miércoles, noviembre 15, 2017

La escuela que inventó Elon Musk para sus hijos


Cuando a Elon Musk no le gusta algo, lo reinventa. En la escuela Ad Astra, con 31 alumnos -entre los que están los 5 hijos del fundador de Tesla-, no hay grados, los dilemas morales son debatidos como rutina y los estudiantes crean y venden sus propios productos y servicios.


Elon Musk. Cuando algo no lo convence, lo reinventa.


En 2014, el inventor y empresario Elon Musk -cofundador de PayPal, Tesla, SpaceX, Hyperloop, Solar City, The Boring Company y OpenAI-, sacó a sus hijos (que tienen hoy entre 8 y 13 años) de la prestigiosa escuela para niños talentosos a la que estaban yendo y lanzó la misteriosa escuela Ad Astra (el nombre refiere a la expresión latina de 'hasta las estrellas') para ellos. Lo hizo, según explicó en su momento a un canal de televisión en Beijing, porque no estaba contento con la educación que estaban recibiendo sus hijos. Hoy 31 niños asisten al colegio.

La escuela es misteriosa porque hasta la fecha, explica Abby Jackson del Business Insider, conocemos pocos datos sobre cómo es la enseñanza que brinda. La escuela no tiene un sitio web público, ni un número de teléfono pubicado, o referencia a los administradores y maestros que trabajan en el colegio. Sin embargo, no es extraña la decisión tomada por Musk en un país donde prolifera el "homeschooling", tendencia según la cual los padres deciden no enviar a sus hijos al colegio y en cambio, educarlos en su casa. Este no es el caso de Musk que, por el contrario, decidió crear una escuela que se adaptara a sus aspiraciones educativas para los hijos.
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Sin embargo, algunos detalles han salido a la luz: en Ad Astra "no hay grados", explicó Musk, aduciendo que en lugar de concebir a la escuela como una línea de montaje, "tiene mucho más sentido proveer la educación de manera que se adecúe a sus aptitudes y habilidad" (en referencia a los niños).

"Un elemento que es persistente en la pequeña escuela de 31 niños es la conversación sobre ética y moral, una conversación que se manifiesta con debates sobre escenarios del mundo real que nuestros hijos podrían un día tener que enfrentar", escribió Peter Diamandis, quien tuvo la oportunidad de acceder al colegio, para el Huffington Post.

"Aquí hay un ejemplo del tipo de juego de roles que escuché en Ad Astra, que podría ser implementado en un módulo de moral y ética. Imaginen un pequeño pueblo junto a un lago, en el que la mayoría del pueblo está empleado por una sola fábrica. Pero esa fábrica ha estado contaminando el lago y matando su fauna. ¿Qué se hace? Está planteado que cerrar la fábrica significaría que todos pierdan su trabajo. Por otro lado, mantener la fábrica abierta significa que el lago es destruido y el lago muere. Este tipo de juego de roles o conversación de rutina permite a los niños ver al mundo de una manera muy importante", escribió Diamandis.

Ad Astra también tiene como una de sus disciplinas centrales el emprendedurismo, donde los estudiantes crean y de hecho se venden productos y servicios entre ellos así como a la comunidad escolar.

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