El periódico chino-malayo Kwong Wah Yit Poh explicó que la forma que encontró ésta persona, cuya identidad no fue dada a conocer, para obtener alimentación durante varios meses, fue adquiriendo un ticket de lujo para un viaje que jamás llegó a realizar.
El caso, que despertó sorpresa entre las autoridades aeroportuarias, no tiene antecedentes en el mundo de la aviación, y que muchos temen que pueda ser copiado por otras personas en diferentes partes del mundo.
Según cuenta la agencia Sunny Travel News, el hombre se trasladaba cada día hasta el aeropuerto, hacía los trámites del check-in y se dirigía hasta el salón VIP, donde se proveía de alimentos y servicios como cualquier otro pasajero de Primera Clase.
Luego, ya satisfecho y con el estómago lleno, en lugar de embarcar a bordo del vuelo previsto, decidía cancelarlo y cambiarlo para el día siguiente. Apenas 24 horas después, volvía a repetir la escena: check-in, ingreso al salón VIP, comer y beber y volver a cambiar su vuelo. Y esto mismo se repitió cada día a lo largo de varios meses.
Al parecer nadie se percató de lo que hacía hasta casi un año después. Fuentes aeroportuarias dijeron al periódico que el hombre canceló y cambió su vuelo algo más de 300 veces, todo un récord. Inclusive realizó cambios de itinerario, como para poder regresar cada día.
El boleto aéreo que había adquirido el hombre era abierto por un año. La compañía China Eastern Airlines descubrió que el ciudadano chino simplemente canceló su ticket unos días antes de que expirara, y pidió que le devuelvan el valor del mismo.
Fuentes de la aerolínea iniciaron una investigación del caso. Un vocero indicó que la compañía no tiene forma de detener “semejante acto”, ya que todo estuvo dentro de las condiciones generales de las reglas de aviación. ¿Volverá éste particular ciudadano chino a contratar otro vuelo de Primera Clase?
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