Facebook es el dueño de whats app, tiene todas tus conversaciones, aún las que borraste.
Con el estudio de tus likes, sabe como pensás, que te interesa, que te gusta, que vas pensar.
Sabe donde estás por la localización, que hiciste, quienes son tus amigos y que opinan.
Una teoría de conspiración se ha extendido entre los usuarios de Facebook e Instagram: la compañía está espiando en nuestros micrófonos para orientar anuncios, pero según el Wall Street Journal no es esa la manera en que obtienen datos de algunos de nuestros comportamientos de compra y otros.
“Facebook no usa el micrófono de su teléfono para informar anuncios o para cambiar lo que ve en News Feed”, dice la compañía Facebook en el artículo.
“Sí, claro, y el gobierno jura que no mantiene a ningún animal doméstico extranjero en el Área 51” contesta el medio de comunicación norteamericano. Luego señalan que se pusieron en contacto con antiguos empleados de Facebook y varios expertos en tecnología publicitaria, quienes citaron motivos técnicos y legales por los cuales no es posible escuchar audio.
Subir y escanear esa cantidad de datos de audio “pondría al máximo incluso los supercomputadores de la NSA (agencia de inteligencia gringa)” dice el ex gerente de producto de segmentación publicitaria de Facebook, Antonio García Martínez.
Otro exempleado de la empresa de Mark Zuckerberg declara que “tendrían que entender el contexto de lo que estás diciendo, no solo escuchar las palabras”.
El autor de la nota dice que les cree a los exempleados, pero otra razón: Facebook ahora es tan bueno mirando lo que hacemos en línea, e incluso sin conexión, deambulando por el mundo físico, que no necesita escucharnos.
Después de indagar en los diversos bits de información que Facebook y sus anunciantes recopilan y los bits que les entregamos, la autora del reportaje, Joanna Stern, señala que puede explicar por qué obtuvo cada uno de esos anuncios inquietantemente relevantes y cercanos a lo que ella necesitaba.
Primero Stern recuerda que la publicidad es un elemento básico importante para que Internet sea gratuito, pero las empresas que compran y venden anuncios se están convirtiendo en acosadores. Así, señala que necesitamos entender lo que están haciendo, y lo que podemos, o no podemos hacer, para limitarlos.
La historia de cómo le llegó el aviso del medicamento Sudafed, comienza en la tienda Walgreens, cuando Stern compró pañuelos y otro producto ingresando su número de teléfono para poder obtener puntos de fidelidad.
La información sobre el contenido de su bolsa de compras comenzó a expandirse. Un recopilador de datos externo, probablemente “Nielsen”, lo agregó al historial de compras que adquiere de Walgreens.
La cadena continúa luego cuando Johnson & Johnson, fabricante de Sudafed, le paga al agente de datos por esa información. Con el uso de las herramientas de Facebook, la información de su tarjeta de fidelidad, número de teléfono etc, fue vinculada con su cuenta de Facebook.
Luego, a través de Facebook, Johnson & Johnson decidió apuntar a adultos de 25 a 54 años que compraron Sudafed o una marca competidora, lo que calza con la autora de la nota del Wall Street Journal.
En el reportaje se recomienda no usar tarjetas de fidelidad, como aquellas para juntar puntos en Chile, o si lo hace regístrelas a una dirección de correo electrónico o número de teléfono que no use.
Facebook trabaja directamente con seis intermediarios de datos, todos los cuales le permiten optar por no compartir sus datos personales, desde su correo electrónico hasta su historial de compras.
Por supuesto, no es fácil. Debe ir a cada sitio web del agente y completar su formulario con, demonios, su información personal.
Ubicación
¿Qué podría ser mejor que tu historial de compras? se preguntan en la nota, y la respuesta es clara: Ubicación, ubicación, ubicación. ¿Pasaste por una tienda? ¡Este anuncio te recordará que regreses! ¿Estás cerca de una de nuestras tiendas? ¡Aquí hay un cupón!.
En la nota se reseña que es claro cómo los anunciantes usan todo tipo de señales de ubicación -el GPS de su teléfono, puntos de acceso Wi-Fi a su alrededor, direcciones IP, etc.- para seguir las llamadas “migas de pan”.
La sugerencia es limitar a Facebook la información sobre dónde se encuentra. En la aplicación móvil (iOS y Android), vaya a Configuración> Configuración de la cuenta> Ubicación y desactive el seguimiento de ubicación. Deshabilita el historial de ubicaciones, también.
Otras aplicaciones también pueden dar con tu ubicación y mostrar anuncios a través de Facebook. Antes de otorgar acceso a cualquier ubicación de aplicación, piénselo bien.
En el iPhone, vaya a Configuración> Privacidad> Servicios de ubicación y revise las aplicaciones a las que ha otorgado acceso de ubicación. (Todos deben decir “Nunca” o “Durante el uso”, no “Siempre”). En Android, vaya a Configuración> Ubicación.
La nota señala que hay un montón de aplicaciones a las que te conectas con Facebook por ejemplo, que rastrean tus gustos y tu comportamiento, información que nuevamente se va a los servidores de anuncios de la empresa de Zuckerberg.
Otra manera en que Facebook sabe casi todo sobre tí es el historial de navegación web, siempre según lo indicado en el artículo del New York Times. Facebook Pixel está instalado en millones de sitios web y aplicaciones, lo que permite a los anunciantes y a Facebook ver lo que haces allí. Es por eso que puede ver un anuncio de una espátula después de explorar espátulas en un sitio, o cuando agregas algo a un carrito de compras o clickeas en un artículo de tu interés en algún sitio que tenga Pixel.
Toda esa información, combinada con su actividad en Facebook e Instagram -las páginas o publicaciones le han gustado, las personas con las que es amigo y más- le da al conglomerado de redes sociales un retrato muy bueno de usted.
El retrato se vuelve más claro con aún más información de los corredores de datos: su salario, preferencia de automóvil, tamaño del hogar, afiliaciones políticas, hábitos de gasto y mucho más.
Es lo que permite a cualquier anunciante iniciar sesión en Facebook Ads Manager y comenzar a orientar, llegando incluso a un determinado código postal de una ciudad como Nueva York, especificando en gente que haya comprado muebles y especias para cocinar, y que “es probable que se muden pronto”.
Aparte de eliminar Facebook y vivir en un búnker, no hay nada que puedas hacer para detener esto por completo.
“Cuando la orientación de anuncios se usa bien, mejora la publicidad”, dice el portavoz de Facebook, Joe Osborne, agregando que “Es por eso que construimos nuestras herramientas de focalización de una manera que no comparte la información personal de las personas con los anunciantes y eso le da a la gente control sobre los anuncios que ven”.
Según la periodista que realizó el reportaje, el “problema es que aún no tenemos suficiente transparencia sobre cómo nos llegan estos anuncios”. Por esto señala que “Cuanto más se enfoquen en la realidad, no en que estén escuchando, sino en cómo están monitoreando nuestras descargas de aplicaciones y viajes al supermercado, más sabremos dónde está en juego nuestra privacidad”.
Al final entrega un dato clave. “Si todavía estás preocupado por el micrófono, apágalo. (En iPhone, vaya a Configuración> Privacidad> Micrófono> Facebook. En Android, vaya a Configuración> Aplicaciones> Facebook> Permisos> Deshabilitar micrófono).
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