La red terrorista Al- Qaeda está reclutando a niños y jóvenes para perpetrar atentados contra Gran Bretaña, alertó ayer Jonathan Evans, el director del MI5, el servicio de contraespionaje británico.
En su primera intervención pública desde que asumió el cargo en abril pasado, cuando reemplazó a Eliza Manning-Buller, Evans señaló que los servicios de seguridad de Gran Bretaña se enfrentan ahora a "la amenaza contra la paz más inmediata y grave de los 98 años de historia del MI5".
"Mientras yo estoy hablando, los terroristas captan de forma metódica e intencionada a gente joven y a niños de este país -sentenció-. Los están radicalizando, adoctrinando y atrayendo para que perpetren acciones terroristas."
De este modo, el funcionario alertó contra la influencia que tiene el extremismo violento en los menores de edad.
"Este año hemos visto individuos de sólo 15 y 16 años implicados en actividades vinculadas con el terrorismo", agregó Evans durante una conferencia en Manchester con los representantes de los grandes diarios británicos.
El director del MI5, experto en terrorismo internacional, indicó que el número de individuos en Gran Bretaña que podrían tener "vínculos con actividades terroristas" aumentó por lo menos a 2000 en lo que va del año, luego de los 1600, que el MI5 había registrado en 2006.
Además, Evans sospecha que puede existir un número similar del que aún no se tiene constancia y denunció la existencia de una "campaña deliberada" urdida por Al-Qaeda para planear atentados contra Gran Bretaña desde Medio Oriente y Africa.
"Los ataques terroristas que hemos visto contra Gran Bretaña no son simplemente conspiraciones al azar de grupos fragmentados y disparatados", señaló.
Según Evans, la mayor parte de esos ataques "se ha producido porque Al-Qaeda está claramente decidida a lanzar ataques terroristas contra Gran Bretaña".
La amenaza extranjera
Evans aclaró que si bien en el pasado los ataques eran organizados desde áreas tribales de Paquistán, ahora se habían detectado focos terroristas en países como Irak y Argelia. Atentados fallidos como el de Londres o el de Glasgow, ambos ocurridos durante los últimos 12 meses, son prueba de ello, añadió.
Evans también advirtió que existen centros de entrenamiento en Somalia, donde se lleva a cabo gran parte de la planificación de las actividades terroristas contra blancos británicos.
El director del MI5 dijo que los esfuerzos por poner un freno al extremismo corren con la desventaja de no ser el único problema del servicio de inteligencia. Entre otros países, culpó a Rusia y a China de realizar tareas de espionaje en suelo británico, una costumbre que sigue vigente a pesar de la caída del Muro de Berlín.
"Aunque la Guerra Fría terminó hace dos décadas, el servicio que dirijo sigue gastando recursos en defender a Gran Bretaña de los intentos de Rusia, China y otros países por espiarnos", acusó el funcionario, quien añadió que mediante el espionaje estos países buscan obtener conocimientos tecnológicos, políticos y económicos.
Por último, Evans enfatizó la necesidad de planear "estratégicamente" la contienda contra las amenazas que enfrenta el país y observó que no podrían atajarse tan sólo con los servicios de seguridad e inteligencia.
"Hace falta un esfuerzo colectivo en el que el gobierno, las comunidades religiosas y la sociedad civil tienen un papel importante que desempeñar", concluyó.
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