domingo, mayo 13, 2018

70 años de una marca que dispara significados de libertad, aventura, juventud, simpleza y "que me importa lo que pienses"

 
Siete décadas de un compañero de vida

Homenajes al Citroen 2CV. Un auto de leyenda que nació en 1948

El Citroën 2CV, un automóvil ícono que nació en 1948.

El Citroën 2CV fue por muchos años más que un automóvil: compañero de vida, medio para la aventura, libertad, mito, un verdadero y propio ícono.



Aún no naciendo para ser un símbolo de la velocidad, su objetivo era modesto pero claro: tener la capacidad de transportar dos campesinos, 50 kilos de papas y un cesto con huevos a través de un campo arado sin romperse. Fabricado de 1948 a 1990 con más de 5 millones de unidades, para tantos apasionados está ligado a recuerdos indelebles de viajes épicos para descubrir la belleza del mundo mediante un pequeño parabrisas y un gran techo descapotable.

A 70 años de su nacimiento, 30 del fin de la fabricación, el 2CV es prácticamente un coche desconocido para los niños y los jóvenes de hoy.

Por este motivo, Citroen decidió lanzar el "Citroën 2CV en los pupitres", una iniciativa promovida por Federica Bussandri de la homónima concesionaria Citroen de Fiorenzuola d'Arda, Italia, con el objeto de hacer conocer el 2CV a estudiantes de diferentes edades, en una jornada como se dice ahora "full immersion" (a pleno) con el Centro de Documentación Histórica de Citroen.

Ahora la palabra la tienen los jóvenes quienes con sus diseños, escritos y videos narrarán sus interpretaciones del 2CV, desde su punto de vista, con una mirada moderna, acaso más desencantada, y justamente por esto más adaptada a soñar y osar, como lo hicieron André Citroen y todos los "padres" del 2CV cuando lo idearon y proyectaron.

Citroën 2CV (en francés: deux chevaux vapeur, literalmente "dos caballos de vapor", en referencia a la medida de potencia "caballo fiscal") se creó bajo el concepto de bajo costo.
Su creación se debe al ingeniero francés Pierre-Jules Boulanger, quien comenzó el desarrollo del TPV (acrónimo en francés de Toute Petite Voiture, Vehículo Mínimo), y fue patrón de Citroën desde finales de 1934, cuando la familia Michelin se hizo con el control de la empresa.
Los creadores (que habían trabajado en el diseño del célebre "Tracción"), bajo la dirección de André Lefebre y el italiano Flaminio Bertoni, responsable del diseño de la carrocería, se pusieron manos a la obra en el proyecto TPV para desarrollar aquel "paraguas con 4 ruedas", forma irónica con la que "bautizaron" a los primeros 2 CV. Sobresalió el trabajo del ingeniero Alphonse Forceau, diseñador de la ingeniosa suspensión que constituye una parte esencial en la filosofía del "dos caballos".

En 1939 se fabricaron 250 prototipos, en aquel entonces aún refrigerados por agua.
Durante la ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial se decidió mantener el proyecto en secreto. Además de esto, se reestructuraron todos los galpones de producción desde inicios de la guerra para la construcción de carros de combate de la marca Renault. Entre 1939 y 1945 el desarrollo del TPV se continuó en secreto, y hasta el final de la guerra no fue posible reanudar el proyecto del vehículo que posteriormente se convertiría en el 2CV.
 
El 8 de octubre de 1948 en el Salón del Automóvil de París se mostró finalmente por primera vez la versión del TPV tal y como se conoce hoy en día, con un motor de dos cilindros refrigerado por aire de 375cc y una potencia de 9CV.
 
Ya en su primera aparición pública, el automóvil causó a la vez admiración y burlas. Según parece, un periodista estadounidense, al ver por primera vez el Citroën 2CV, preguntó: "¿Y dónde está el abrelatas?".

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