Tras la intervención de Máximo Kirchner para imponer al kirchnerismo en los principales cargos de la Legislatura bonaerense, todavía siguen las negociaciones por cargos clave. Allí, Florencio Randazzo y Julián Domínguez lograron traccionar para quedarse con lugares importantes.
El presidente de la Cámara de Diputados se quedó con la pro secretaría de Desarrollo Institucional que hasta entonces era del camporista José Ottavis. Allí, recalará Marcelo Neyria, un hombre cercano a Darío Golia, un diputado de máxima confianza de Domínguez.
En tanto, la pro secretaría Administrativa será ocupada por el ex diputado provincial de la Cuarta Sección, un hombre de Randazzo.
Por último, el Gobernador y el ministro del Interior y Trasporte intentan quedarse con la pro secretaría Legislativa. Las definiciones estarán la próxima semana y si Randazzo se impone en la pulseada, el mandatario provincial se quedará sin una porción del reparto y deberá acudir a las comisiones para conformar el humor que por estas horas definen a sus diputados más cercanos, entre ellos Guido Lorenzino.
Es que las heridas todavía no cerraron luego de la intervención directa del gobierno nacional. Principalmente en Diputados, en donde el hijo de Cristina impuso a Horacio González en la presidencia y a Ottavis en la vice.
Quizás el más resistido por sciolistas, randazzistas y referentes de Julián Domínguez fue Fernando “Chino” Navarro, quien quedó al frente de la presidencia del bloque oficialista, en lugar de Juan De Jesús.
Salvo los elegidos, el resto de quienes pujaban por un cargo se enteró por los medios que desde la Rosada ya habían digitado los nombres. Toda negociación era en vano.
Como adelantó LPO, existía un plan diagramado por Carlos Zanini, el secretario Legal y Técnico, que buscaba desplazar a las autoridades e imponer al médico Juan José Mussi en la presidencia de la Cámara Baja, con lugares para el randazzismo en la vicepresidencia y el sciolismo al frente del bloque. Hubo avances, pero la efímera aventura terminó cuando Cristina y Máximo supieron de la jugada.
Mussi estaba en un acto cuando recibió un mensaje de texto de Zanini. Dicen quienes estaban con él que se puso pálido cuando lo leyó. El contenido decía que había que desactivar la maniobra urgente.
Desde ese momento, fue Máximo quien tomó las riendas. Al día siguiente hubo reuniones y llamados telefónicos en la Legislatura. Pocos sabían que todo se estaba decidiendo desde Olivos.
El Gobernador tenía en agenda una promocionada reunión con Jorge Capitanich en la Rosada, allí hablaron varios temas, entre ellos la deuda de la Provincia con el Gobierno nacional.
Pero Scioli no sabía que en la habitación contigua a donde trascurría su encuentro con el Jefe de Gabinete estaban Gabriel Mariotto, Sergio Berni, la senadora Cristina Fioramonti, y los diputados González, Ottavis, Navarro y De Jesús.
El libreto que le habían pautado a Capitanich establecía que debía reunirse con el ex motonauta, comunicarle la decisión inconsulta de la Rosada de definir las autoridades de la Legislatura e invitarlo a la foto con quienes esperaban pared de por medio.
Pero así no sucedieron las cosas. El chaqueño despidió a Scioli y recién se acordó del plan trazado cuando ingresó a la habitación contigua y los senadores y diputados preguntaron: “¿Y Scioli?”.
Asesores del Jefe de Ministros alcanzaron al Gobernador y le pidieron que regrese. Capitanich le explicó en dos líneas la decisión de establecer las autoridades y lo hizo pasar a la sala donde Mariotto, Berni y el resto de los legisladores lo esperaban para la foto.
El presidente de la Cámara de Diputados se quedó con la pro secretaría de Desarrollo Institucional que hasta entonces era del camporista José Ottavis. Allí, recalará Marcelo Neyria, un hombre cercano a Darío Golia, un diputado de máxima confianza de Domínguez.
En tanto, la pro secretaría Administrativa será ocupada por el ex diputado provincial de la Cuarta Sección, un hombre de Randazzo.
Por último, el Gobernador y el ministro del Interior y Trasporte intentan quedarse con la pro secretaría Legislativa. Las definiciones estarán la próxima semana y si Randazzo se impone en la pulseada, el mandatario provincial se quedará sin una porción del reparto y deberá acudir a las comisiones para conformar el humor que por estas horas definen a sus diputados más cercanos, entre ellos Guido Lorenzino.
Es que las heridas todavía no cerraron luego de la intervención directa del gobierno nacional. Principalmente en Diputados, en donde el hijo de Cristina impuso a Horacio González en la presidencia y a Ottavis en la vice.
Quizás el más resistido por sciolistas, randazzistas y referentes de Julián Domínguez fue Fernando “Chino” Navarro, quien quedó al frente de la presidencia del bloque oficialista, en lugar de Juan De Jesús.
Salvo los elegidos, el resto de quienes pujaban por un cargo se enteró por los medios que desde la Rosada ya habían digitado los nombres. Toda negociación era en vano.
Como adelantó LPO, existía un plan diagramado por Carlos Zanini, el secretario Legal y Técnico, que buscaba desplazar a las autoridades e imponer al médico Juan José Mussi en la presidencia de la Cámara Baja, con lugares para el randazzismo en la vicepresidencia y el sciolismo al frente del bloque. Hubo avances, pero la efímera aventura terminó cuando Cristina y Máximo supieron de la jugada.
Mussi estaba en un acto cuando recibió un mensaje de texto de Zanini. Dicen quienes estaban con él que se puso pálido cuando lo leyó. El contenido decía que había que desactivar la maniobra urgente.
Desde ese momento, fue Máximo quien tomó las riendas. Al día siguiente hubo reuniones y llamados telefónicos en la Legislatura. Pocos sabían que todo se estaba decidiendo desde Olivos.
El Gobernador tenía en agenda una promocionada reunión con Jorge Capitanich en la Rosada, allí hablaron varios temas, entre ellos la deuda de la Provincia con el Gobierno nacional.
Pero Scioli no sabía que en la habitación contigua a donde trascurría su encuentro con el Jefe de Gabinete estaban Gabriel Mariotto, Sergio Berni, la senadora Cristina Fioramonti, y los diputados González, Ottavis, Navarro y De Jesús.
El libreto que le habían pautado a Capitanich establecía que debía reunirse con el ex motonauta, comunicarle la decisión inconsulta de la Rosada de definir las autoridades de la Legislatura e invitarlo a la foto con quienes esperaban pared de por medio.
Pero así no sucedieron las cosas. El chaqueño despidió a Scioli y recién se acordó del plan trazado cuando ingresó a la habitación contigua y los senadores y diputados preguntaron: “¿Y Scioli?”.
Asesores del Jefe de Ministros alcanzaron al Gobernador y le pidieron que regrese. Capitanich le explicó en dos líneas la decisión de establecer las autoridades y lo hizo pasar a la sala donde Mariotto, Berni y el resto de los legisladores lo esperaban para la foto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario