La economía norteamericana mezcla razones para temer una recesión así como señales positivas. Los escenarios posibles y su impacto sobre la soja y los bonos de Argentina.
Por Simón Rifkin
La principal economía del mundo continua mostrando signos de debilidad y preocupa a la mayoría de los inversores. Cualquier noticia sobre el futuro de los Estados Unidos hace temblar a los mercados y provoca la volatilidad en los mercados financieros que se vio en los últimos meses, de allí la importancia de analizar su posible evolución.
Los datos macroeconómicos publicados recientemente en EE.UU. están creando una paradoja dentro de los analistas. Mientras los indicadores actuales muestran cierta mejoría, los indicadores a futuro evidencian la ralentización de la misma y hasta una posible recesión. La confianza empresarial y del consumidor manifiestan una tendencia indudablemente bajista.
Esto aumenta las posibilidades de que la desaceleración de la economía americana se convierta realmente en una caída, debido a la crisis del sector residencial y a que la regularización del mercado de crédito no parecen haber tocado fondo. Al mismo tiempo, se observan señales positivas.
Por ejemplo, la tasa de desempleo roza mínimos históricos y esta muy cerca de su nivel natural del 4 por ciento, que se entiende como pleno empleo. Al mismo tiempo las tasas de interés reales se encuentran en niveles históricamente bajos y el incremento de las exportaciones, producido por la debilidad del dólar, podría contrarrestar el efecto negativo del sector residencial. Sin embargo, la debilidad del dólar es un arma de doble filo, ya que genera inflación en un momento en el que el precio del petróleo está contribuyendo notoriamente al repunte de la misma.
Por ello, aunque la Reserva Federal ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento para el 2008, las presiones inflacionarias podrían limitar su margen de actuación en cuanto a movimientos de tasa de interés se refiere. De cualquier manera es posible que la Reserva Federal recorte al menos un 0,25 % las tasas antes de fin de año con el fin de ayudar a mitigar los problemas en el sector inmobiliario y financiero.
En ese sentido, muchos analistas pronostican tasas de 3,50 % para mediados del 2008, aunque seguramente esto dependerá mucho del nivel de inflación que se podría incrementar por el doble efecto de un debilitamiento del dólar y abaratamiento del crédito. No hay más que recordar que hace solo 3 meses las tasas estaban en 5,25 % para intentar frenar la incipiente inflación.
Efecto de la baja de tasas
Si finalmente se produce una nueva baja en las tasas de Estados Unidos, esto le daría un mayor atractivo a las acciones de compañía americanas que históricamente han reaccionado positivamente a las reducciones de la Reserva Federal. Más aún, si sacamos del índice bursátil a las castigadas acciones de los bancos afectadas por el problema hipotecario, vemos que los indicadores siguen siendo muy positivos, con resultados corporativos muy buenos y precios de las acciones muy bajos en comparación a las ganancias de estas compañías.
Esto trae un panorama alentador para el mercado accionario, aunque habrá que terminar de evaluar el verdadero impacto de la crisis de hipotecas y como afectara al resto de los activos.
Como afecta esto a la Argentina
Si bien el comercio de Estados Unidos con Argentina ha disminuido en proporción en los últimos años, cualquier síntoma en la economía del país del Norte repercute en todo el mundo. Estados Unidos es el mayor consumidor del planeta y ayuda a estimular la economía de países emergente como China o India, que a su vez son los demandantes de materias primas que produce Argentina.
Una recesión podría fomentar una reducción en las importaciones de productos baratos de China y más sofisticados de Europa y Japón; llevando a esas economías a disminuir su actividad. También recordemos que Estados Unidos es el mayor productor de Soja (casi triplica la producción argentina) y Maíz del mundo. Si bien hoy destina la mayor parte de esta producción al mercado local, en caso de una fuerte desaceleración comenzaría a tener excedente que volcaría al mercado mundial y por ende deprimir los precios de los bienes que exporta nuestro país.
Por el lado positivo, una baja en las tasas de interés llevaría a los inversionistas a buscar mayores rendimientos en mercados más riesgosos como el nuestro, elevando la cotización de bonos y acciones locales. Aunque lamentablemente Argentina podría quedar afuera del grupo seleccionado si el gobierno no termina de regularizar sus deudas con los Hold Out y el Club de París.
Tampoco hay que olvidar los mas de 100 mil millones de dólares que argentinos tienen invertido principalmente en Estados Unidos y que los rendimientos sobre este capital dependerá mucho de la evolución de la economía Americana.
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