Rubén Weinsteiner para THE MARKER
No se trata de lo que vos decís, se trata de lo que ellos dicen. Esta regla es la base de construcción en la Web 2.0, en la Web social.
No se trata de lo que vos decís, se trata de lo que ellos dicen. Esta regla es la base de construcción en la Web 2.0, en la Web social.
Nosotros podemos construir nuestro relato, que debe ser una propuesta de
valor. Pero ese relato pasa a formar parte de una nueva construcción
horizontal y colectiva. Lo que la gente dice de nosotros, de nuestra
marca, corporativa, personal o política
Dada la simetría entre las marcas y los públicos, que también producen
contenidos, la construcción del relato de la marca, su posicionamiento,
el diseño de su identidad, su personalidad, su simbología, en definitiva
la carga de significados de la marca para ser disparados por esta, se
da por la conversación entre audiencias de audiencias. Esa conversación
es constante y en tiempo real, se da todo el tiempo, y queda vía Google
abierta y disponible para todo aquel que busque información sobre la
marca.
Ya no se da el formato one to many-one on one: uno hacia muchos, y
luego cada uno de esos unos a otros. En la Web social se da el formato
de one one-one to many. Conversaciones de uno a uno que son escuchadas
por millones y son amplificadas por cada uno de los componentes de esas
audiencias multitudinarias.
Un problema que se presenta en este nuevo formato constructivo es la
labilidad y el caos en la conformación de liderazgos en esas audiencias,
donde la visibilidad parcial de los emisores genera una ponderación
relativa. Es decir como no sabemos mucho sobre los que emiten las
opiniones, más que la identidad digital que podamos googlear, podemos
atribuirle una ponderación positiva a alguien no muy inteligente.
Las multitudes no siempre son inteligentes. El hecho de tener acceso a
las herramientas, no significa que siempre tengamos algo interesante
para decir. Estudiando los trendig topics de Twitter del último año, y
el desarrollo de los mismos, llegamos a la conclusión que: nunca hay
que subestimar el poder de los tontos en los grandes grupos.
Mi punto de distribución del relato, no tiene preeminencia en términos
de poder de fuego por sobre los prosumidores, (consumidores y
productores de información) que son las audiencias. Es por eso que tengo
que generar un relato lo suficientemente eficaz y conseguir la
atención y la confianza de las audiencias, para que sea redistribuido y
viralizado. Y una vez lanzado el mensaje, saber que será disparador de
una conversación en la cual la pérdida de control es una constante.
Solo mi capacidad para estar atento, auditar, contener y liderar
construyendo legitimidad y poder en tiempo real, me va a permitir
sostener, direccionar y blindar mi marca personal, corporativa o
política, en esa conversación entre millones donde todo lo dicho queda
en Google para siempre.
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