la política uruguaya, merced a los triunfos consecutivos de Tabaré Vázquez y Pepe Mujica que le permitió a la fuerza de centroizquierda romper el bipartidismo otrora estabilizador de la democracia uruguaya. Las internas abiertas reprogramada para el 1 de junio debido a la inminencia del mundial definirá las candidaturas de los tres partidos. El retorno de Vázquez, luego de su anuncio indeclinable de abandonar la política, emerge como el principal favorito a ganar no sólo la lucha interna en el FA, sino también la elección general para finales de octubre. Las encuesta hoy le otorgan una nítida ventaja (superior a 20% en la mayoría de ellas) pero no logrando perforar el umbral del 50% para ganar en primera vuelta. El triunfo frenteamplista se convertirá en una incógnita para la región, ya que será celebrado tanto por el progresismo regional, que mantendrá un aliado ideológico, como por los sectores más moderados de centro derecha, que observan en Tabaré a un pragmático de posturas lábiles y estratégicas.
Bolivia diciembre de 2014: La última elección del año tendrá por escenario a Bolivia. Aquí las cosas están más claras. A pesar de que aún resta un año para esta compulsa electoral, la candidatura del presidente Evo Morales no muestra fisuras. Junto a Rafael Correa, Evo es uno de los dos presidentes con mayor imagen positiva en la región. Las transformaciones económicas y sociales realizadas en el país durante esta última década muestran a las claras que la popularidad de Morales proviene fundamentalmente de una importante ampliación de derechos sociales para un importante segmento de la población que resultó postergado durante décadas. La oposición política boliviana, no tiene hoy un candidato taquillero para enfrentar al ciclón Morales y descansa su estrategia electoral en impugnar la candidatura de Evo por considerarla reñida con el texto constitucional. A pesar que la Constitución reformada en 2007 otorga una reelección al primer mandatario, el oficialismo interpretó que la victoria electoral de 2009 se convierte en la primera luego de la reforma por la que la de diciembre será la segunda (y primera reelección) del presidente.
Aquí tomamos en cuenta sólo las elecciones en Sudamérica. Es cierto que también se juegan cosas importantes en el resto de América Latina: en Costa Rica (presidenciales y legislativas en febrero), El Salvador (presidenciales en marzo) y Panamá presidenciales y legislativas en mayo). Sin embargo aquí nuestro universo de análisis es nuestra querida América del Sur.
Entonces, para finales de 2014 tendremos cinco nuevos presidentes. Visto desde hoy, cuatro de ellos podrían ser ubicados dentro del universo político ideológico de la centroizquierda (para decirlo en sentido amplio y generoso) y Santos en el centro derecha más integrado a la región. En los hechos, el único cambio de orientación ideológica sería el de Chile. La suma aritmética reporta buenos dividendos para los gobiernos que intentan mirar más hacia dentro que hacia afuera (en especial hacia el norte del mapa) por lo que se podría augurar que el giro a la izquierda aún persiste. Las incógnitas a develar en el corto plazo serán (en mi concepto, claro) las siguientes: ¿esta nueva configuración de presidentes implicará una mayor integración regional? ¿se fortalecerán los organismos supraregionales como Unasur, la Celac, el Banco del Sur, etc? ¿La presencia predominante de gobiernos moderados implicará un giro hacia el centro del tablero ideológico? ¿Se convertirá Brasil finalmente en el líder y locomotora de la región como le demandan sus socios? ¿Apostará Dilma de una vez por todas por potenciar la integración con epicentro en su país? ¿Cumplirá alguien el papel de Chávez?.
Se viene un año rico en elecciones y que mirada desde hoy, se presenta con escasas incertidumbres.
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