Lo revelaron los propios protagonistas. Con declaraciones fuertes, en menos de 24 horas referentes del Frente para la Victoria se anotaron en la pelea por la sucesión del cargo que concluirá Cristina Kirchner en dos años. La sorpresa la dio Aníbal Fernández. Si bien había anticipado que "no descartaba" esa posiblidad, esta mañana el senador fue más contundente. "Claro que quiero competir", aseguró.
Ahora bien, el senador matizó esta idea al plantear que habrá que "caminar" y trabajar muy duro durante el año. Ello le permitirá evaluar si "están dadas las condiciones" para postularse como precandidato. "Si no son ciertas, no voy a ser tan torpe de pelear algo que no tiene sentido", manifestó en una de sus habituales recorridas radiales.
Desde el litoral, Sergio Urribari para la opinión pública nacional advirtió que será de la partida en las primarias. El mandatario de Entre Ríos lo confirmó este miércoles ante los suyos, durante un encuentro en la ciudad de Paraná. "Nuestro gobernador nos anunció formalmente a todos que será precandidato a Presidente de todos los argentinos", señaló el intendente de María Grande, Hugo Main, uno de los asistentes a la reunión de trabajo que mantuvo el entrerriano junto a jefes comunales. Lo mismo dijo otra de las que participaron del convite, la intendente Julia Witman, de Galarza.
Ambos dirigentes se suman a otros tres que ya habían expuesto sus intenciones políticas. En varias oportunidades, el ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo condicionó su precandidatura al éxito que tenga su plan de recuperación de los trenes urbanos. En particular, la del trágico y golpeado ferrocarril Sarmiento, foco de las críticas contra el gobierno nacional por los accidentes fatales en las estaciones Once y Castelar.
El otro presidenciable es Daniel Scioli. El gobernador de Buenos Aires se convirtió en el primero en plantear sus intenciones para disputar la jefatura de Estado cuando culmine el ciclo iniciado en 2011. Fue cuando todavía no estaba desterrada la idea de una reforma constitucional que le permitiese a Cristina Kirchner renovar el mandato. Ello, sumado a una autonomía y perfil propio que cultivó y conllevó roces con Nación, generó una desconfianza al mandatario en el kirchnerismo "duro" que nunca terminó de restituirse completamente.
Al final de esta extensa oferta aparece otro gobernador con muy baja visibilidad. Se trata del salteño Juan Manuel Urtubey. Proveniente de las filas de su predecesor Juan Carlos Romero, . En 2011 obtuvo la reelección con el 57,2% de los votos. Fue otro de los tempraneros en anotarse en la pelea por la sucesión presidencial, y no descartó integrar una fórmula con Daniel Scioli. También es mirado con recelo por sectores del kirchnerismo, llevó en su fórmula como vice al candidato del partido procesista, y se sabe que en privado es muy crítico con el gobierno nacional. No cuenta con la bendición de la Casa Rosada.
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