Uno de los gestos manipuladores
que más comúnmente hacemos es el acercarnos la mano a la boca, el
mentón o la barbilla. En varios libros he visto que la interpretación
del mismo se limita a afirmar que la persona está mintiendo o que no cree lo que le dicen;
es lamentable quedarnos satisfechos con esta respuesta tan escueta como
inútil, pues es infantil pensar que la riqueza de la comunicación no
verbal, que se ha desarrollado durante millones de años de manera
ininterrumpida, derive en una respuesta del tipo“blanco o negro”.
El significado de tocarse la boca varía dependiendo de la combinación de 12 factores:
1) – Rol de la persona (oyente/hablante):
éste es quizá el factor más importante y el punto de partida de nuestro
análisis; de hecho, la respuesta fácil de (mentir/creer que se miente)
se origina de esta observación general.
Acercarse la mano a la boca es ante todo un bloqueo y como tal, se cataloga como un gesto defensivo; por lo tanto, si el oyente es quien lo hace es porque tiene una opinión distinta a la que está escuchando.
Lo particular del comportamiento humano es que si en verdad
pensamos que nos están mintiendo, ni siquiera vamos a acercarnos la
mano a la boca; procuraremos esconder ese sentimiento (y por lo tanto
reduciremos drásticamente nuestra expresión manual y facial). En ese
instante, en nuestro cerebro ocurre un acalorado debate entre controlar
el impulso de desenmascarar al mentiroso (Lo cual le encantaría al
reptil que tenemos dentro) y mantener una diplomática compostura
impuesta por el neocórtex. ¡Vaya lío!
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En el caso de la persona que habla, cualquier
bloqueo bucal sigue siendo defensivo y se relaciona con diversos niveles
de inseguridad. ¿Alguna vez has visto a un líder, seguro de sí mismo, tocarse el rostro o la boca al hablar? Definitivamente no. Dicha inseguridad puede originarse de: 1) no creer en lo que se está diciendo (“De seguro que el viernes le termino el informe, jefe… cuente con eso.”) o 2) una improvisación (“Si firma ahora le puedo dar… uhm… un 10% de descuento adicional.”) ya vemos que ambas no son mentiras per se, aunque produzcan similares reacciones de ansiedad en quien las dice.
Al igual que en el oyente, las mentiras provocan un fuerte bloqueo de la expresividad en quien las dice. Los ojos se mantienen fijos y las manos buscan esconderse de los ojos del oyente o apuntalarse en cualquier objeto sólido.
2) – Mano usada (izquierda, derecha, ambas) recordando que el emocional e impulsivo hemisferio derecho controla el lado izquierdo del cuerpo y el racional y diplomático hemisferio izquierdo controla al derecho, entonces si la mano que toca la boca o sus alrededores es la derecha, es un gesto analítico como sopesando la situación. Si en cambio es la izquierda, el sentimiento es frustración y en ocasiones, impotencia.
La combinación de ambas es un gesto muy dramático que
generalmente se hace con las manos juntas arrastrando las palmas de
arriba hacia abajo sobre la boca que se abre en una mueca de angustia.
La persona ha llegado a un obstáculo importante y está tratando de
superar su frustración en la búsqueda de una solución; ambos hemisferios
están tratando de trabajar al unísono.
3) – Contacto digital o palmar: En la
medida que es más intenso el contacto con el rostro (un dedo – varios
dedos – la palma de la mano), la persona nos revela un carácter de su
personalidad: introversión o extroversión. En realidad el gesto sigue
siendo el mismo, pero el disimularlo usando sólo la punta de los dedos
es un fuerte indicador de una personalidad introvertida.
Los extrovertidos son más propensos a realizar gestos defensivos usando
toda la palma de su mano, pues no les importa demostrar el ademán (y a
veces suelen exagerarlo casi a propósito).
4) – Rotación de la mano con respecto al interlocutor
(presentando la palma, el canto o el dorso): Es muy, muy raro, que
alguien se toque el rostro exhibiendo la palma de la mano hacia afuera
(como quien pasa los nudillos sobre las mejillas). ¡Es realmente
incómodo! Si llegas a ver este gesto, quien lo hace siente verdadera
repulsión por lo que está presenciando; quiere “apartarlo“ y por ello
presenta la palma hacia afuera. El dorso hacia afuera es mucho más
común, pues estamos acostumbrados a “guardarnos“ nuestras opiniones y
por tanto, mantenemos la palma de la mano oculta. Mostrar el canto es un
equilibrio entre ambas actitudes.
