Los "sin corbata": el look informal de Axel Kicillof y su equipo económico
El ministro de Economía siempre se ha mostrado con el cuello abierto de la camisa, y esa parece ser la norma en su equipo de trabajo
Internet muestra cientos de fotos del ministro de Economía, Axel Kicillof. En ninguna se lo ve con corbata. Ni siquiera la usó en su asunción como principal referente económico del país .
Sus colaboradores se plegaron a su estilo: en la foto se ve una hilera de sonrientes jóvenes de pelo corto, de camisa blanca o rayada, un par de botones abiertos. Transmiten cierta informalidad, una especie de despreocupación por los códigos protocolares, como si ese fuera el ADN de este equipo de "militantes".Romper con la formalidad, ¿tiene algo de provocativo? ¿es propio de una cuestión generacional? ¿una actitud deliberada? ¿una forma de rebeldía? ¿quizá tomaron la herencia de Néstor Kirchner, cuestionado por su saco cruzado y sus mocasines? ¿es un sello de identidad de los nuevos gestores de la economía argentina?
Al publicista y escritor Fernando Braga Menéndez, creativo de cabecera en la gestión de Néstor Kirchner, le hace gracia el tema. "Estaba viendo justo hoy una foto de Kicillof con el director general de la petrolera mexicana Pemex [Emilio Lozoya] y el ministro de Industria de España [José Manuel Soria López]. Me llamó la atención que están los dos de traje y corbata y él con la camisa abierta, sin corbata. Me fijé en eso", dice. "No es tan loco lo que decís". Se ríe de nuevo.
"Creo que en todo el mundo se está flexibilizando muchísimo el aspecto físico de los ejecutivos. Primero se empezó con el viernes informal en Europa, con la idea de ir sumando un día a la semana con ropa más informal", dice. "En EE.UU, en el mundo de las finanzas, se ve menos; serán tan chorros que tienen que estar siempre de traje y corbata para parecer más serios", arriesga como humorada.
Se pone más serio y avanza con una teoría. Dice que puede ser que para un político resulte algo riesgoso que la vestimenta sea muy informal. "Puede que se lo tome menos en serio, un poco sí, pero con el tiempo va a ser cada vez más habitual entre los políticos", señala. Como ejemplo, cita a los funcionarios macristas. "Una característica de la gente del PRO es que andan todos con camisa sin corbata. En algunos círculos se lo llama: 'el look PRO'. Supongo que buscan verse más sueltos, más informales, más juveniles", estima el publicista k, una especie de vocero en épocas de Néstor.
Braga Menéndez agrega que cuando se habla mal de la ropa de un funcionario, en realidad, lo que se quiere criticar es otra cosa. "Pero Kicillof creo que va a dar un paso importante al demostrar que se puede ser académicamente de primera, saber mucho del tema, y no usar corbata. Pienso que es un sello de identidad", dice. Cuando hablamos con algunos de los alumnos de Kicillof de la UBA ellos lo recuerdan siempre así: informal en el vestir, nunca de corbata, seguro de sí mismo, apasionado, atractivo. Las aulas de este intelectual reconocido por su interés por Keynes, siempre estaban repletas, con alumnos parados o sentados en los pasillos.
La directora de modas de la empresa de organización de eventos Vidal Rivas , Manuela Vidal Rivas, considera que la vestimenta de un funcionario es muy importante porque es quien representa a la ciudadanía y la presentación tiene impacto. "Creo que deben ocuparse de su imagen estética porque es lo primero que vemos", dice. Pero aclara: "No considero que deba ser una vestimenta formal, excepto que estén en algún evento internacional o que requiera etiqueta. Hoy estar bien vestido, no tiene que ver solamente con ser formal". Coincide con Braga Menéndez en que "hay algo de marketing detrás de la falta de corbata". Y arriesga: "Tiene que ver con la búsqueda de una cercanía con la gente".
Vidal Rivas describe el estilo del nuevo ministro de Economía y sus colaboradores directos como pret (una frase francesa que significa "listo para usar"). Hace hincapié en la edad de estos funcionarios. "El nuevo gabinete del ministerio del Economía está compuesto por jóvenes y eso marca una diferencia en toda la sociedad. El joven de hoy ya no va a trabajar de saco y corbata, ciertas formalidades se han ido dejando de lado", explica. "No me parece un escándalo que hayan jurado sin corbata, creo que si respetan las reglas que pide el equipo de protocolo de Presidencia está bien".
