jueves, febrero 18, 2016

La batalla entre los rumores y la información


Amanda Andrades


Tercera parte de esta revista de prensa que simplemente recupera y propone algunos reportajes, análisis, crónicas o noticias de este planeta.

1. Dos jóvenes alemanes Karolin Schwarz, consultora de 30 años, y Lutz Helm, desarrollador de 35 años, han creado una herramienta para desmontar los miles de rumores y falsas noticias que corren en Alemania sobre los refugiados: robos masivos en supermercados, violaciones y agresiones sexuales o exhibición de banderas de Daech, entre otros.

Han construido un mapa interactivo, el HOAXmap (mapa de los bulos), que permite conocer cada una de estas historias falsas. Schwarz y Helm han recogido los rumores y los han contrastado con las informaciones publicadas en medios de comunicación serios y con los comunicados de la policía y/o las empresas privadas, como las cadenas de supermercados que desmentían los cierres por robos.

Cuando lanzaron la página web el 8 de febrero tenían 177 bulos. Una semana más tarde, gracias a la participación ciudadana, contaban con 243 rumores desmentidos.







Captura de pantalla de Hoax Map.

La extrema derecha alemana juega un papel fundamental en la difusión de estos rumores. Y parece que cada vez tienen más éxito. En un reportaje publicado la semana pasada en CTXT, nuestra colaboradora en Alemania relataba cómo cada vez son más los ciudadanos de este país que desconfían de los medios de comunicación tradicionales, a los que acusan de mentir y/o ocultar información, y acuden a páginas de Facebook y de otras redes sociales vinculadas a organizaciones como Pegida o AfD para informarse.

La pérdida de confianza en los medios de comunicación y en los políticos europeos sirve precisamente, de forma cuanto menos irónica, a la revista polaca wSieci para anunciar su reportaje central de esta semana "Violación islámica en Europa, todo lo que los medios y las élites de Bruselas ocultan a los ciudadanos de la Unión Europea”. La imagen de portada de este semanario, que se autodefine como la opinión semanal más conservadora en Polonia, es impactante: una mujer rubia, envuelta en la bandera de la UE, manoseada, agredida y vejada.







Portada de la revista 'wSIECI'.

2. Tras el atentado contra Charlie Hebdo en noviembre de 2015, el periodista estadounidense afincado en París Scott Sayare se sintió intrigado por la figura de Djamel Beghal. El nombre de este francés de origen argelino aparecía en la prensa como el gurú de los jóvenes yihadistas. Algunos incluso le asignaban el papel de mentor de los hermanos Kouachi y de Amedy Coulibaly, los autores del ataque contra el semanario satírico y contra un supermercado kosher. De esta curiosidad surgió la necesidad de hablar con él. Sayare, excorresponsal durante seis años para The New York Times en la capital francesa, mantuvo durante meses una relación epistolar con Beghal, condenado a 20 años de prisión por asociación de malhechores (relacionada con una iniciativa terrorista). Esta correspondencia ha dado lugar a un más que interesante reportaje en profundidad sobre el yihadismo en Francia publicado en la revista norteamericana Harpers a finales de enero y en la francesa Le Courrier International la pasada semana: La fábrica final del terrorismo. ¿Son las prisiones francesas incubadoras del extremismo?



3. Hillary Clinton confía en derrotar a Bernie Sanders en la carrera por la nominación a candidato presidencial en la siguiente batalla, las primarias de Carolina del Sur. Tras empatar en los caucus de Iowa y perder en las primarias de New Hampshire, la exsecretaria de Estado necesita una victoria. Su baza para ganar en este Estado sureño es la supuesta preferencia de la población afromericana por ella.

Este análisis de The Nation, revista que ha apoyado en uno de sus editoriales a Sanders, ahonda en los motivos por los que Clinton no merece el voto negro. Para la autora, Michelle Alexander, jurista y defensora de los derechos humanos, tanto la ley criminal como las reformas de las políticas de bienestar puestas en marcha por Bill Clinton, y apoyadas por Hillary, han “diezmado el apoyo negro”.

Nacidos en el seno de la comunidad afroamericana como respuesta a la violencia policial, diversos movimientos y organizaciones como Black lives matter o Black Youth Project 100 están aprovechando el largo camino hasta la Casa Blanca para denunciar el racismo institucional del sistema penal norteamericano. Black Youth Project 100, un proyecto creado a raíz de la absolución de un guardia de seguridad acusado de asesinar a un joven negro que paseaba desarmado por un barrio residencial, ha presentado, por ejemplo, una agenda de medidas para “reducir el impacto y la presencia de la policía y las prisiones en las comunidades negras”.

Uno de esas comunidades negras en las que la segregación y la brutalidad policial forman parte de la vida cotidiana es el barrio de Sandtown, en Baltimore. Con 450 de sus vecinos en la cárcel, este barrio de 14.000 habitantes presenta la tasa de encarcelamiento más alta de esta ciudad de Maryland. El fotógrafo keniata, afincado en Barcelona, William Sands, acudió a sus calles para captar las estrategias de resistencia de sus residentes. Su trabajo puede verse en la fotogalería Baltimore: #BlackPowerMatters.







Captura de pantalla de 'Courrier International'.

4. El periódico The New York Times publicaba este miércoles un reportaje titulado Los jóvenes saudíes ven cómo se desvanecen los empleos fáciles junto con el bienestar de la nación del petróleo.

Durante décadas, la Casa de Saud ha utilizado la inmensa riqueza petrolera del reino para proporcionar a sus súbditos educación y atención médica gratuitas, generosos subsidios a la energía y trabajos públicos bien pagados y “a menudo poco exigentes”. Esta política junto con el no pago de impuestos permitía contentar a la población de uno de los países con menos derechos civiles y políticos del mundo. La caída del precio del petróleo por debajo de los 30 dólares por barril pone ahora en riesgo este perverso sistema.

Esta semana los Gobiernos de Arabia Saudí, Rusia, Venezuela y Catar han acordado congelar la producción de crudo a sus niveles de enero para intentar controlar el desplome de su precio.

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