5) Desplazamiento (horizontal de izquierda a derecha o viceversa), (vertical de arriba hacia abajo o viceversa): Los movimientos descendientes son pacificadores o tranquilizantes; la persona está tratando de calmarse. Por el contrario, un toque ascendente es agresividad contenida,
así que debemos proceder con cuidado. En cuanto a la horizontal, ¿La
mano se dirige hacia su lado emotivo, o hacia su lado racional? Ésta es
una señal clave en persuasión;
Si por ejemplo, estamos tratando de convencer a alguien con argumentos
técnicos y la persona hace un gesto hacia su lado derecho (emotivo), nos
está pidiendo inconscientemente que la involucremos a través de los
sentimientos; ¡De seguro está harta de tantos datos!
6) Tiempo del contacto (micro – menos de
1/4 de segundo) (corto – menos de un segundo) permanente (más de un
segundo) Éste es uno de mis puntos favoritos, pues es el que revela
totalmente la confianza o incomodidad de la persona en ese preciso
momento. Si el contacto fue corto e interrumpido bruscamente, quiere decir que el hemisferio derecho se encargó de “silenciar“ el gesto para evitar revelar más de lo necesario.
Un contacto más largo (más de un segundo, incluso permanente) se
relaciona con el análisis y ponderación de escenarios. Por supuesto, no
será lo mismo una persona que esté “dormida“ sobre su mano con ojos
semicerrados, a aquella que te mira con atención apenas apoyando su índice cerca de su boca.
7) Acción (micropicor, microcaricia).
Mientras más intensa es la actividad de nuestro cerebro (algo que
generalmente ocurre cuando estamos mintiendo o estamos siendo poco
sinceros), más catecolaminas liberamos, responsables de la picazón de la
nariz y áreas circundantes. Cuando no estamos nerviosos, jamás lo
hacemos; pero en el momento en el que nuestra credibilidad se ve
comprometida o creemos que van a atraparnos diciendo algo que no
debemos, nos picará la cara muchísimo. Al rascarnos la cara brevemente
manifestando micropicores, nos arrepentimos (así sea ligeramente) de lo que estamos diciendo.
8) Bloqueo bucal (despejado, bloqueo
digital, bloqueo palmar) ¿Realmente la persona se está tapando la boca, o
sólo llega a rozar los labios con la punta de dos dedos? La intensidad
del bloqueo, en este caso, la relacionamos con el grado de sorpresa que se está sintiendo.
Mientras la boca esté más oculta, la sorpresa será mayor. En el caso de
bloquearla sólo con el dedo índice (como en posición de “silencio“), es
un gesto de introspección y análisis.
9) Contacto visual (evasivo, mantenido). El contacto visual debemos medirlo no de manera global, sino al instante que se produce el gesto. Funciona a manera de “catalizador“: mantener los ojos fijos en el interlocutor refuerza la timidez/agresividad/ansiedad (o cualquiera que sea la interpretación agregada de los otros 11 factores). Evadir la mirada suaviza el sentimiento (le resta intensidad, sea negativo o positivo).
10) Rotación e inclinación de la cabeza
(hacia el interlocutor o lejos de él): Esta interpretación es la más
sencilla de todas, pues se relaciona con la búsqueda de apoyo (cabeza
oscila acercándose), o repulsión y contrariedad (la cabeza se aleja un
poco).
11) Despeje del codo con respecto al torso (totalmente pegado al cuerpo / paralelo a la horizontal) Las personalidades alfa separarán el codo del cuerpo en la misma medida que lo dicte su ímpetu dominante. Los más tímidos mantendrán el brazo pegado al cuerpo.
12) Cadena verbal (¿Qué está diciendo en ese momento?):
Y llegamos a la parte más importante de todas: ¿Qué estaba diciendo al
momento de establecer el contacto con su rostro? ¿Estaba respondiendo a
una pregunta comprometedora? ¿Estaba defendiéndose dando una excusa?
¿Estaría implicándose emocionalmente con su respuesta?
Puede parecer agotador tratar de hacer un análisis exhaustivo “en caliente“ de un simple movimiento como tocarse la boca, pero ¡Con suficiente práctica te garantizo que lo lograrás!
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