Para esta experta en moda, hija del fundador de una empresa dedica desde hace 40 años a la organización de eventos de alta moda a nivel nacional e internacional, aclara que hay un límite que para ella es indiscutible: "Cuando viajan al exterior todos los ministros y delegaciones que nos representan deben cumplir con el protocolo que pide el país visitado".
Por lo demás, no le preocupa la informalidad, salvo en algunos detalles. "Por lo visto en las imágenes de los diarios o la televisión se puede decir que en la jura usaron dos estilos de camisas: algunos funcionarios utilizaron camisas más informales, a rayas; otros, como es el caso del ministro Kicillof, utilizaron camisas más formales y lisas. Para este tipo de situaciones son más correctas las lisas", considera.
Al igual que con las camisas, los trajes que se vieron durante la jura fueron variados en corte y en calidad. "Creo que hoy muy pocos hombres utilizan constantemente trajes de excelente calidad; les cuesta más distinguir si las cosas son de buena calidad, si tienen buen corte, si les quedan bien", dice la experta en moda. "El hombre ha evolucionado muchísimo en cuanto a su imagen, se preocupa más que antes, pero en algunos puntos, como en este, a muchos les sigue resultando más dificultoso o simplemente no tienen mucho interés", explica.
"La mayoría de los argentinos no son formales a la hora de vestirse, quizá ni siquiera se fijan en eso, dice la experta en modas Manuela Vidal Rivas.
Vidal Rivas incluso recomienda la informalidad en la vestimenta de los funcionarios en ciertas ocasiones. Se explaya: "La mayoría de los argentinos no son formales a la hora de vestirse, quizá ni siquiera se fijan en eso. Sostengo que hay que respetar ciertos códigos de protocolo, pero creo que la vestimenta informal de un político puede ser para situaciones más cotidianas, momentos de encuentros con la gente, entrevistas públicas, eventos diurnos que no exijan vestimenta la formalidad de un traje".Catalina Lanús, está de acuerdo en marcar momentos en los que la informalidad esté permitida, aún para un político. "Tienen que guardar cierta formalidad, pero si alguien está en una reunión con su equipo, en algo cotidiano, en el ministerio, me parece fantástico que esté con un atuendo relajado", dice. Para ella, vestir de manera descontracturada puede tener la intención de mostrar un espíritu más "fresco", más "innovador". Trae el ejemplo de empresas como Microsoft o Apple, que tienen un concepto moderno de gestión y el personal se viste acorde con ese planteo.
"Pero no me parece que para una asunción o para desempeñar en determinado momento su papel de funcionario en un lugar más formal esté así, en camisa y sin corbata, porque hay un protocolo que respetar". Protocolo es saber estar en todo momento y situación. Hay uno oficial o institucional, uno empresarial y uno social.
Estilo K
Para Eva Branda, directora de relaciones interculturales del Centro Delfina Mitre , este estilo descontracturado de Kicillof y sus colaboradores es una línea de estilo de los funcionarios K, sobre todo de los más jóvenes. Considera que a través de esa elección en la ropa pretenden transmitir "sencillez, honestidad, fluidez y confiabilidad en el contacto con la gente".La experta en protocolo no está tan segura de que esto se logre y agrega que lo importante es encontrar el equilibrio. "Creo que se cambia para llegar más a la gente, que busca una imagen desacartonada y flexible. Pero el político debe respetar cierto protocolo para transmitir seriedad. Entonces tiene que vestir con cierta elegancia y a la vez con sencillez. Sería bueno que nuestros políticos lograran -todos, no sólo los jóvenes que tienen la carrera más promisoria por delante- combinar bien esto: ser descontracturado, confiable y tener cierta rectitud en el vestir".
La coordinadora del Centro Delfina Mitre, Lidia Módica de Costa, se suma a la charla. Se asume "más vieja" como para hablar del tema: hace 50 años que se dedica al ceremonial. Sostiene que hay una "ley diplomática que rige un protocolo" y que debe respetarse. "Por ejemplo, cuando en la jura de ministros Kicillof estaba sin corbata, veo dos cosas: o el ministro quiere mostrar que es joven o que él hace lo que quiere. Eso es lo que yo interpreto", se sincera. "A lo mejor, realmente es lo que siente. Los jóvenes piensan tan distinto a uno que ya no sé".
Sin embargo, Módica de Costa también reconoce que se fueron introduciendo cambios paulatinos en el ambiente protocolar. "Recuerdo la jura de [Arturo] Frondizi. Asumió con chaqué (es el traje de máxima etiqueta para el hombre). Ahora no se le ocurriría a nadie. Eso cambió por el traje y corbata", compara. No descarta que con el tiempo las normas se sigan flexibilizando. También menciona que hasta antes de Raúl Alfonsín, al Presidente se lo mencionaba como su excelencia señor Presidente. "Hasta el modo de nombrar cambió", dice. "Son los nuevos tiempos.si hasta el Papa se democratiza".
¿Aprueba las patillas de Kicillof? "Uno tiene que adaptarse a todo. También [Carlos] Menem juró con patillas. Eso es personal. Tampoco la cara lavada quiere decir mucho. Lo que importa es la prestancia y la prolijidad; puede tener barba, bigotes, pero prolijos".
La escuela de Néstor
A Néstor Kirchner se lo criticaba por lo del saco cruzado. En un tiempo se le adjudicaba al publicista Braga Menéndez esta recomendación, a lo cual en su momento él contestó: "Ese es un gran mito. La mayoría de las veces los publicistas dicen una cosa y se termina haciendo cualquier otra. Y toda esta cuestión de que dicen que los asesores de imagen les hacen poner corbata roja o cortarse el pelo de determinada manera no es cierto. Alguno habrá, pero la realidad es que ninguno de los grandes líderes de la historia tuvieron eso: no me imagino ni a Winston Churchill ni a Charles de Gaulle ni a Fidel Castro ni a Juan Perón viendo si les quedaba mejor el pelo para el costado".¿Kicillof se parece a Néstor en eso? "Néstor era absolutamente genuino porque así era en Río Gallegos, así lo criaron, lo formaron sus padres, así lo mamó y así lo hizo", responde el mediático publicista. "Ellos [en referencia al equipo económico] cuando aparecen cinco juntos sin corbata, con camisa abierta, con zapatos -y no con zapatillas- es un sello de identidad. Se ponen de acuerdo en eso, no es casualidad", comenta.
"En el caso de Néstor, era presidente de la República, y nunca transmitió ni explicita ni tácitamente, no impuso nunca su estilo a los demás. Cada uno se ponía lo que quería. Eso sí: Néstor te criticaba si tenías panza, me acuerdo. Se lo oí decir a dos o tres: 'Mirá la panza que tenés! ¡Dejáte de joder!', les decía. Un poco por estética y otro por salud".
Si hoy tuviera que recomendar a un político en su vestuario el publicista preferido por Néstor, diría que haga lo que quiera. "Que use lo que lo haga sentir más cómodo. Eso lo mejor. Mirá ese chico [Ricardo] Fort, que era una vidriera, y mirá cómo terminó", trae a cuento la historia de la que más hablan los medios. Así se despide..
Cómo viene la venta de trajes Federico Agrest, cuarta generación de una familia que hace cien años confecciona trajes, revisa sus ventas históricas y dice que la demanda de trajes está, en cantidad de unidades, muy parecida a los últimos años. Sólo que nota un cambio en el modelaje hacia una línea slim (entallada) y en la variedad de colores.
Lo explica así: "Los sacos han reemplazado a las camperas en los últimos años". Apunta que están de moda los sacos a cuadros, en colores no tradicionales que tienen buena aceptación entre la gente. Aclara que los pedidos son variables de acuerdo a la necesidad: ambos (pantalón y saco) y trajes en colores medios o claros para el trabajo y oscuros para ceremonia; sacos sport para salidas informales o para los fines de semana y para trabajos free lance.
En el caso de los políticos, el cambio que nota es que se están vistiendo más con ambos (saco y pantalón de vestir), cuando antes el traje era excluyente. Quienes elijen los trajes optan por modelos más entallados al cuerpo. Las corbatas también empezaron a perder protagonismo. Las tradicionales se piden menos y, en el caso de Agrest, las están reemplazando por corbatines, pañuelos y hasta moños en para fiestas de gala.
Lo explica así: "Los sacos han reemplazado a las camperas en los últimos años". Apunta que están de moda los sacos a cuadros, en colores no tradicionales que tienen buena aceptación entre la gente. Aclara que los pedidos son variables de acuerdo a la necesidad: ambos (pantalón y saco) y trajes en colores medios o claros para el trabajo y oscuros para ceremonia; sacos sport para salidas informales o para los fines de semana y para trabajos free lance.
En el caso de los políticos, el cambio que nota es que se están vistiendo más con ambos (saco y pantalón de vestir), cuando antes el traje era excluyente. Quienes elijen los trajes optan por modelos más entallados al cuerpo. Las corbatas también empezaron a perder protagonismo. Las tradicionales se piden menos y, en el caso de Agrest, las están reemplazando por corbatines, pañuelos y hasta moños en para fiestas de gala.
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